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09 agosto 2013

Cero en conducta – Jean Vigo (1933)


Imagen del póster en IMDb.

¿Para quién el cero, para los niños o para el carcelero?


Este mediometraje de Jean Vigo nos muestra la vida de los niños en un internado. Con gran perspicacia, critica el método de castigar la supuesta mala conducta de los niños con penas que distan mucho de ser proporcionales a las travesuras (el llamado castigo positivo). Cero en conducta implicaba no salir los domingos del internado. Este castigo era impuesto aún por pequeñas faltas. Todavía hoy se usa ese castigo, pero afortunadamente el castigo negativo está ganando terreno cada día.

Pero el planteamiento no termina ahí. Jean Vigo utiliza sutiles símbolos (algunos no tan sutiles) que califican el comportamiento adulto de igual manera: propio de infantes. Así, vemos a un profesor embriagado, que los inocentes niños toman por muerto, o a otro imitando el caminar de Charlot, o a un policía jugando sobre un potro de gimnasia. La infantilidad implica también cierta arbitrariedad, una característica de los sistemas totalitarios y de algunos adultos no maduros, pero también de los niños; de manera que los castigos son precisamente tan arbitrarios e infantiles como si fuesen impuestos por los muchachos. No es casual que el director de la escuela sea un adulto con estatura de niño; él es quien impone los castigos, por lo que más infantil y arbitrario es.




Toda la cruda crítica al sistema educativo francés de la época no es, de ninguna manera, traumática para el espectador. Al contrario, la película muestra los eventos con un tierno lirismo, en el que se enmarca la infancia. Muy escasos diálogos y una acertada música acentúan la atmósfera poética del filme. Una de las escenas que hace honor a lo dicho, es la de los niños en medio de una lluvia de plumas. Se trata de una escena de gran belleza.

Otra arista de la crítica de Vigo refiere a la sinonimia del pequeño mundo del internado con la sociedad: los adultos que imponen los castigos a los niños serían las clases dirigentes, particularmente la política, mientras que el pueblo estaría representado por los chicos del internado. Aún extrayendo cualquier lente marxista en esta interpretación, hay que reconocer que la similitud es patente.

La película fue muy polémica y fue estrenada en Francia 13 años después de realizada. Una pequeña joya del cine galo. Se puede ver en este enlace doblada al italiano, y en este enlace con subtítulos en inglés.




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