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09 noviembre 2021

El precio de la codicia - Jeffrey McDonald Chandor (2011)


Imagen del póster en IMDb.

Los hampones de cuello blanco.


El precio de la codicia (Margin call en inglés) es el primer largometraje dirigido y escrito por J. M. Chandor. Narra lo sucedido a las personas clave de un banco de inversión poco antes de la crisis financiera de 2008. Está inspirada en lo sucedido a la firma Lehman Brothers

Al despedir a Eric Dale (Stanley Tucci) sin previo aviso, este le entrega una memoria USB a uno de sus subalternos, Peter Sullivan (Zachary Quinto), un científico que funge de analista. Peter la ojea al finalizar la jornada y pronto se da cuenta de que la información, que incluye simulaciones de escenarios, revela que la empresa podría ir a la ruina por asumir riesgos por encima de los valores admisibles. Llama a su compañero Seth Bregman (Penn Badgley) y este acude con el jefe de ambos, Will Emerson (Paul Bettany). Al entender el problema, Will contacta a su superior, Sam Rogers (Kevin Spacey), a quien le fastidia regresar a la oficina porque su perro está muriendo. Rogers llama a su superior, Jared Cohen (Simon Baker), un gurú financiero asesor del director. Este convoca a una reunión con Sarah Robertson (Demi Moore), la máxima autoridad del banco en análisis de riesgo y con John Tuld (Jeremy Irons), presidente de la junta directiva del banco. También llegan algunos miembros de la directiva junto con Tuld, en un helicóptero.


Peter y Seth en un bar, buscando a Eric Dale.
Imagen tomada de IMDb.


Solución: vender. Jared Cohen propone la venta inmediata de toda la basura que tienen en sus manos. Rogers advierte que jamás volverán a creer en ellos los clientes cuando se descubra el fraude. Eso no importa, John Tuld ordena la venta de todos los títulos basura. En el argumento detallado de Wikipedia (en este enlace) se describe en términos financieros lo ocurrido. Para quienes no manejamos la jerga especilizada, la mejor explicación la ofreció el economista Leopoldo Abadía en el desaparecido programa de Buenafuente (en este enlace o bajo este párrafo). Con lenguaje sencillo y con humor, el señor Abadía nos ilustra cómo funcionó la operación, planificada a nivel global y con números espeluznantes: muchos ceros a la derecha. Fue un robo. Gigantesco; trillones de dólares involucrados. Tan grande que hizo desaparecer en un soplo empresas como Lehman Brothers.


Leopoldo Abadía en Buenafuente explica la crisis
que él llamó «ninja»: no income, no job, no assets.
(crédito a gente sin ingreso, sin trabajo, sin activos).


La película bien pudo haber sido un bodrio, pues solo son personajes hablando en oficinas; en ocasiones ni se les entiende, porque emplean la jerga especializada de las finanzas, aunque poco. J. M. Chandor logró un film atractivo gracias al reparto de actores, a los diálogos (los inteligibles) y al ritmo dinámico, a veces trepidante, de la narración. Es una buena película.


Sam Rogers con un bonito discurso para motivar a
sus muchachos a vender todo el excremento. Un
millón de dólares a cada uno y la promesa de que
jamás nadie volverá a creer en ellos.
Imagen tomada de IMDb.


En 2008 apresaron a uno de los mayores ladrones que han existido, Bernard Madoff, que estafó a sus clientes por valor de más de sesenta millardos de dólares utilizando el esquema piramidal Ponzi(1). El mayor fraude cometido por un solo individuo en la historia. Está pagando 150 años de cárcel. El muy desgraciado ni siquiera está arrepentido(2).


Eric Dale y Sarah Robertson, dos de las víctimas
de la operación. Imagen tomada de IMDb.


Sobre la podredumbre en Wall Street, ya nos había advertido Oliver Stone en su fantástica película de 1987 Wall Street. Nada ha cambiado; siguen dirigiendo los hilos de la economía gente encorbatada, sin escrúpulos y sin haber producido ni un kilogramo de tomates silvestres en toda su vida. Sus desmanes, tan monstruosos como los de los narcotraficantes, son abono de primera para el discurso progre y de la ultraizquierda. Pero eso a ellos no les importa, los gobiernos los amparan y cubren sus delitos; además, tienen sus propiedades en paraísos lejanos a donde correrán cuando hagan cosas como la que hicieron John Tuld en esta película o Gordon Gekko en Wall Street. Muy pocos terminan como Madoff, muy pocos.


John Tuld persuade a Sam Rogers para que no renuncie.
Entre otras cosas, numera las crisis financieras del
pasado como argumento a favor de seguir adelante:
1637, 1797, 1819, 1837, 1857, 1884, 1901, 1907,
1929, 1937, 1974, 1987, 1992, 1997 y 2000.
Imagen tomada de IMDb.


¿Por qué lo hacen? Es una pregunta interesante. No se trata de gente de escasos recursos, tentada a robar para tener algo de comer, no. ¿Por qué quieren tener mucho más dinero de la ingente cantidad que ya tienen? El profesor Fernando Mires razonó de forma brillante sobre la respuesta a esta pregunta en la oportunidad del escándalo de los papeles de Panamá en 2016; en el que se descubrió una gran cantidad de personas célebres ocultando su dinero (bien o mal habido) en paraísos fiscales para no pagar impuestos; incluso gente que pertenece a estados o gobiernos. Como todo, eso terminó en nada, en la nada más absoluta, en el vacío interestelar. Remito al lector a la lectura del artículo del profesor Mires para conocer una posible respuesta a esta intrigante pregunta (en este enlace o en este otro).


Imagen del póster en Filmaffinity.


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(1) Parecido al juego «la pirámide», que se hizo popular a principios de los años 80 en Venezuela: se paga a los inversionistas anteriores con el dinero que aportan los recién incorporados. Es una estafa.
(2) Véase este enlace o este.

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Artículo en Wikipedia con argumento detallado:
Artículo en Wikipedia en inglés:


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