La macabra finalidad de la guerra
Oliver Stone es l'enfant terrible de Hollywood. Sus películas son polémicas e incisivas. Pero
siempre es bueno que haya alguna disidencia, otro punto de vista con el que
contrastar, aunque ello incomode un poco a la mayoría. Crítico del establishment y
del american way of life, Stone ha realizado películas que
tocan temas muy delicados para la sociedad estadounidense, como el asesinato de
John
Kennedy (JFK,
1991), la Guerra de
Vietnam (Pelotón, 1986; el
film que nos ocupa y El
cielo y la tierra, 1993), la fría inhumanidad del capitalismo (Wall Street,
1987), o entrevistas al sátrapa Fidel Castro (Comandante, 2003).
Como dijo Judas
Iscariote, en una entrevista ficticia, para defenderse de sus actos: “alguien
tenía que hacerlo para que Jesús
lograra el objetivo que buscaba”. Stone
es uno de los que pone el dedo en las llagas de la sociedad norteamericana en
particular, pero de todas en general.
Soldado herido atendido por un compañero en pleno frente de batalla
Este film le llevó a ganar el segundo Óscar como mejor director en 1989; el primero fue con Pelotón, en 1986, película también sobre la Guerra de Vietnam. En él, se narra la historia de Ron Kovic (muy bien interpretado por Tom Cruise), un norteamericano arquetípico, que desde niño desarrolló un profundo amor por su patria y de joven se enlista voluntariamente para servir en la Guerra de Vietnam. Durante esa guerra es herido y queda paralítico. Asimismo, por error mata a un compañero de pelotón. A su regreso a E.U.A., no logra ubicarse en la sociedad por la que casi dio su vida. Es una sociedad distante de la guerra, indiferente y en la que los sectores jóvenes protestan contra ella, incluyendo su propio hermano y quien fuera su amiga antes de ir a Vietnam. Él aun defiende la posición de que es un sacrificio patrio que hay que hacer, y que es por el bien del país. Este desencuentro descarrila el comportamiento del joven Ron, quien se debate entre la frustración de haber quedado inválido gratuitamente y los horrores de la guerra: el asesinato de niños y ancianos vietnamitas, y el de su compañero. En el ínterin, lucha por las reivindicaciones de los lisiados en batalla y confiesa el asesinato accidental de su compañero a los padres y a la esposa de éste. Finalmente concluye que la guerra fue un acto injustificable y absurdo, y se une a quienes protestan contra ella. También escribe un libro al respecto. La cinta finaliza cuando el ahora antibelicista Ron se apresta a hablar ante un auditorio sobre lo errado de la guerra, con lo que se convierte en realidad un sueño que su madre tuvo cuando él era un niño: que hablaría ante una multitud cosas importantes. Esta historia está basada en la historia verdadera de Ron Kovic, volcada en un libro homónimo: Nacido el 4 de julio.
Víctimas de la célebre masacre de My Lai (Sí, es un niño [era], y su padre)
Como quiera que Stone también fue a la Guerra de Vietnam, tenemos un testimonio de primera mano sobre el absurdo de esa guerra, y que por extensión es el absurdo de cualquier guerra. Se ha argumentado hartas veces que la guerra es un negocio, en el que los perros de la guerra y los gobiernos hacen fortunas mientras otros mueren o quedan heridos, y los países en ruinas. Pareciera que es así, que es un negocio necesario para la economía. Hay, sin embargo, voces disidentes. Una de ellas es la de Umberto Eco, quien acota que la guerra en la era moderna es un contrasentido por diversos motivos, que tienen que ver con el sistema interneuronal que relaciona todos los elementos que cohabitan en el planeta Tierra. Una guerra atenta contra la ecología planetaria, por lo que no solo afecta a los que se atacan directamente. Ya no es A contra B, pues debido a las complejas relaciones comerciales que hay entre los países no está claro determinar que en efecto A lucha contra B: pudiera ocurrir que B suministra materia prima a C y éste a varios países (D,…) y uno o varios de estos países le suministran productos elaborados o semielaborados a A; podría ocurrir que estos productos tengan que ver con las armas que A usa contra B. Esto, a su vez, afecta la economía global. Debido a la cantidad de información que hoy fluye, y a la creciente sagacidad del ser humano, es menos fácil que en el pasado ocultar los intereses velados por los que ocurre una guerra. Algunos de estos argumentos son aplicables desde las Guerras Mundiales I y II. No son los tópicos explicitados en la película, pero sí los derivados de cualquier obra antibélica.
La célebre fotografía de la niña Phan
Thi Kim Phúc, de 9 años, quien corre desnuda junto con sus hermanos y primos
luego de un bombardeo con napalm en la aldea de Trảng Bàng. Foto tomada por
Nick Ut, de Associated Press, el 8-6-72. Ganó el Premio Pulitzer.
Un elemento importante de destacar es que Ron va a la guerra atraído por un proceso emocional (o arracional): su amor a la patria y el odio a los vietnamitas infundido por los gobernantes y los mass media, mientras que abraza el movimiento antibélico por un proceso racional: la reflexión sobre el absurdo de la guerra y sus secuelas. Oliver Stone se ha esforzado, con la realización de tres películas sobre la guerra, para que nos demos cuenta del sinsentido de ésta, que no solamente mata personas, también deja heridos e inválidos a muchos, sin familia y sin amigos a otros, arruinados a los países y sumamente afectado nuestro hábitat. Muchísimo daño para que el ganador obtenga su premio. Excelente película.
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Fotografías tomadas de Wikipedia.org.
De las 41.000.000 de víctimas por guerras y conflictos, en todo el mundo, entre los años 1945 y 2000, Vietnam cobró algo más de 3.000.000 de víctimas (7,5%), 90.000 de las cuales fueron militares norteamericanos en servicio. La Guerra de Vietnam ha sido una de las guerras más duraderas del siglo XX: 19 años (superada solo por la Guerra Civil de Guatemala, de 36 años de duración).
Se estima que han muerto en guerras significativas (de más de 1.000 víctimas) entre 325.000.000 y 590.000.000 seres humanos a lo largo de la Historia.
Refs.:
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