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03 enero 2014

El atlas de las nubes - Hermanos Wachowski/Tom Tykwer (2012)



El retorno de la mariposa Déjà vu reencarnada y su clamor por justicia


Esta película ha suscitado las más contradictorias pasiones tanto en el ámbito de los críticos como en el del público; a tal punto que fue incluida en las listas de las mejores películas de 2012 y también en las de las peores películas de 2012, encabezando algunas de ellas[1]. Durante su accidentado rodaje se suscitaron problemas de índole financiera que casi dan al traste con tan ambicioso proyecto. Fue la vehemencia del protagonista, Tom Hanks, la que permitió a este filme ver la luz. Hanks, a quien le disgusta dejar proyectos a medias, señaló que él regresaría al plató sin tener en cuenta sus honorarios. Esta actitud logró que el resto del equipo se reintegrara al rodaje. Su costo, de más de 100 millones de dólares, la hacen la película independiente más costosa hasta ahora. La película no arrojó pérdidas financieras, pero su apreciación es dispar, tal como indiqué antes. El autor de la novela base, David Mitchell[2], quedó muy complacido con el producto final; a tal punto que dijo que luego de ver el filme ya no recuerda de dónde obtuvo los personajes de su novela (ignoro si lo dijo en serio o no). Mitchell comprendió, y compartió, los cambios realizados entre la novela y el filme. En el artículo referido en [2] (en inglés) explica las razones de esos cambios. Esta cinta tiene elementos que hacen pensar que, en los años venideros, puede convertirse en un filme de culto, tal como lo es otra producción de los hermanos Wachowski: Matrix. Estos hermanos han apuntado que les gusta contar historias en forma no convencional, trasgrediendo si es posible, retando al público en lugar de complacerlo con algo trivial. Esta película está realizada con ese criterio. Ha sido nominada a numerosos premios, y ha ganado algunos de ellos. En el Festival de cine de Toronto recibió una ovación de diez minutos.




El atlas de las nubes, basada en la novela homónima, cuenta seis historias que están interrelacionadas entre sí y que se desarrollan en tiempos distintos: en el Pacífico Sur en 1849, en Gran Bretaña en 1936, en San Francisco en 1973, en el Reino Unido en 2012, en Nueva Seúl en 2144 y, finalmente, en una isla llamada Big Island en una era postapocalíptica, 106 inviernos posterior a «la caída». Los cortos prólogo y epílogo se desarrollan algunos años después de Big Island, fuera de la Tierra. Estas historias se cuentan de manera lineal, pero intercaladas (del fragmento de una historia cambia abruptamente al fragmento de otra, y así sucesivamente). En algunas hay flashbacks dentro de los fragmentos en los que se divide la historia. David Wark Griffith no empleó flashbacks en su monumental Intolerancia (1916), pero sí contó cuatro historias en épocas distintas, de manera paralela y «saltando» de una historia a otra. Fue pionero en esta forma de editar una película. En Intolerancia, la interrelación entre las historias remite solamente a un concepto: la existencia de la intolerancia a través del tiempo. En El atlas de las nubes, la interrelación entre las historias es más compleja ya que interrelaciona conceptos, circunstancias y personajes. Esto la hace de difícil visionado (pero no tanto como Memento). Se requiere mucha atención viéndola, y hay que verla más de una vez para atar cabos (al menos en mi caso fue así). Las seis historias están resumidas en este enlace (en español) y en este en inglés. Su duración es de casi tres horas y cuenta con un reparto de actores de lujo.


Comentarios de los directores, hechos de manera simpática y original.


Voy a obviar algunos errores menores que se pueden apreciar (casi todas las películas tienen algunos errores menores) y las interpretaciones de algunos actores, que no siempre fueron homogéneas ni tuvieron la misma calidad en todas las escenas e historias. No se entienda que todo esto la hace desmerecer, ni la hace acreedora de nuestro desprecio. Primeramente hay que afirmar que la película es un excelente espectáculo visual. En términos generales, la parte técnica está a la altura de las grandes películas. Mención especial merecen: el arduo trabajo de edición que requiere una cinta como esta; el original guión, en el que participaron los tres directores; la música, compuesta parcialmente por el tercer director: Tom Tykwer y la fotografía; sin que queden atrás el montaje, la cinematografía, el sonido, el maquillaje y el vestuario. La mayoría de las actuaciones, como las de las hermosas Susan Sarandon y la coreana Bae Doona, y las de los actores Jim Broadbent, Jim Sturgess, Hugo Weaving, James D'Arcy, Ben Whishaw y Hugh Grant, estuvieron muy bien. Quizás uno esperaba más de Tom Hanks y de la bellísima Halle Berry, especialmente de Hanks. Los actores representan entre uno y seis roles, cosa nada fácil[3]. Los créditos, al final del film, están profusamente detallados y su proyección abarca casi diez minutos.




El tejido entre las historias se realiza a través de un alma que reencarna en diversos personajes, de diferente edad, sexo (o preferencia sexual), condición social, ascendencia familiar, profesión, etcétera. El eterno retorno, en su versión lineal, no circular. Tienen ellos una marca de nacimiento que es una mancha en forma de cometa en la piel. Diversos actores interpretan a las diversas encarnaciones de dicho espíritu. Actores masculinos interpretan féminas y hombres, y actrices interpretan personajes masculinos y femeninos indistintamente. En el entorno de esta alma reencarnada figuran personajes que pueden igualmente ser reencarnaciones de otros espíritus[4]. Asimismo, entre las sucesivas encarnaciones del alma central de la película, se transfiere información en diversos formatos: diario escrito, música, libro, película, etcétera. Esa información se acumula y transforma, y es asimilada por la reencarnación siguiente, pues -aparte de que esta se topa con dicha información- siente atracción por la misma (¿las reminiscencias platónicas?). Algunos personajes presentan episodios de paramnesia (¿las susodichas reminiscencias?), y el concepto del karma está igualmente presente.




Al igual que hay sempiternos paladines de la justicia y la libertad, los hay de la opresión y la injusticia. Tal como dicen algunos: para que exista el bien, tiene que existir el mal; en lugar de decir que el bien es la ausencia del mal, como dicen los físicos respecto a la luz/oscuridad o al calor/frío. Estos paladines también reencarnan y son los defensores de la esclavitud o de los regímenes totalitarios. Varios actores tuvieron que hacer de malos a lo largo de todo el film: Hugh Grant y Hugo Weaving (también el malo en Matrix) son dos de los malos que intentan hacerle la vida difícil a las nobles almas. El devenir de estas almas es como la danza de las nubes, que cambian de forma o de dirección, de volumen o de color, pero siempre están conformadas por la misma esencia, y son parte del atlas fijo del orbe.

Todo esto es aderezado con el efecto mariposa. De suerte que estamos ante una película cuyo eje central es metafísico. Vienen a nuestra mente Platón, SpinozaSchopenhauer, Hegel, HeideggerNietzsche, entre otros; incluso Brian Weiss y su Muchas vidas, muchos sabios o Carlos Castaneda (mencionado en el film); también la mecánica cuántica y el extraño comportamiento de las partículas elementales. Como se ve, es un cóctel filosófico; pero felizmente tiende a ser ecléctico en lugar de ser sincrético.




No se queda ahí este film. También es político. Y es que los personajes principales rondan alrededor de la lucha por la libertad y en contra del totalitarismo en sus diversas formas de manifestarse; la búsqueda de la verdad y la justicia[5]. Tan ambiciosa es la película en su aspecto cinematográfico como en el temático. La pareja de la historia de 1849, que terminó afiliándose al movimiento para la abolición de la esclavitud (porque al personaje principal le salvó la vida un esclavo negro), es el mismo dúo que en la historia de 2144 desenmascara el sistema totalitario implantado en la Nueva Seúl que, entre otras cosas, incluye la esclavitud y el reciclaje de los cuerpos de ese estrato social para alimento, previa ejecución del esclavo, llamado aquí «fabricante». Clara alusión a Cuando el destino nos alcance (1973). En otra escena, correspondiente a la historia de 2012, un personaje grita «Soylent green» a un grupo de ancianos residentes de un geriátrico (Soylent green es el nombre del «alimento» en el film Cuando el destino nos alcance). No es la única alusión a obras previas. Se alude indirectamente a Matrix cuando en Nueva Seúl un personaje identifica a Sonmi 451 como la «elegida» para dirigir el movimiento anti totalitario (en Matrix el elegido sería Neo). Hay referencias a otros filmes, como Metrópolis, Coma, Rashomon o Brazil. Algunas de las alusiones serán argumentales, otras pueden ser homenajes a esas películas, otras quizás sean coincidencias involuntarias que a los espectadores se nos antojan referencias. Pero la musa de los Wachowski fue, a decir de ellos mismos, 2001: Una odisea espacial, con la que comparte también elementos comunes, tal como el hecho que es una entidad la que sirve de pegamento a la fragmentada narración (monolito en una, alma o espíritu en la otra), o las largas elipsis de ambos filmes. Otro tanto se puede decir de la novela que le sirvió de base a esta excelente realización.




Película que ha movido pasiones de amor y odio: hay quienes la adoran y otros la desprecian[6], hay quienes les ha gustado[7] y hay quienes no la disfrutaron ni un ápice, hay quienes la consideran una gran película[8] y hay quienes creen que es una basura. Hay de todo en la viña del Señor. Algunos filmes pasaron desapercibidos, y hasta fueron menospreciados en su momento, y luego resucitaron como grandes obras. El ciudadano Kane es el típico ejemplo de esa transformación en la apreciación de un filme. Quien esto escribe opina que es una película extraordinaria; a tal punto que resulta grato verla varias veces.


Algunas frases mencionadas en la película que invitan a reflexión.
Varias son verdades de Perogrullo; sin embargo, cada una de ellas bien podría dar lugar a un ensayo.
  • La verdad es única, las versiones son falsedades. [Rashomon, Kant].
  • Si Dios ha creado el mundo, ¿cómo saber qué podemos cambiar y qué debe permanecer sagrado e inviolable?. [El libre albedrío, el hombre jugando a ser Dios, los mandamientos, entre otros conceptos religiosos, políticos, metafísicos y morales implicados].
  • Las fuerzas ocultas que hacen girar el mundo agitan nuestros corazones. [Somos parte de un todo, visión holística del mundo, Spinoza, Hegel].
  • Nuestra vida no nos pertenece. Del vientre a la tumba estamos unidos a otros, del pasado y del presente. Y con cada crimen que cometemos, con cada gesto amable, construimos nuestro futuro. [Esta kármica frase es dicha reiteradamente, visión holística del mundo].
  • Tienes que hacer lo que no puedas dejar de hacer. [¿Imperativo categórico kantiano?].
  • El pez grande se come al pequeño. [«Ley del más fuerte» dirán algunos, Darwin entre ellos; también mencionada varias veces].
  • ¿Y qué es el océano sino una multitud de gotas? [En respuesta a que solo es una gota de agua en el océano infinito lo que uno puede hacer para cambiar el «orden natural de las cosas»; los que salieron de la caverna del mito de Platón contestarían así, los que se quedaron serían los que afirmarían que sería una gota de agua en el océano infinito...].
  • Tendrás el poder sobre las personas siempre que les des alguna cosa. Si a un hombre se lo quitas todo, ese hombre ya no estará bajo tu poder. [Esto me hace recordar a El Príncipe, caps. XV y XIX, al proselitismo político y a principios políticos muy usados por el populismo; pero la sentencia es cierta, ¿o no?].
  • Ahora entiendo que la frontera entre el ruido y el sonido es una convención. [El subjetivismo, Descartes].
  • Todas las fronteras son convenciones que esperan ser superadas. Puedes superar todas las convenciones con solo concebir la posibilidad de hacerlo. [Mito de la caverna, de Platón; «tú puedes»].
  • Mi vida se extiende más allá de las limitaciones de mi ser. [La trascendencia, la eternidad, la reencarnación, el eterno retorno, el alma inmortal].
  • ¿Por qué cometemos los mismos errores una y otra vez? [«Porque somos estúpidos», dirían Albert Einstein y Manfred Max-Neef].
  • La fe, como el miedo o el amor, es una fuerza que debemos comprender como comprendemos los fenómenos de la relatividad y del principio de incertidumbre, fenómenos que determinan el curso de nuestras vidas. Ayer, mi vida iba en una dirección. Hoy, va en otra. Ayer estaba seguro que no haría lo que hice hoy. Estas fuerzas, que a menudo rehacen el tiempo y el espacio, que pueden dar forma y alterar a la persona que imaginamos ser, comienzan mucho antes de nuestro nacimiento, y continúan después que perecemos. Nuestras vidas y nuestras decisiones, al igual que las trayectorias cuánticas, son entendidas momento a momento. Cada punto de intersección, cada encuentro, sugiere una nueva dirección potencial. [Relatividad, mecánica cuántica, teoría del caos, teoría de probabilidades, el destino, toma de decisiones, la duda metódica, el principio de incertidumbre, otras cosas y quizás algo de especulación].
  • ¿Qué es un crítico, sino uno que lee rápidamente, con arrogancia, pero nunca con sabiduría? [Felizmente este blog es de comentarios, no de crítica...; crítica a cierto tipo de críticos, como -entre otras- la de Federico Fellini en 8-1/2].



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[1] Una lista (de tantas que se hacen) de las mejores y peores películas de 2012 (en inglés):
[2] Véase su artículo al respecto en este enlace (en inglés).
[3] Algunos de ellos son: Tom Hanks 6, Halle Berry 6, Jim Broadbent 5, Hugo Weaving 6, Jim Sturgess 6, Doona Bae 6, Ben Whishaw 5, Keith David 4, James D'Arcy 4, Xun Zhou 3, David Gyasi 3, Susan Sarandon 4, Hugh Grant 6.
[4] Para efectos de este artículo, alma y espíritu se han tratado como sinónimos. Tal como en Cien años de soledad, para la cual un árbol genealógico de los Buendía (como se incluyó en su edición aniversaria) ayuda sobremanera a que el lector no «se pierda», no sería mala idea contar con algo similar para ver esta película y reconocer las sucesivas reencarnaciones del personaje principal: el alma que reencarna, y de otros personajes. En el siguiente enlace figuran los actores y los personajes que interpreta cada uno:
http://kinefilia.wordpress.com/2013/03/14/quien-es-quien-en-el-atlas-de-las-nubes/.
Y en el artículo de Wikipedia hay una tabla de actores vs. personajes:
http://es.wikipedia.org/wiki/El_atlas_de_las_nubes_(pel%C3%ADcula)#Reparto
[5] Llama la atención que, desde el punto de vista ontológico, el deseo de libertad y de justicia sean atributos inmanentes del espíritu, mientras que no lo es la personalidad del ente que le sirve de habitáculo, es decir, de la persona en la que encarna. Claro, es infinitamente más universal la libertad y la justicia que la individual personalidad. En este escrito, ente, ser y entidad también se han empleado como sinónimos aproximados, no en su sentido heideggeriano.
[6] Crítica negativa: http://extracine.com/2013/02/critica-de-cloud-atlas.

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Otros enlaces:
El efecto mariposa:
http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_mariposa
El eterno retorno:
http://es.wikipedia.org/wiki/Eterno_retorno
Cloud Atlas en Wikipedia en inglés:

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