Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños
Frase final de Blanche, personaje principal de la obra
Esta película es la versión cinematográfica de la versión teatral de la obra homónima de Tennessee Williams. El escritor también trabajó en el guión cinematográfico. Es una obra de intenso dramatismo, que ofrece a los actores la oportunidad de hacer gala de su histrionismo. Williams recibió el premio Pulitzer en 1948 por ella, y es considerada su mejor obra. Elia Kazan, uno de los mejores directores que ha pasado por Hollywood, dirigió la versión cinematográfica, que recibió doce nominaciones al Óscar, ganando 4 de los premios: mejores actrices principal (Vivien Leigh) y de reparto (Kim Hunter), mejor actor de reparto (Karl Malden) y mejor dirección artística (Richard Day y George Hopkins).
Blanche DuBois (excelentemente interpretada por la hermosa Vivien Leigh, protagonista de la celebérrima Lo que el viento se llevó), se instala en la casa de su hermana Stella (Kim Hunter) y del esposo de ésta, Stanley Kowalski (personaje a cargo del por entonces novato Marlon Brando). Ellas provienen de una glamorosa familia sureña que antaño fue adinerada y muy refinada, mientras que Stan es un burdo obrero de origen polaco, de carácter irascible, machista y violento. Blanche les notifica que han perdido sus propiedades, y el desconfiado Stanley lo constata en los documentos que ella le muestra. Al ver el maltrato que Stanley le da a Stella, Blanche intenta convencer a su hermana de que no continúe su vida con Stanley, al tiempo que se siente en la atmósfera cierta atracción animal de ella por su cuñado. Blanche viene de fracasar en su vida, tanto en el ámbito sentimental como en el laboral, aunque esconde este hecho. Conoce a un amigo de Stanley, Mitch (Karl Malden), con el que comienza un romance, omitiendo su turbulento y oscuro pasado. Stan logra descubrir el engaño, se lo echa en cara a Blanche y le cuenta a Mitch la verdad, quien desiste de casarse con Blanche. La tensión entre los tres va in crescendo a lo largo de la historia (cual Bolero de Ravel) hasta que Stan viola a Blanche, mientras su maltratada esposa Stella se encuentra dando a luz en el hospital. Blanche cae en un cuadro de inestabilidad mental y es internada en un instituto psiquiátrico. Stella abandona a Stanley, yéndose con su hijo a la casa de la vecina Eunice.
Stella ha logrado una estabilidad en su relación con Stanley porque ha aceptado su forma de ser, porque lo ama, y porque ella, en cierta forma, ha rebajado su vida de la exquisitez a la tosquedad. La muy femenina Blanche se aferra a un falso y pretérito mundo de encanto y choca frontalmente con el ordinario Stanley, pero al mismo tiempo siente una fascinación por su masculinidad, malentendida por parte de él, debido al coqueteo natural de ella. La incompatibilidad de ambos mundos da al traste con la relación. Kazan (o Williams) nos plantea la gran dificultad que hay en mantener cierto tipo de relaciones cuyas bases fundamentales carecen de referente común. También critica la falsa moral (enarbolada en este caso por alguien que se supone de la clase alta), el machismo, la violencia doméstica, el engaño, entre otras cosas.
Como otras películas de Kazan, Un tranvía llamado Deseo tampoco termina con un final feliz. El dramatismo que se intensifica hasta llegar a un clímax final es la piedra angular de esta cinta. Demanda gran esfuerzo de actuación y de dirección. Algo parecido a ¿Quién teme a Virginia Wolf? (1966), o a La muerte de un viajante (1951), películas con fuerte componente teatral.
Elia Kazan, perseguido político en los años del macartismo, fue un cineasta que hizo grandes y polémicas películas, pues muchas de ellas tenían temas muy incisivos para la sociedad estadounidense de entonces. Esta es una de ellas; es de esos filmes que deben estar en las listas de las x películas que hay que ver antes de morir. También está en el National Film Registry de la Librería del Congreso de USA por su significación cultural, estética o histórica.
Elia Kazan, perseguido político en los años del macartismo, fue un cineasta que hizo grandes y polémicas películas, pues muchas de ellas tenían temas muy incisivos para la sociedad estadounidense de entonces. Esta es una de ellas; es de esos filmes que deben estar en las listas de las x películas que hay que ver antes de morir. También está en el National Film Registry de la Librería del Congreso de USA por su significación cultural, estética o histórica.
Vivien Leigh y Karl Malden dos grandes!
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