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18 diciembre 2019

Vargas Venezuela: La fuerza de la unión - Fernando Venturini (2019)


Vista aérea de la zona de Caraballeda, afectada por el deslave del 16-12-1999.
Fuente: Wikipedia.
De Image: Smith, Lawson, US ACE; Paper: Wieczorek, G.F., Larsen, M.C., Eaton, L.S., Morgan, B.A. and Blair, J. L. - United States Geological Survey Open File Report 01-0144. Plate 1 from "Debris-flow and flooding hazards associated with the December 1999 storm in coastal Venezuela and strategies for mitigation": http://pubs.usgs.gov/of/2001/ofr-01-0144/, Figure 15: http://pubs.usgs.gov/of/2001/ofr-01-0144/Venezuela/image031.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11246871


A dos décadas de dos tragedias


Hay que celebrar que haya memoria histórica, que se quieran rememorar acontecimientos notorios de un pueblo, de las personas, bien sean gozosos o trágicos. En este caso, Fernando Venturini ha realizado un documental muy decente y didáctico de lo que fue la tragedia del deslave en el estado Vargas, el 16 de diciembre de 1999. Desastre que dejó en evidencia la enorme incapacidad, improvisación e indolencia de la robolución comunista que arropó en las sombras al país desde 1998.

El documental, de menos de una hora (publicado en YouTube en este enlace), nos ilustra sobre lo acontecido y sobre los ánimos pasados y presentes de las personas sobrevivientes y de algunas que ayudaron en las labores de rescate. La esperanza en un nuevo porvenir es común a todos ellos, que muestran como aval de su fe, la tarea de reconstrucción que se llevó a cabo luego de la desgracia. Es la misma fe que abrigan para salir de la terrible crisis en la que la pandilla de delincuentes ha sumido al país. Se respeta esa fe, esa esperanza, aunque no se comparta. Esperemos equivocarnos.

Si en algo podría uno «criticar» al documental, es en que parece corto, uno se queda con ganas de ver más, con deseos de que llegara a los noventa o ciento veinte minutos, en particular con más imágenes de archivo que mostraran con mayor precisión el horror que se vivió ese día y las obras postreras que se acometieron: los disipadores de energía cinética que se construyeron en las laderas norte del Ávila, la rehabilitación de las zonas invadidas por el lodo, etcétera. Asimismo, lo relativo a la desordenada e inorgánica reubicación de los damnificados, como el triste caso de pueblo Guri. La sola reubicación amerita un documental. Son tareas que aún se pueden realizar para cuando se conmemoren veinticinco, treinta, cuarenta o cincuenta años de la tragedia. Les quedará a los cineastas del futuro. Deberán escudriñar en los valiosos archivos de Bolívar films, de las televisoras y de las instituciones y personas que tengan registros. La historia siempre está abierta a investigación, igual que está abierta a ser repetida.


Vista de Los Corales, con 75% de destrucción. Fuente: Wikipedia.
De AVM - taken with a Mavica camera, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3567043


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