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12 junio 2020

Violencia - Jorge Forero (2015)


Imagen del afiche en IMDb.

Prohibido matar. 
Dios.


La escueta película muestra tres secuencias en tres parajes distintos (selva, ciudad y entorno rural) relacionados con la violencia que se vive en Colombia. La cinta, por un lado se distancia lo suficiente para no afectar al espectador, y por otro se acerca a los personajes a través de la visualización de pequeños detalles cotidianos de aquellos que están inmersos en el mundo violento. El primero, en la selva, un secuestrado por la guerrilla, encadenado. El segundo, un joven citadino que cae víctima de una emboscada dirigida por guerrilleros o paramilitares (para los efectos da igual). El tercero es un cabecilla de un grupo paramilitar (o guerrillero, da igual) que ordena a sus subalternos acciones atroces. Se deja entrever que los tres son asesinados.

La película es muy parca en diálogos significativos y tiene largas tomas de cuidada fotografía. La cadencia es deliberadamente lenta, pero no se justifica esa lentitud. Quizás si se contara alguna historia podría justificarse la lentitud, pero no cuenta una historia, muestra escenas sueltas que conforman secuencias, suerte de collage sin conexión entre los personajes. Solo hilvana las secuencias el hecho de la violencia. No es una cinta memorable y quizás pudo haberlo sido si se hubiesen tejido historias, aunque fuesen fugaces. Los pedazos de historia que muestra no concluyen y uno la pasará con rapidez al olvido. Tal como se pasa al olvido en Iberoamérica los sucesivos crímenes, que —por desgracia— ya forman parte de la vida cotidiana de sus habitantes.

Como película no convence; sin embargo, el tema que pretende plantear hacen que uno, de nuevo, pregunte: ¿Qué le pasa a Iberoamérica?, ¿por qué tanta violencia, tanta irresolución, tanto atraso? ¿Por qué no logran un proyecto identitario que excluya la violencia, el robo, el asesinato, la mediocridad? Aceptando que no quieren ser ricos como los Estados Unidos, que quieren ser pobres porque eso es bueno, que quieren ser mediocres; aún así, ¿por qué serlo asesinando, robando, por qué? ¿No pueden ser «pobres pero honrados» como, en efecto, son su gran mayoría?

Quizás todo haya comenzado hace quinientos años. En la madre patria, en pleno siglo XXI, se inaugura la tercera década con un gobierno de izquierda extrema, populista y peligrosa, con vocación totalitaria; ideología históricamente fracasada hasta la saciedad. Es posible que lo hereditario hispánico ayude a explicar esa desgracia que acompaña a Iberoamérica que no acompaña a sus primos hermanos del norte, herederos anglosajones.


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