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07 junio 2013

El rey león - Roger Allers/Rob Minkoff (1994)



El ciclo de la vida


Mufasa es el rey de la selva. Tiene un hijo, Simba, a quien instruye desde pequeño sobre la vida, el reino y sus futuros deberes como gobernante. El hermano de Mufasa, Scar, es el rey de las hienas, enemigo de Mufasa y engaña reiteradamente al pequeño Simba. Un día elabora un plan para salir de ambos y coronarse como rey, y lo logra. Mata a Mufasa y le hace creer al pequeño cachorro que él ha sido el culpable de la muerte de su padre. Scar encabeza, entonces, un reinado caracterizado por la rapiña, mientras Simba se destierra voluntariamente y hace vida con dos amigos, Timon y Pumbaa, con los que aprende a despreocuparse y a comer gusanos. Un día, Nala, amiga de infancia de Simba, aparece por los predios de los tres amigos persiguiendo a Pumbaa para hacerse de su almuerzo, y se topa con Simba. No logra convencerlo de que regrese a gobernar, que a él es a quien le corresponde el trono. Pero sí lo convence posteriormente el brujo del palacio real, Rafiki. A su regreso enfrenta a su tío Scar, recupera el trono y rescata el reino de las ruinas en las que lo dejó la gestión de Scar.

El rey león, como todas las producciones de Disney, intenta entretener al tiempo de inculcar valores a los más pequeños de la casa. La historia incluye valores relativos a la amistad, el amor, la responsabilidad de dirigir y enfrentar las obligaciones, el respeto por el medio ambiente y la correcta interacción con él. Este último concepto lo trata como “el ciclo de la vida”: los antílopes alimentan a los leones, luego los cuerpos de los leones alimentarán al pasto, que a su vez alimentará a los futuros antílopes que alimentarán a otra generación de leones, cerrándose un ciclo virtuoso que mantiene el balance de la vida en el reino de Mufasa. Tal como se dijo en la película Home: nosotros tomamos la misma agua que tomaron los dinosaurios, gracias a que se recicla interminablemente. Este quizás sea el concepto más hermoso que plantea la película: el ciclo de la vida.

Empero, esta producción utiliza ciertos estereotipos que datan de la Grecia antigua y que hoy están en entredicho. Por ejemplo, lo que es de color claro está asociado a lo bello, lo bueno, la vida, mientras que lo de color oscuro a lo feo, lo malo, la muerte. Esto puede entenderse hoy como políticamente incorrecto, pero no lo era en 1994. En este sentido, es posible que en algunos casos deba orientarse el visionado de esta película para que no se malinterprete lo que de simbólico subyace en su argumento. Esto de acuerdo al criterio de los padres, obviamente.


El rey león y Venezuela

Nuestra vida gira en un 80% alrededor de la inseguridad personal (cuidar nuestro pellejo como si el país estuviese en guerra) y de la política (hasta el punto del más insípido tedio) hace ya tres lustros. El otro 20% en torno a informarse qué supermercado se ha abastecido recientemente de los bienes alimentarios y de aseo personal básicos (esto es la mar de superrealista). Salvador Dalí hubiese gozado un imperio examinando esta "realidad". Es inevitable ver plasmada la historia reciente de nuestro país en esta película.

Es claro que ni remotamente pensaron los realizadores que eso ocurriría. Mufasa puede entenderse como la vieja democracia, asesinada por Scar, los nuevos gobernantes, que junto a las hienas (todos sabemos quiénes son) convierten el reino (Venezuela) en una sentina. Scar ordena a las leonas (la clase media trabajadora) que busquen alimento para todos, incluso para las inservibles hienas (que hasta ellas están cansadas del estado de cosas). Simba, la nueva democracia, está retirada porque se cree culpable de la muerte de su antecesor, pero un día tendrá que hacerle frente a la intencionada incompetencia y maldad de Scar, removiéndolo del trono y execrando a las hienas. Ésto último está por verse.

Excelente película de dibujos animados, entretenida y formativa para los chicos. Para los adultos incluye historia contemporánea de Venezuela. Todo un clásico de Disney.



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