Páginas

18 febrero 2021

Cangrejo/Cangrejo II - Román Chalbaud (1982/1984)


Imagen del póster de
Cangrejo en IMDb.

4 crímenes 4 poderes


En 1978, el comisario de la PTJ (Policía Técnica Judicial, tal como se llamaba entonces) Fermín Mármol León escribió, desde su retiro, el célebre libro 4 crímenes 4 poderes. En él, Mármol León cuenta cuatro casos de homicidios que fueron, en principio, resueltos por la policía pero que resultaron carentes de detenidos porque —se supone— lo evitaron cuatro poderes que estarían detrás de los culpables: el poder militar, el poder político, el poder económico y el poder eclesiástico. Dos de estos casos, el del poder económico y el del poder eclesiástico, fueron llevados a la pantalla por el cineasta Román Chalbaud en 1982 y en 1984 respectivamente.



Las crónicas de los cuatro casos que refirió Mármol León en su libro están muy bien resumidas por la concienzuda investigación de Mariana Alarcón y la ágil pluma de Pedro Revette en su blog Crónicas del Tánatos, en un enlace específico que remite a estos casos, aquí. En este blog el lector conseguirá numerosos crímenes ocurridos en Venezuela; algunos más sonados que otros, pero todos interesantes y muy bien narrados.


Cangrejo: El caso Vegas Pérez.

De la quinta acepción de la palabra cangrejo dice el DRAE: 
5. m. coloq. Ven. Asunto que no se puede resolver [Ven. = Venezuela].
En el argot policial, esto equivale a un caso cuya resolución se ha complicado a tal nivel que no se puede determinar la culpabilidad del indiciado. O que, habiéndolo esclarecido, no se concluye por fuerzas ajenas a la policía; nadie resulta detenido, ergo, no hay responsables por el delito. 

El caso Vegas Pérez trata sobre el secuestro y muerte del niño Carlos Vicente Vegas Pérez, tercer hijo de una familia acomodada de Caracas, ocurrido en 1973. De los cuatro casos abordados por Mármol León en su libro, este es, sin lugar a ninguna duda, el que despertó más la atención de la opinión pública; no solo porque se trató de un niño, que eso ya sería suficiente; sino que en 1973 los mass media tenían un espectro de difusión muchísimo mayor que lo tenían cuando ocurrieron los otros crímenes (dos de ellos en 1965 y uno en 1961; este último cuando pocos venezolanos tenían televisión).


Dura lex, sed lex.
[La ley es dura, pero es la ley].
Dice el comisario León en una oportunidad.

Otro motivo por el que fue un caso muy mediático es que involucró a jóvenes de clase pudiente, algunos muy conocidos en Caracas: es más llamativo que los sospechosos sean «hijos de papá» a que sean unos marginales desconocidos. Sin embargo, el único que quedó tras las rejas fue el más pobre del grupo: el Chino Cano. Cuentan las malas lenguas que algunos de los jóvenes ricos se escondieron un tiempo en El Paují, cerca de la frontera con Brasil, al sur del estado Bolívar; esto con el objeto de exhibir un bajo perfil (más bien nulo) en la sociedad capitalina mientras las aguas volvieran a su cauce. Dizque en El Paují se dedicaron a la apicultura. En el mencionado blog, Crónicas del Tánatos, este triste evento se relata —con cierto detalle— en este enlace.


Las películas

Los espectadores siempre queremos más y esperamos más: pretendemos que la obra posterior de un artista siempre sea mejor que sus obras anteriores. Es probable que la cinta cúspide de Chalbaud haya sido El pez que fuma, realizada en 1977. Como las películas anteriores a Cangrejo y posteriores a El pez que fuma, a saber: Carmen la que contaba 16 años (1978), Bodas de papel (1979) y El rebaño de los ángeles (1979), no habían sido gran cosa, esperamos que Cangrejo fuera soberbia. Sala llena, a pesar de que todos conocíamos la historia del caso Vegas Pérez a priori. El Principio de Peter quizás debería ser una ley, no un principio. Esto no es motivo de vergüenza, ni de desánimo; tampoco es un comentario corrosivo o malintencionado. A veces se dan las condiciones ideales (que son muchas) para realizar una obra ejemplar y no se repiten nunca más. Una película es un trabajo coral, no depende solo del director. Un ejemplo: la considerada como la mejor película de Satyajit Ray fue su ópera prima, Pather Panchali, una obra maestra del cine. No pudo volver a hacer nada igual o superior a ella. Como este, hay innumerables casos.

Cangrejo es una película correctamente realizada, con la mayoría de las actuaciones convincentes lo suficiente (si bien destaca la de Miguel Ángel Landa en el papel del comisario León) y una buena música de Miguel Ángel Fuster. Es aceptable y se puede ver sin problema; está tan lejos de ser un bodrio como de ser... digamos que del nivel de El secreto de sus ojos. Ahí, en el centro del medio. Lo mismo vale para el filme Cangrejo II.


---
Reseña en Wikipedia:
Enlace al blog Crónicas del Tánatos:
Enlace al capítulo de 4 crímenes 4 poderes. Aquí hay enlaces a los cuatro casos:
Enlace al caso Vegas Pérez:
Vídeo de 12 minutos en el que Alberto Betancor comenta y resume el libro de Fermín Mármol León: 


—o—


Imagen del póster de
Cangrejo II en IMDb.

Nemo reus, nisi probetur.
Nadie es culpable hasta que se demuestre.


Quizás debido al éxito de taquilla de Cangrejo, Chalbaud arremetió de nuevo con otro de los homicidios impunes: el caso del padre Biaggi; el más llamativo luego del caso Vegas Pérez. Quienes éramos niños al momento de los hechos apenas si lo recordamos: fue en 1961. Supimos de él mucho después, gracias a la hemeroteca y a reportajes televisivos o periodísticos. Quizás esta lejanía temporal entre los espectadores y el crimen haya jugado en contra de la película.

En Ciudad Bolívar, Lesbia María Biaggi, la hermana del padre Luis Ramón Biaggi, fue brutalmente asesinada en su casa; también fue violada (o tuvo relaciones consensuadas, como sea, por un hombre que padecía blenorragia). El poder eclesiástico (no religioso) estaría detrás de la impunidad de este homicidio. De acuerdo a la información compilada por los autores del blog Crónicas del Tánatos, la culpabilidad del padre Biaggi siempre estuvo en entredicho. Este es el crimen que cuenta en dicho blog con la crónica más detallada de los cuatro delitos (en este enlace).

El padre Biaggi está interpretado por el actor Eduardo Serrano y el policía que investiga el caso (León) de nuevo por Miguel Ángel Landa. También está realizada con cuidado, de acuerdo al estándar del cine venezolano de esos años; a medio camino entre un bodrio y una gran obra.


Sesgo.

Si bien ambas producciones relatan una hipótesis de los acontecimientos relativos al crimen y a la posterior pesquisa, más o menos plausible, sin pretender apuntar a los culpables de forma directa, sí hay una intención subyacente de culpar a quien se supuso siempre como los autores de los crímenes. Para llegar a juicios de valor, sin embargo, hay que tener más información; al menos la misma que tuvo el juez. En el caso del asesinato de Lesbia María Biaggi, había muchos indicios que no apuntaban al hermano, si bien la película deja entrever su «evidente» culpabilidad (incluso afirmando un dato crucial: que él tenía gonorrea, mientras que el padre Biaggi en la realidad no la padecía). Véase la crónica sobre este homicidio en este enlace

Y ¿no podría estar sesgada la crónica mencionada? Sí; también la instrucción del caso. La verdad la saben los involucrados: víctimas y victimarios. Pero todos conocemos casos en los que la justicia se ha visto impedida de andar su largo y tortuoso camino por fuerzas ajenas a ella... En este sentido, las películas, al igual que el libro, son pertinentes y nos recuerdan lo endeble y arduo que es el ejercicio de las leyes.


---
Reseña en Wikipedia:
Enlace al caso del padre Biaggi en el blog Crónicas del Tánatos:


No hay comentarios:

Publicar un comentario