Páginas

25 diciembre 2014

Hace 2014 años


Uno de los primeros filmes[1] sobre la vida de Jesús: La vida y pasión de Cristo (Vie et Passion du Christ), de Ferdinand Zecca y Lucien Nonguet (1903). Este filme fue coloreado con una técnica denominada Pathéchrome, propia de la empresa Pathé.


Nota preliminar

Tenga en cuenta el lector, que los filmes insertados en este artículo, así como todos los del inicio del cinema, datan de hace más de un siglo. El contexto bajo el cual se realizaron implica no solo las limitaciones técnicas propias de los albores del cine, sino la carencia de un imaginario cinematográfico sobre los hechos, sirviendo como referencia visual solamente las obras que dejaron los maestros de la pintura, y como guión las Sagradas Escrituras (diferencias entre Evangelios incluidas). De suerte que estos pioneros sentaron las bases para el imaginario cinematográfico que sobre la vida de Jesús y los acontecimientos propios de dicha historia tenemos los espectadores actuales.



Estas películas son notables, extraordinarias para la época. Están divididas en las partes significativas de la vida de Jesús. Básicamente siguen los Evangelios, seleccionando para cada sección el que imprime más dramatismo a la historia; e incluyen partes que han sido omitidas por muchas películas modernas, tales como la huida a Egipto o el retiro de Jesús en el desierto para purgar las tentaciones.




¿Qué se puede agregar, que no se haya dicho ya, sobre este hombre que partió la Historia en dos?

Prácticamente no hay pintor, escritor, compositor, arquitecto, escultor, dramaturgo o cineasta célebre que no haya acercado alguna de sus obras a Jesús o a las implicaciones que surgieron luego del andar de este curioso personaje por Galilea. En cuanto al cine refiere, ya desde la infancia de este nuevo arte se produjeron películas sobre la vida y pasión de Jesús. Cineastas de la talla de ScorsesePasolini, Rossellini, Zeffirelli, DeMilleBuñuel, Dreyer, entre muchos otros, realizaron filmes relacionados directa o indirectamente con Jesús. Muchos más los hicieron sobre temas colaterales: cristianismo, santidad, religión, épicas sobre la época de Jesús, personajes relacionados (Moisés, San Francisco,...), existencia de Dios, y un largo etcétera. Es, sin duda, el personaje que más ha atraído al cine y sobre el que más películas se han rodado. Hay más de cien filmes relacionados de alguna manera con su vida, y son innumerables los que están inscritos en lo que señalé antes como temas colaterales. Si partió la Historia en dos... ¿cómo no va tener algo que ver con el arte en general y con el cine en particular?

El cine, siendo un arte de difusión masiva, ha contribuido notablemente a la generación del imaginario cristiano del siglo XX. Esto ha sido independiente de la veracidad histórica de la existencia de Jesús[2]. Pero la atracción de su historia es tal que apasiona no solo a los artistas, sino también al público. A 2014 años de aquellos hechos, la fascinación perdura. La muerte consentida, no evitada, al mejor estilo de Sócrates, y que después emularan Jesús o Juana de Arco, sin contar inmolaciones como la del monje budista en 1963, en Vietnam[3]. La «muerte necesaria». Para la redención, para no abjurar de los principios que se profesan, para protestar o para no doblegarse ante el statu quo.




Si bien la «muerte necesaria» y la resurrección de Jesús son los puntos cruciales de esta historia, también tienen gran interés otros asuntos que los precedieron: su ignorada infancia, su iniciación, su prédica (por supuesto), los milagros que se le adjudican, el pregonar sobre el amor a Dios y al prójimo, las predicciones, la parábola como elemento pedagógico, la irreverencia ante las autoridades judías y romanas, el instar a seguir los Mandamientos, entre otros.

Uno de esos otros es la —desafortunada— apología de la pobreza. Digo desafortunada porque ha tenido una secuela por demás interesante y contradictoria; por no añadir discriminatoria. Ese discurso de alabanza hacia los pobres (de ellos será el Reino de Dios; ¿los demás, aunque se porten bien y se maten trabajando, no son merecedores de ello?) es, bajo cierto punto de vista, hermano gemelo del discurso marxista. ¿Fue Cristo el primer socialista/comunista? No deja de llamar la atención que luego, en la Edad Media, los poderosos buscaban su membresía celestial con generosas dádivas a la Iglesia (no a Dios). Aún hoy es así. ¿Son esas dádivas para «comprar» el salvoconducto o para hacerse menos ricos y más pobres, y por lo tanto acceder más fácilmente al cielo? Aunque le den interpretaciones rebuscadas, que, entre otras cosas, delimitan qué es riqueza y qué es pobreza desde un punto de vista un tanto subjetivo, no le quitan por completo sus aristas comprometedoras y contradictorias. La generosidad, caridad, munificencia, piedad, altruismo, filantropía y similares, que la fe cristiana promueve, solo aumentan la contradicción, la confusión; pues, si de los pobres es el Reino de Dios, ¿no sería un perjuicio ayudarles a dejar esa condición tan favorable de ser pobres? ¿Por qué la Iglesia, cuyos activos inmobiliarios alcanzan cifras que habría que escribir en notación científica, no se lleva la gloria universal que le otorgaría el repartir semejante riqueza, acumulada durante dos milenios, entre los pobres? ¿No lo hace para que sigan siendo «ventajosamente» pobres?

También tiene connotaciones muy positivas su prédica: el amor al prójimo, el simple portarse bien. Pero las contradicciones y preguntas difícilmente contestables desde el ámbito de la razón, como las anteriores, son precisamente las que mantienen viva esta historia, este mito, cuya influencia y vigencia datan de veinte siglos, y promete perdurar por muchos años más. Mientras la fe esté viva. Son precisamente la fe y el que haya más preguntas que respuestas convincentes, lo que aún le hacen respirar y trascender. Mientras esto sea así, habrá filmes sobre este importantísimo personaje.


El nacimiento, la vida y la muerte de Jesús (The Birth, the Life and the Death of Christ o La vie du Christ), otra interesante película pionera sobre la vida de Jesús, dirigida por la cineasta francesa Alice Guy-Blaché y rodada en 1906. Alice Guy fue la primera mujer directora de cine y la primera en desarrollar la técnica narrativa. Dirigió más de 400 filmes, la mayoría cortometrajes.


La última cena de Leonardo Da Vinci (c. 1496), recreada sarcásticamente
por uno de los cineasta más mordaces con el cristianismo, Luis Buñuel,
en uno de sus mejores filmes: Viridiana.



____________________
[1] Asegurar cuál fue el primero implica un trabajo de investigación rigurosa, que escapa al objetivo de este artículo. Hasta donde lo permite la indagación rápida en Internet, no se puede establecer firme y confiadamente la secuencia de las primeras películas sobre Jesús de Nazareth. Tampoco en algunos textos, entre los cuales hay diferencias. Parece que la primera fue La Passion du Christ, Francia, 1895, dirigida por Léar y el Hermano Basile, de las Escuelas Cristianas (tomado del primero de los enlaces referidos). Remito al lector a algunos enlaces en los que podría comenzar su indagación al respecto:
(website de la Universidad de Huelva)
[2] La mayoría de los estudiosos dan por sentado que, en efecto, el personaje histórico sí existió, pero también hay algunos que dudan de ello.
[3] Ver:
http://es.wikipedia.org/wiki/Th%C3%ADch_Qu%E1%BA%A3ng_%C4%90%E1%BB%A9c

Comentario del filme Jesucristo superestrella:

Interesantes artículos del Prof. Fernando Mires sobre este tema:

No hay comentarios:

Publicar un comentario