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02 marzo 2018

Candilejas - Charles Chaplin (1952)


Escena de Charles Chaplin y Buster Keaton en Candilejas.

La vida no es significado, la vida es deseo.
Le dice Calvero a la bella Thereza.


Que una película de más de 60 años de realizada llene una sala de cine(1) y que luego de su proyección todo el público aplauda, ya nos dice mucho de esa película. Chaplin, una vez más, emociona a la audiencia con una historia que mezcla inteligentemente el humor y el drama; en esta ocasión con elementos autobiográficos, en la que sería la última de sus grandes películas, la última hecha en suelo norteamericano y una de las pocas que hizo con sonido.

El argumento no puede ser más sencillo y está muy bien sintetizado en Wikipedia

La trama se sitúa en Londres durante la Primera Guerra Mundial. Un veterano cómico llamado Calvero (Charles Chaplin), en plena decadencia y alcohólico, acoge en su casa a una joven atormentada a la que salva cuando esta se va a suicidar, intoxicada con gas. Tras el accidente, la muchacha sufre un trastorno psicológico que la hace creer que está paralítica. El cómico intentará que la joven Thereza (Claire Bloom) vuelva a caminar y recupere su afición por la danza.

Juntos consiguen que Terry, como la llaman los pocos allegados que le quedan, triunfe en el ballet unos pocos años después, pero Calvero siente que su tiempo ya ha pasado, como queda patente al ser rechazado por el público en su regreso a los escenarios.

Aunque Thereza profesa un gran amor por Calvero, él la rechazará por ser consciente de que una mujer joven no puede estar con alguien como él. Esta situación se agravará con la llegada del Capitán Neville, el joven pretendiente de Thereza.(2).

El viejo payaso Calvero, en una ejemplar y sabia retirada, cede el paso a la juventud, con todo lo que ello implica: renuncia al amor de la joven -amor un tanto dudoso, por cierto- y le ayuda no solo a que recupere su vida, sino a que triunfe en el arte del ballet. El elemento autobiográfico es notorio: Chaplin tenía unos 36 años más que su última esposa, Oona O'Neill, madre de Geraldine Chaplin, quien hace su debut cinematográfico en este filme, al igual que el hijo de Chaplin, Sydney Chaplin, quien interpreta al Capitán Neville. La nobleza del personaje Charlot, creado décadas antes, sigue incólume y es uno de los mensajes de esta producción. La decadencia del personaje probablemente corre paralela con el sentimiento de decadencia del propio Chaplin, quien ya tenía 63 años cuando se rodó esta cinta, tuvo una mala experiencia con la anterior (Monsieur Verdoux) y ya había sido víctima del macartismo: ¿presentía el fin de su carrera? A pesar de que eso fuese así, si es que fue así, el mensaje de optimismo de Calvero (de Chaplin) es el que hace que Thereza (y la audiencia) recupere su confianza en sí misma. Un mensaje altruista y esperanzador discurre durante toda la película; es el Chaplin de siempre, el Chaplin que no se doblega ante las dificultades, que con honradez y entereza le hace frente a las injusticias e impregna de optimismo a los que sienten que la vida es una penitencia. Su discurso a Thereza (y a todos nosotros), para darle ánimos a seguir adelante, a vivir, a trabajar, a desear, a soñar, es tan enriquecedor como lo fuera el célebre discurso de El gran dictador.




Chaplin no desaprovecha la oportunidad para poner sobre el tapete otros asuntos, tales como el alcoholismo; el vodevil -al que le agradece y le hace honor-; el gusto caprichosamente cambiante del público, que por la misma comedia puede, indistintamente, abandonar la sala o reir a rabiar; la lealtad; la amistad; la vejez y, por supuesto, el amor.

Capítulo aparte merecen otros dos aspectos sobresalientes de la película. El primero es la escena con otro grande del cine mudo: Buster Keaton, que es realmente maravillosa, de antología. Ambos actores dejan constancia de su grandeza en una escena emblemática del cine que los inmortaliza, sin decir ni una sola palabra. El segundo es la pieza musical Candilejas, que el mismo Chaplin compuso y que es icónica en la música del cine; incluso ha sido versionada por innumerables artistas. Solo estos dos elementos justificarían la grandeza de esta película. De manera que si a ellos le añadimos el resto de la trama, con sus mensajes de optimismo y de nobleza, y la variada temática tratada, no es de extrañar que muchos la consideren una de las obras maestras de Chaplin. ¡Muchas gracias, Charlot!




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(1) Sala 1 del Cine Doré, cuyo aforo es de más de 300 personas.
(2) Tomado de https://es.wikipedia.org/wiki/Candilejas, Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0.

Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0044837

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