Páginas

10 mayo 2019

Pantaleón y las visitadoras - Francisco Lombardi (1999)



Vargas Llosa comenta su experiencia 
en el rodaje de la película de 1975.

"Pantilandia" o la producción de sexo en cadena.


Esta película de Francisco J. Lombardi es una adaptación de la gran novela homónima del laureado escritor Mario Vargas Llosa. Cuenta la historia de cómo un capitán del ejército, Pantaléon Pantoja, establece un muy eficiente servicio de prostitutas (visitadoras) para mitigar la abstinencia sexual a la que están sometidos los soldados asignados en las lejanas zonas de la selva amazónica, específicamente en Iquitos, y que ha ocasionado brotes de violaciones. El proyecto va viento en popa hasta que una de las visitadoras, "la colombiana", establece relaciones carnales con el prusiano Pantaleón y el servicio, de muy bajo perfil al comienzo, se hace público gracias a un inescrupuloso reportero radial que busca beneficios a través del chantaje. A estos ingredientes se le agrega algo de envidia y ya tenemos el cóctel molotov.

El filme discurre inteligentemente entre la tragedia y la comedia, pasando por el drama. Una muy buena construcción de los personajes principales hace que este ir y venir entre las antípodas dramáticas ayude a configurar una buena película. Se podría argumentar que para ello hay que contar con la gran calidad del material en el que se basa: la novela de Mario Vargas Llosa, pero ese argumento también habría sido válido para la versión de 1975, en la que laboró el propio escritor, y aún así no fue suficiente para crear una buena película. Este es un caso patente en el que se corrobora que las adaptaciones de grandes novelas pueden -o no- ser buenas películas, pero que eso dependerá más del equipo cinematográfico que se encargue de la adaptación que de la novela per sé. También corrobora que el autor de la novela puede ser una ayuda -o no- para la creación de la versión fílmica de su obra. Es decir, que si hubiese un único canon para garantizar el éxito de una adaptación, ese sería que el equipo de trabajo cinematográfico sea el idóneo para realizar esa adaptación en particular, sin importar la novela base o el escritor de ella. Esto, desde luego, suena muy parecido a una perogrullada. Los binomios armónicos como el que ocurrió en 2001 (Clarke-Kubrick) son más bien raros.

El arco dramático del protagonista, papel muy bien resuelto por Salvador del Solar, lo lleva del prusianismo más ridículo, reflejado en el hecho de que dispone de día y hora para las relaciones íntimas con su esposa, a ser el arquetipo del disoluto, que termina no solo envuelto en la relación lujuriosa con la femme fatale (muy bien interpretada por la hermosa Angie Cepeda), sino que incluso fuma, bebe y pone en ridículo al ejército, cosas impensables para el Pantaleón anterior a su relación con "la colombiana". A pesar de ello, este personaje retorna a la cordura -aunque a una vida más insípida- al final de la historia. Más que un "arco dramático", pareciera un "círculo dramático", pues el personaje vuelve a ser el mismo de antes luego de su periplo; cerrándose, entonces, el arco.

Sin ningún disimulo, el filme cuestiona la idiosincrasia de la sociedad peruana, particularmente del estamento militar, los medios de comunicación, los manipulables habitantes del medio rural e incluso la iglesia. La hipocresía es uno de los aspectos más criticados. El Sinchi, personaje que inunda la ciudad con sus mensajes radiales, es el que en buena medida sintetiza la doble moral que diferencia lo bueno de lo malo de acuerdo al monto monetario involucrado, no a principios o a valores. La milicia es criticada no solo por los fines, sino también por los métodos.

Una de las cosas que más llama la atención es la capacidad de Pantaleón en el manejo de las variables a considerar para establecer un buen servicio de visitadoras, su cartesiana planificación, que lleva a organizar a los soldados en colas para recibir "el servicio" de cada visitadora de acuerdo a un cronograma estricto, en el que incluso está estipulado el número de minutos de los que cada soldado dispone. Para ello, el metódico Pantoja realiza ejercicios matemáticos que son hilarantes: son los que proporcionan el toque de humor de la película. Para colmo, sus estudios estadísticos son volcados a informes dirigidos a sus superiores, en los que se refiere al desarrollo del servicio en un lenguaje formal, corporativo, lo cual causa mucha gracia en el espectador. La habilidad instrumental militar es cuestionada, no en tanto habilidad como tal, pero sí sus fines y sus formas. Otros tópicos como las relaciones maritales del protagonista, el objetivo primario de la mujer fatal que lo seduce, su imposibilidad de independizarse como empresario reconociendo que debe tener superiores que le digan qué hacer (lo que parece ser un mal endémico de Latinoamérica) o la rotura de la férrea moral del individuo ante la seducción de la hembra alfa, son abordados por esta obra. La novela original incluye aún más, como es de esperarse.

La película tiene algunas diferencias con la novela original, pero no son tan importantes como para comprometer la calidad del filme. Las adaptaciones no son, ni casi nunca pueden ser, una copia al carbón del original. Es una muy buena producción dentro de la filmografía de Lombardi. Es de celebrar que haya sido el cine peruano, específicamente Lombardi, el que haya producido filmes sobre las novelas de su más insigne escritor.


---
Reseña en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Pantaleón_y_las_visitadoras_(película_de_1999)
Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt0190611
Ficha en IMDb de la versión de 1975: https://www.imdb.com/title/tt0073510. Este filme estuvo codirigido por J. María Gutiérrez Santos y Mario V. Llosa, quien también actuó. Esta producción es de calidad muy cuestionable. Vargas Llosa valientemente asumió la culpa del infortunio.
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film390387.html
Film: https://www.youtube.com/watch?v=p--lmdgTBvQ


No hay comentarios:

Publicar un comentario