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25 febrero 2020

Celda 211 - Daniel Monzón (2009)


Imagen tomada de IMDb.

Del cielo al infierno en menos de dos días.


Juan (Alberto Ammann) quiere mostrar buena impresión en su nuevo trabajo como policía. Llega un día antes a la penitenciaría donde ha sido asignado y queda atrapado en un motín que los reos habían organizado ese día. Entre los presidiarios hay cuatro miembros de ETA, rehenes de los rebeldes. Las autoridades exigen que no les hagan daño. Después de sufrir un golpe, sus compañeros lo ingresan en la celda 211 en lugar de enviarlo a la enfermería. Se hace pasar por uno de los presos y convence e impresiona al líder de ellos, Malamadre (Luis Tosar); incluso en un par de ocasiones le roba el liderazgo con iniciativas propias, cosa que Malamadre lo considera una grave injuria, por la que va a pagar. Su esposa, Elena (Marta Etura), que está encinta, ve la noticia en la televisión y va a la cárcel. Afuera hay un nutrido grupo de familiares de los reos amotinados que la policía dispersa. En esa acción, Utrilla (Antonio Resines) la golpea y es enviada al hospital, donde pierde al bebé y muere. Los presidiarios, al enterarse de ello, solicitan a Utrilla y él baja al área donde ellos están y Juan lo mata cuando Utrilla grita que Juan es un oficial de policía delante de todos. Luego, un comando del Grupo Especial de Operaciones (GEO) lanza ingentes cantidades de gases al interior del edificio, en el preciso instante en el que el ministro debería anunciar por televisión que el gobierno aceptaba las reivindicaciones de los reclusos, y se arma la de San Quintín.

El director, Daniel Monzón, ha realizado una impecable película, de gran calidad, entretenida, fácil de ver y con contenido denso, no trivial. Es un caso clásico de gran cine, comercial y con temática relevante, lo mejor de ambos mundos del séptimo arte. No en balde ha ganado tantos premios (cuarenta y cuatro, más veintisiete nominaciones). Las actuaciones son grandiosas, todas; si bien destaca la de Luis Tosar.

El arco dramático de quien podríamos decir que es el protagonista, Juan, lo lleva de una a otra antípoda, de policía a homicida, en menos de dos días. Claro, mata al desalmado que mató a su esposa, eso le otorga cierto atenuante, ya que el espectador celebra que se haga justicia, pues el personaje Utrilla es un villano. La vida le cambió en un tris. Lo más artificial de la trama es la conversión de Juan, de policía a recluso, incluso a liderar por momentos la revuelta. Se ve algo artificial, pero es posible que, en un caso real, esa reacción obedeciese a un mecanismo de supervivencia; de suerte que no es tan artificial.

A veces, la puesta en escena hace que quien vea la película tome partido por los reos, debido a que la dramatización hace crear empatía hacia ellos y antipatía hacia las autoridades. Tal como ocurre con otros filmes, como El Padrino, en el que uno no puede dejar de sentir simpatía por don Vito Corleone, a pesar de que él es el mafioso, el malo. Esa simpatía es artificial (dura mientras dura el filme), nadie sentiría empatía por los homicidas y demás delincuentes que ahí están. Quizás algunos sean «inocentes» o, como dicen los gringos, «no culpables», pero uno no sabe quiénes lo son. Es probable que algunas exigencias sean justas, o quizás no. También es plausible que los reos no merezcan los mismos derechos que las personas que se portan bien, quizás sea una ofensa para el ciudadano que se comporta correctamente el que los presos tengan sus mismos derechos... El filme da para reflexionar sobre esto y más.


Tips del rodaje

En el coloquio, tras la proyección del filme, con Daniel Monzón, Antonio Resines y Emma Lustres, productora, se ventilaron algunos datos significativos relativos al rodaje. El responsable del sonido, Sergio Bürmann, se hallaba entre el público presente. Algunos datos se enumeran a continuación.

Para el rodaje del filme, visitaron numerosas cárceles españolas. Les costó mucho que les permitieran rodar en la de Zamora; la preferían porque era más moderna que otras, tenía «personalidad». La edificación estaba abandonada y sucia, tuvieron que realizar trabajos de remodelación para adecuarla a la filmación de la película. Luego, con el motín y la toma, se destrozó de nuevo. Eso infló el presupuesto aún más. La edificación, de hormigón, generaba un registro frío y seco del sonido, tuvieron que cubrir con telas algunas superficies para que la grabación tuviera la tesitura correcta.

Cuando un vidrio de ventana reflejaba una pértiga de sonido o algo parecido, rompían el vidrio y listo. Algunos cristales estaban preparados para su rotura (quizás fuesen de azúcar, como se estila o se estilaba) y se advirtió a los presos cuáles podían romper y cuáles no; eso no importó, rompieron cualesquiera... porque se hizo con presos reales y Luis Tosar tuvo que, en verdad, forjar un liderazgo real sobre el grupo para que funcionara bien: el director quería el máximo realismo en el filme. Para que Tosar pareciese más bestia le colocaron unas gomas de biberones en las narices, para que diera la impresión de ser el macho cabrío y rudo de la manada de los cautivos. La voz la practicó para acentuar esa impresión de reo feroz, de macho anterior al alfa. Para practicar la voz, el director le entregó un voluminoso libro con las frases que tenía que decir en la pelicula y otras más, y lo recitó varias veces. Era la primera película en la que participaba Alberto Ammann. Emma Lustres afirmó que fue el primer thriller español. Todos los invitados presentes afirmaron que quedaron muy satisfechos con la respuesta de la crítica y del público en su estreno. Incluso ante el público de la localidad de Zamora en donde se rodó (tenían alguna aprensión de la respuesta por parte de policías reales, que trabajaron en el filme, pero a todos gustó y mucho). Excelente película.


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Reseña en Wikipedia, con el argumento detallado: 


21 febrero 2020

El arco de la castidad - Shin Sang-ok (1962)


Imagen tomada de IMDb.

Ningún soldado sirve a dos reyes,
ninguna mujer sirve a dos esposos.
Regla sobre la castidad de las viudas en Corea hace un siglo.


Han (Choi Eun-hee, en algunos sitios hie) es una joven viuda (de un esposo mucho más joven que ella, un niño, que murió de una enfermedad)(1) y, por una regla moral que prevalece en la Corea de 1920, época en la que está ambientada, debe permanecer casta, so pena de deshonrarse ella misma y a su familia. El símbolo de castidad es un gran arco bermellón, con el que se adorna el frente de la casa. La frase que encabeza este escrito, está escrita en chino en sendas bandas en la casa de Han. Vive con un hermano de su esposo (contemporáneo de ella), su suegro y la madre de su suegro, que ha permanecido durante toda su viudez fiel a la memoria de su esposo. Un día, llega a la aldea donde viven Seong-chil, un joven muy trabajador y se emplea en la finca de los suegros de ella. El joven, de mentalidad más moderna que los aldeanos, hace trabajos como recoger agua durante la sequía para el cultivo (supuestamente de arroz) e innova en lo que puede. La defiende de otros hombres que quieren aprovecharse de ella, con lo que gana su aprecio. Pero un día, no logra contenerse. Ella queda embarazada y no acepta la propuesta de él, de irse ambos para formar un hogar en otro sitio. Al conocerse su embarazo, las familias no asimilan la deshonra: él debe irse con el bebé y ella debe permanecer ahí. Asuntos de la honra. Pasan los años, el cuñado también se va, se entrega al juego, pierde la casa en una apuesta y ella, junto a la abuela, debe ir a vivir a una chabola. La vieja vive diciéndole prostituta y renegando de ella y de su deshonra al quedar embarazada, a pesar de que han pasado muchos años, mientras ella la cuida a la anciana con esmero y toneladas de paciencia.

Un buen día, una torrencial lluvia obliga a un joven viajero a resguardarse de la tormenta en la chabola. Él, a quien le ha muerto su padre (Seong-chil), viene buscando a su madre, pregunta por ella, dice que su nombre es Han y que ha venido a conocerla. Ella le dice que ha muerto, que toda la familia murió, pero el chico le ve el dedo mutilado y la reconoce como su madre; ella lo niega. La abuela oyó la negativa de Han y, en un último arrebato de sensatez, le dice que sí, que ella es Han, su madre. La vieja muere y el joven abandona la aldea con su madre. Toda una vida de desgracias por respetar una norma absurda, pues Seong-chil quería a Han y hubiera deseado irse con ella para formar un hogar, pero ella no aceptó por seguir un precepto.

La película también se llama Yeolnyeomun (en inglés The memorial gate for virtuous women o Bound by chastity rules) y es otra producción que Shin Sang-ok realizó con la actriz que fue su esposa, Choi Eun-hee(2). Este filme tiene una soberbia fotografía en blanco y negro y presenta grandes elipsis de tiempo. El lenguaje es sencillo y directo, el cineasta no se arriesgó a que una inadvertida audiencia se confundiera, bien con los tiempos (las elipsis), o con la trama de la historia o con el mensaje, que resulta ser la modernización de algunas arcaicas normas sociales, inadecuadas para las nuevas generaciones, como es la de la castidad de por vida de la mujer al quedar viuda. Algo que hoy suena ridículo, pero que era la norma en la aldeana Corea de hace un siglo. Me imagino que no solo en Corea las cosas eran así. El film abunda en escenas con la cámara girada (unos 30º), era la moda en esa época (en los años sesenta).

Tal parece que esta película, al igual que otras de Sang-ok, es de corte moralizante, dentro de lo que pudiéramos llamar subgénero del costumbrismo y pretendiese coadyuvar a la modernización de los códigos morales de Corea. Al final, huelga decirlo, expía a la protagonista; en un intento por enterrar semejante norma de castidad. Casi es pedagógico en su lenguaje y en su diégesis. Está muy bien realizado, presenta una buena historia y cuenta con buenas actuaciones. La fotografía en blanco y negro del medio rural asiático que recrea (años 1920), repito, es una delicia.


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(1) Han se cortó un dedo, cuando el niño (su esposo) estaba enfermo, para darle de beber su sangre, con la esperanza de que sanara.
(2) Véase la entrada de Las flores del mal, en la que se comenta eso y su periplo por Corea del Norte.
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Reseña en Wikipedia (inglés): 


17 febrero 2020

El diario de Ana Frank - George Stevens (1959)


Imagen del póster de la
película de Stevens en IMDb.

¿Cómo, por qué pasa eso?


George Stevens, luego de dirigir la aclamada producción Gigante, dirigió esta adaptación del Diario de Ana Frank a la pantalla grande. Está de más mencionar que el libro que le sirve de base es uno de los más leídos e importantes de la historia, en particular uno de los más relevantes del siglo XX y, específicamente, de la literatura relacionada con la II Guerra Mundial. Este año se conmemoran los 75 años de la caída del III Reich. En estos días, también se cumplen 75 años del asesinato de Ana Frank y de otras seis personas con las que estuvo confinada por más de dos años para evitar el asedio de los nazis. El único sobreviviente fue su padre, Otto Frank. Este ha sido un libro muy versionado y llevado al teatro, al cine y a la televisión, por razones obvias.

Esta versión, de tres horas de duración, nos cuenta la vida en cautiverio de Ana, su familia (su padre Otto, su madre Edith y su hermana Margot), la familia van Pels [con el nombre van Daan: Hermann van Daan, el padre, Petronella (en lugar de Auguste) van Daan, la madre, y Peter van Daan, el hijo de ambos, contemporáneo de Ana y de Margot] y del dentista Fritz Pfeffer (con nombre Albert Dussel). Comienza con el retorno de Otto a Amsterdam y allí la leal y valiente Miep Gies le entrega el diario de Ana y él lo lee; de suerte que casi todo el filme es un flashback. Finaliza cuando los nazis llegan por ellos. Miep Gies en esta cinta no tiene un papel muy relevante, pero fue gracias a ella que pudieron subsistir enclaustrados y también gracias a ella llegó el diario de Ana a las manos de Otto para su posterior publicación. Ella nunca leyó el diario mientras estuvieron en los campos de exterminio los ocupantes de la «habitación de atrás».

La película detalla la vida diaria del grupo de ocho personas que convivían casi todo el día en absoluto silencio en el pequeño espacio del anexo. Hace hincapié en el silencio que debían guardar y en lo peligroso que era hacer ruido en las horas que la casa estaba ocupada abajo, con los trabajadores, así como si ocurría cualquier irrupción, como en efecto ocurrió para robar las oficinas. Al mismo tiempo nos relata cómo eran las relaciones entre las personas, que variaban entre la amabilidad y la hostilidad, como bien es natural en cualquier conjunto de personas, más si no son familiares y apenas conocidos algunos de ellos. Los roces ocurrían desde nimiedades como el tiempo de uso del baño o de una mesa al robo de comida, por parte del glotón Hermann van Pels. Pero hubo espacio y ocasión para el romance entre Ana y el joven Peter y para acceder a reflexiones puntuales pero importantes sobre la naturaleza humana, amén de consideraciones sobre su situación en particular. Entre la esperanza que les llegaba vía ondas hertzianas de la BBC y el pesimismo que les transmitían las emisoras alemanas y las noticias del exterior que traía Miep, transcurrió su encierro de algo más de dos años y que ya sabemos cómo terminó. La mala suerte les acompañó al final sin soltarlos, pues apenas murieron un poco antes de la rendición de Alemania.

La película está muy bien lograda y las actuaciones son todas excelentes, destacando la de Millie Perkins, que le imprime una adecuada vivacidad al personaje de Ana, y la de la veterana Shelley Winters en el papel de la señora Petronella van Daan.


Imagen del póster de la miniserie 
La historia de Ana Frank en IMDb.


Cuarenta y dos años después, Robert Dornhelm dirigió una muy buena miniserie de dos capítulos, también de tres horas de duración, sobre el mismo tema; si bien en esta ocasión se incluyen secuencias de la vida de los Frank antes de ocultarse en el anexo y una especulación de cómo fue su vida en los campos de exterminio, en particular las vidas de Ana y de su hermana Margot. En esta miniserie, en lugar de acentuar las limitaciones acústicas de la vida diaria de los confinados, se reivindica el papel de Miep en la historia y, de igual manera, se trata lo relativo a las fricciones en las relaciones entre los cautivos y la relación sentimental de Ana con Peter. Esta versión cuenta con el laureado Ben Kingsley en el importante papel de Otto Frank y con una joven actriz, Hannah Taylor Gordon, que también realza la personalidad, un tanto irreverente, de Ana Frank. En esta miniserie se utilizaron los nombres reales de los cautivos. Está muy bien realizada.

No son las únicas que cuentan la historia de Ana Frank. Hay numerosas versiones, tanto de largometrajes como de miniseries para televisión y de documentales. Recientemente, History Channel ofreció un documental en el que personas aún vivas, que conocieron a Ana Frank, dieron su testimonio de aquellos aciagos y abyectos días, recordando a Ana con mucho cariño. Casi cualquiera de las películas o miniseries sobre Ana Frank nos ofrecen una visión global y detallada lo suficiente como para ponernos a pensar y preguntarnos: ¿cómo es posible que haya pasado eso?

Todas las respuestas que han ofrecido grandes pensadores y analistas no dejan de sorprendernos, porque son un cul-de-sac que no parece llegar a ninguna parte, no hay argumentos cuya hilación nos permita persuadirnos de que no fue una barbarie sin sentido, en extremo irracional(1), y de que es inexplicable que no se haya detenido a tiempo. Lo peor del caso, es que luego de eso han ocurrido hechos parecidos, a menor escala, y tampoco los han detenido(2). De manera que la pregunta sigue latente: ¿cómo, por qué pasa eso?, ¿por qué no es detenido a tiempo?


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(1) Si bien instrumentada de manera muy racional y «científica».
(2) Ver:
https://es.wikipedia.org/wiki/Genocidios_en_la_historia#Después_de_la_Segunda_Guerra_Mundial_y_Europa_Central

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Artículo en Wikipedia, película de Stevens:
Ficha en IMDb, película de Stevens:
https://www.imdb.com/title/tt0052738
Ficha en Filmaffinity, película de Stevens:
https://www.filmaffinity.com/es/film674175.html
Reseña en el sitio web de Casamérica, película de Stevens:

Ficha en IMDb, miniserie de televisión:
https://www.imdb.com/title/tt0246430
Ficha en Filmaffinity, miniserie de televisión:
https://www.filmaffinity.com/es/film932523.html


14 febrero 2020

Una novia para David - Orlando Rojas (1985)


Imagen tomada de IMDb.

La libertad de elección, 
el libre albedrío en acción.


La ópera prima del director cubano Orlando Rojas también fue la ópera prima de sus protagonistas, María Isabel Díaz Lago y Jorge Luis Álvarez y de varios de los actores que interpretaron los personajes secundarios. Muchos de ellos siguieron la carrera cinematográfica. La copia proyectada en Casa de las Américas el 21-11-2019 no estaba en el mejor estado posible, pero aún así ofreció un correcto visionado y apreciación de la película. Quizás lo peor era el sonido. Y digo quizás, porque con la edad uno oye cada vez peor y ya no sabe si es uno o es un problema técnico. En la exhibición del filme había muchos ciudadanos cubanos y cerró la función un ameno coloquio con el director, el guionista, Senel Paz, y los dos protagonistas.

Ambientada en finales de los años sesenta, David, un taciturno chico provinciano, se radica en La Habana para preparar su ingreso a la universidad. En la residencia-escuela donde se radica, vive con un grupo de compañeros que lo incitan a conquistar a una jeva(1), como es el deber ser a su edad. Está en camino de conquistar a la bella Olga, la más codiciada presea(2) femenina del curso, lo que ocasiona la envidia de algunos compañeros. En paralelo, «la gorda» del salón, Ofelia (María Isabel Díaz), la responsable de la instancia política de la clase, lo aborda con el supuesto interés de formar un grupo de estudiantes para ingresar en la escuela de pedagogía (educación), aunque en el fondo desea al joven y logra su amistad. Ofelia, lectora y admiradora de Hemingway, tiene más que ofrecer como persona que Olga, y no me refiero a los kilos de más de su «botérica» humanidad; es más profunda, menos frívola, más dulce. Al final, David se verá forzado a seleccionar a una de las dos.


Imagen tomada de EcuRed.


La cinta muestra diversos aspectos dignos de mención. El primero, el vertebral, que tiene que ver con el libre albedrío, la capacidad de selección del ser humano, que se puede imponer por sobre los prejuicios. El segundo es, precisamente, los prejuicios: los compañeros le hacen acoso escolar a la chica desde siempre y a David desde que los ven juntos, si bien como amigos. El tercero es la turbación que el prejuicio causa en la mente del joven: no es posible que alguien como él, bien parecido y demás, sea novio de una gorda, aunque de cara agraciada. ¿Qué tiene más prelación, la apariencia exterior o el contenido interior? Otro aspecto que se ve es la falta de referentes, al comienzo de la revolución cubana, en lo que concierne a las relaciones de pareja: la prostitución está prohibida y los jóvenes están carentes de los modelos de referencia para enfrentar la situación de noviazgo sin contradecir a la revolución. O sea, a Fidel como que se le hubiera olvidado decirle (ordenarle) a su pueblo cómo deben realizar el cortejo en el contexto de la revolución marxista. Algo así. La historia está salpicada de escenas que, sin ser propiamente de humor, son hilarantes, provocan la risa o la sonrisa del espectador, muy en especial si se hace caso omiso de algunas frases que hoy suenan machistas, pero que en 1985 no eran consideradas tan escandalosas como puedan sonar hoy.

En el coloquio, el director afirmó que se sorprendió en el estreno cuando la gente reía. Nunca pretendieron realizar un filme de comedia (comedia romántica sería el subgénero en el que hoy se enclavaría). Fue algo que no esperaron y, por supuesto, no lo hicieron de forma deliberada. Otra curiosidad que emergió fue que la escena en la que Ofelia entorpece una boda fue inspiración de María Isabel Díaz; se la contó al director y al guionista y ellos la incorporaron al filme; sin embargo, cuando la rodaron, a ella le costó muchísimo interpretar esa escena, pese a que fue la que la ideó. Por su parte, Senel Paz comentó que los personajes son los que le dictan a él los diálogos, no que él se los asigna a los personajes; también que cuando hace un guion no le pone cuidado a si es una tragedia o una comedia, no se ciñe a dogmas sobre los géneros, permite que la historia fluya y, sobre todo, los personajes hagan la historia.

Tanto los actores como el director y el guionista rememoraron aquellos tiempos con ternura y agradecimiento. Este filme retrotrae al espectador a los años mozos, en los que —vistos desde la distancia que ofrecen los años— la inocencia y la ignorancia conformaban un delicioso coctel que condimentaba la vida. Cautivadora y enternecedora película.


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(1) Jevo(a): Muchacho(a), joven, novio(a), amigo(a).
(2) Presea: En Cuba, y otros países caribeños, medalla que se otorga al ganador de una competición.

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Hasta que la boda nos separe - Dani de la Orden (2020)


Imagen del póster en IMDb.

Cuando Cupido mete las narices cualquier cosa puede salir mal...


Marina (Belén Cuesta) es una wedding planner (organizadora de bodas) que tiene un affaire (en plena fiesta) con un invitado a una boda, Carlos (Álex García). Ella le entrega una tarjeta de su empresa por si acaso le hiciera falta, pues él le comentó que tiene novia, Alexia, antes de que fornicaran. Alexia descubre la tarjeta en el bolsillo del traje de su novio y cree que él está pensando en casarse. A partir de aquí, se suceden diversos enredos que no concluyen hasta que termina la película. Alexia y Marina eran condiscípulas de niñas y Alexia le hacía bullying a la entonces mojigata Marina. Cupido mete las narices en el asunto y ocasiona un ménage à trois. Cupido solo no, también el padre de Alexia, la socia de Marina, la madre de Marina, el amigo de Carlos y ciertos deseos de venganza tardía de Marina.

Hay varias películas con el mismo título (por ejemplo: The Knot, de Reino Unido, 2012; Hasta que la boda nos separe, de México, 2018). Esta, de la cual trata la presente reseña, es la película española que se estrenará en los próximos días, dirigida por Dani de la Orden, y está basada en la película francesa de 2017 Jour J (La wedding planner); incluso lo dice en los créditos. Tiene buena fotografía y sonido, escenarios cuidados (algunos majestuosos en las Islas Canarias) y buenas actuaciones, destacando la de Belén Cuesta. Es una comedia romántica ligera, que puede ver toda la familia. Muy adecuada para que las parejas vayan al cine el 14 de febrero, día de su estreno.

Tal como dijo el productor al presentar la película, tiene dos lecturas, la más básica entretiene y divierte durante los noventa minutos que dura la proyección; pero el guión no es lo suficientemente frívolo como para que no deje asomar algunos tópicos que dan para conversar luego de la proyección. Podría ser en la cena u otro día cualquiera. Lealtad, hipocresía, comunicación, fidelidad, interés, manipulación de otros, son algunos que emergen de las inocentes escenas, algunas disparatadas, de esta película que no tiene más pretensiones que entretener y dejar abierta la opción de la discusión posterior para aquellos espectadores que estén interesados en reflexionar sobre la naturaleza y el comportamiento humanos.


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07 febrero 2020

Caídos del cielo - Francisco Lombardi (1990)


Imagen tomada de IMDb.

Tú eres tu destino.
Frase con la que el personaje «don Ventura» alienta a sus radioescuchas.


La fatídica década de los ochenta en Perú fue una época infeliz. Era la economía con la mayor inflación de Sudamérica (miles por ciento mensual), el colectivo comunista Sendero Luminoso asesinaba a mansalva. Se gestaba el advenimiento de Fujimori al poder como salvador nacional. No hubo suerte (como siempre). Francisco Lombardi, el más importante cineasta del país inca, observa esa realidad con la mirada crítica y lo plasma en esta producción que recibió el Goya a la mejor película extranjera de habla española en 1991. Los aspectos formales del film están muy bien ejecutados; la versión proyectada en la Academia de Cine (el 20-11-2019) fue una copia digital producto de una restauración. El director, en el coloquio posterior a la proyección, afirmó que era una de sus cinco o seis películas de las que está más satisfecho.

Cuenta tres historias no correlacionadas entre sí, aunque hay personajes comunes en ellas que las vinculan. Los ancianos Lizardo y Cucha, su esposa, han perdido a su único hijo y construyen su mausoleo para cuando mueran. Eran de clase media, ahora venidos a menos. Son los propietarios de la vivienda donde vive el locutor Humberto Sánchez, «don Ventura», que tiene un programa de radio para animar y ayudar a la gente. Él persuade a una joven de que no se suicide arrojándose por un precipicio y la lleva a vivir a su casa. Le pone por nombre Verónica, pues ella no llega a decirle su nombre en todo el filme. Esta joven muestra un comportamiento extraño y evita el acercamiento de Humberto. Ambos tienen cicatrices físicas en sus cuerpos que los inhiben de tratar a otras personas; ella se inhibe mucho más que él. La tercera historia es de una anciana ciega que quiere recuperar la vista; vive en una chabola con dos nietos menores. Don Lizardo y su esposa le regalan un enorme y desnutrido chancho, que un inquilino japonés les dio como pago del alquiler, para que con el dinero de su venta ella se opere. La anciana maltrata a los dos niños, cuya madre emigró a Estados Unidos. Ese maltrato sostenido se revierte un día. En medio de algunas escenas, salpimentadas con humor negro, las tres historias se desarrollan mientras dan cuenta de las desdichas que los tres estratos sociales tienen que afrontar.

Una constante que se puede observar en las tres historias es que presentan personajes optimistas y pesimistas interactuando entre sí. Los optimistas, o menos pesimistas, tratan de levantar el ánimo de los pesimistas, tratan de que se nivele el resultado final de sus desdichadas existencias. Los personajes pesimistas, negativos, lo son más por circunstancias exógenas que por motivos interiores a ellos, son víctimas de la circunstancia, aquella que Ortega y Gasset dijo que había que salvar, so pena de no salvarse uno mismo. Lombardi no hace concesiones ni fuerza la trama hacia finales felices, más bien reproduce lo que la vida es en esencia para esas desafortunadas personas en un ejercicio de sinceridad, de honestidad con la historia, con la vida. Este film no deja de recordar al cine de Ripstein, si bien los personajes del cineasta azteca se hunden cada vez más en su miseria, conscientes o no de ello, mientras que los de Lombardi no son tan abyectos, simplemente no pueden cambiar su circunstancia existencial.

Los de mayores recursos, los ancianos, bajan su nivel de exigencia a la vida (bajan su estado de bienestar) para lograr su objetivo: concluir su mausoleo. Los más pobres, como Verónica y Humberto, no logran superar su desgracia, en especial ella. Los niños y la anciana abuela terminan en tragedia. La medida del escape, o de la adaptación, al destino de cada grupo está relacionada con su nivel socieconómico; tan igual a la vida real como ella misma. El adagio de don Ventura, de que tú eres tu destino, tú harás lo que tú quieras, loa extraordinariamente antropocéntrica, tan arbitraria como pueda ser cualquier aserto sin fundamentación (muy new age), es barrido por los hechos y las incontrolables circunstancias del entorno, un entorno asfixiante y rígido, que atenta contra cualquier posibilidad de mejorarlo tan siquiera un mínimo, máxime si es por seres humanos comunes y corrientes. Excelente película.


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Reseña en Wikipedia (incluye una buena sinopsis):