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31 enero 2020

Santa libertad - Margarita Ledo Andión (2004)


Póster de la película.
Imagen tomada de IMDb.

Historia de un fracaso


En los albores de 1961, un grupo de pasajeros viajábamos de Venezuela (La Guaira) a España (Vigo) en el trasatlántico Santa María, un gran buque de la naviera portuguesa Companhia Colonial de Navegação. Para fortuna nuestra, también había pasajeros estadounidenses. Eso nos salvó, literalmente.


Pintura del paquebote Santa María.
Imagen tomada de (5).


El barco fue secuestrado por un grupo de aventureros, de fanáticos, quizás bienintencionados, que querían que Portugal y España salieran de los regímenes dictatoriales de António de Oliveira Salazar y de Francisco Franco Bahamonde, respectivamente. El secuestro fue llevado a cabo por el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) en lo que se llamó Operación Dulcinea. El DRIL fue una organización formada por exiliados gallegos y portugueses que lucharon contra las dictaduras de los mencionados autócratas. Su acción más emblemática fue el secuestro del Santa María. El desarticulado grupo secuestrador, de veinticuatro hombres, estaba comandado por el portugués Henrique Galvão. Esta acción inició la práctica internacional generalizada de secuestrar barcos y aviones con fines políticos.


Fotografía del barco. Imagen tomada de (5).


Los sucesos

El Santa María había salido de Lisboa el 9 de enero de 1961 en uno de sus viajes regulares a América, haciendo escala en el puerto venezolano de La Guaira el día 20. Entre los pasajeros que lo abordamos en este puerto, había un grupo de 20 miembros del DRIL, comandados por Galvão, quien abordó el buque un día después, en Curazao, con tres elementos más del contingente revolucionario. Galvão había estado exiliado en Venezuela desde noviembre de 1959 y en julio de 1960 completó sus planes de asaltar al Santa María. Este barco fue elegido porque era muy superior a los otros barcos de pasajeros ibéricos que en ese momento hacían la ruta de América. El capitán Galvão tenía la intención de viajar en el Santa María a la colonia española de Fernando Pó, en el Golfo de Guinea, cuya captura permitiría un ataque contra Luanda y comenzar, a partir de Angola, el derrocamiento de los regímenes de Lisboa y Madrid. Visto así, desde hoy, era un plan demencial, al que muy poca gente le daría crédito y posibilidades de éxito. Visto en su época, o pocos años después, tal como lo contaron mis padres, también sonaba a cosas de locos.

Horas después de la partida de Curazao, el barco navegó hacia Port Everglades, Florida. Transportaba 612 pasajeros (españoles, portugueses, holandeses, británicos y norteamericanos) y 350 tripulantes, bajo el mando del capitán de la marina mercante Mario Simões da Maia, cuando a la 1:45, al amanecer del 22 de enero, los 24 hombres se hicieron cargo del puente y de la cabina de telecomunicaciones, dominando a los oficiales del barco. El tercer piloto, João José Nascimento Costa, ofreció resistencia a los asaltantes y fue asesinado a tiros. Poco después, el navío cambió su rumbo hacia el este, buscando alcanzar el Atlántico a la mayor brevedad. El 23 de enero, el barco se acercó a la isla de Santa Lucía, donde desembarcó en una de las lanchas motoras a dos heridos graves, con cinco miembros de la tripulación, comprometiendo la posibilidad de llegar a la costa de África sin ser detectado. 


Los secuestradores le cambiaron el nombre al buque,
de Santa María a Santa Liberdade (Santa Libertad).
Imagen tomada de (4).


El día 25, el barco se cruzó con un carguero danés, lo que permitió que un avión norteamericano lo localizara horas después. Estando en aguas internacionales, cerca de Brasil, la nave fue intervenida por fuerzas norteamericanas para rescatar a los pasajeros estadounidenses: en una primera instancia, los militares norteamericanos querían rescatar a sus connacionales pero se comentó, entre los pasajeros, que los viajeros norteamericanos no querían ser rescatados ellos solos, deseaban que se incluyeran a todos los pasajeros en la liberación. El mismísimo John F. Kennedy a los pocos días de comenzar a ejercer la presidencia de EUA, estuvo al frente de las decisiones que se tomaron en relación al rescate. Había ciudadanos estadounidenses entre los rehenes y dudas sobre si era un acto de piratería o no. Los secuestradores negociaron con los norteamericanos su entrega a las autoridades brasileñas, que les ofrecieron asilo político (acababa de juramentarse un nuevo presidente de Brasil, Jânio Quadros, el 1 de febrero). Tanto Kennedy como Quadros, ambos de talante democrático, no estimaron conveniente entregar a los alzados a las dictaduras contra las que se rebelaban.

Finalmente, el 2 de febrero el Santa María ancló en el puerto brasileño de Recife, desembarcando los pasajeros y la tripulación luego de largas negociaciones con los norteamericanos y los representantes de Brasil. Incluso se consideró el hundimiento del buque, pero al día siguiente los rebeldes se entregaron a las autoridades brasileñas, obteniendo su asilo político, mientras que el barco regresó a la posesión de la naviera. 

Nuestra estadía en Recife la facilitaron las gentiles familias brasileñas que se ofrecieron voluntarias; nos dieron cobijo y comida hasta abordar la segunda nave, el Vera Cruz, que salió de Recife el 5 de febrero, llegando a Lisboa el 14, después de hacer escala en Tenerife, Funchal y Vigo (donde desembarcamos nosotros). A su vez, el Santa María salió de Recife el 7 de febrero. Dio por terminada así esta loca aventura.

La odisea se cuenta con mayor detalle en las referencias (3) y (4), en español, y (5), en portugués; referencias de las que se obtuvo el resumen anterior, aparte de lo que uno recuerda de lo que contaron mis padres sobre el evento.


Resultado: la nada

Los regímenes dictatoriales se enteraron del rapto, pero —desde luego— no los afectó en nada. Ellos siguieron gobernando. Nos afectó la vida a los viajeros, sicológica y moralmente, apartando el hecho de que dispusieron de la vida de los pasajeros sin nuestro consentimiento. Perdimos varios días debido a su plan suicida (por fortuna nada más). Un abuso, hayan sido o no buenas sus intenciones. Mucho peor fue la suerte de algunos tripulantes heridos y del piloto João José Nascimento Costa, que lo pagó con su vida.

Independientemente de los aspectos políticos que rodearon el secuestro del Santa María en ese momento, este incidente convirtió al barco en el más famoso de los paquebotes portugueses. Aunque el Infante Dom Henrique y el Príncipe Perfeito eran más nuevos, el Santa María disfrutaba de mayor prestigio porque era el único barco de pasajeros portugués que mantenía una conexión entre Portugal y los Estados Unidos de América.


El cine da cuenta de los hechos

La cineasta gallega Margarita Ledo Andión se dio a la monumental tarea de recopilar la información sobre este suceso nimio y olvidado de la Historia y transcribirla a un documental muy bien elaborado, en el que se deja testimonio de lo ocurrido. Con entrevistas a algunos de los participantes de los hechos, hombres de Galvão (ahora entrados en años), familiares de otros ya fallecidos y material fotográfico y fílmico de la época, logró realizar un cautivante filme sobre el secuestro y los porqués de esa absurda operación. Huelga decirlo, pero hay que recordar —aunque esto suene irónico o tautológico— que la testificación de los implicados se basa en la memoria de estos y ya sabemos que la memoria es traicionera; es decir, que puede haber algunos equívocos en lo que hayan recordado. No serán graves, empero; lo que recuerdan coincide con los textos escritos que uno puede cotejar.


Desembarcando en Recife, en brazos de mi padre, q. e. p. d.
Cumplí 4 años durante el secuestro.


No está incluido en este documental nada relevante concerniente a los pasajeros, que sufrimos de manera directa los perjuicios de este incidente. Incluso nuestra vida estuvo en juego. Los alzados actuaron sin tomar en cuenta a nadie, solo querían hacerle daño a los dictadores Salazar y Franco. No se les ocurrió ir a hacerles el daño a ellos, a Lisboa y a Madrid. Tampoco nos hicieron daño a los pasajeros (no eran unos sujetos sanguinarios), solo discutieron con la tripulación y —por desgracia— esto ocasionó varios heridos y un muerto, como se dijo arriba. Se parece a muchas huelgas, que son contra los patronos, pero que pagan las consecuencias terceras personas, ajenas al conflicto. Por ejemplo, cuando los operadores del Metro hacen huelga pidiendo lo que sea, los afectados somos los usuarios (que no tenemos ni arte ni parte en el problema), no los patrones sobre los que pesan las reivindicaciones y a quienes tendrían que molestar dichos operadores. Es injusto y absurdo.

Este déficit proporciona la holgura para un documental que examine el punto de vista de los pasajeros. Espero que algún cineasta se anime. Eso sí, tiene que ser pronto, si se quiere contar con el testimonio de testigos presenciales, pues somos mayores los que éramos niños al momento del secuestro; y los que eran adultos son hoy muy mayores (los que aún viven y, quizás, recuerdan algo); no se sabe si mañana estarán aquí ellos o sus memorias: eso fue hace cincuenta y nueve años.

Con quince años de retraso me enteré de la existencia de este documental que tiene que ver con un episodio de mi propia vida. Desde este pequeño rincón de la web, vaya mi agradecimiento a Margarita Ledo Andión por haber dejado un digno registro de un acontecimiento que fue, para muchas personas, muy importante en nuestras vidas.


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(2) Reseña periodística del retorno del buque a Lisboa:
https://www.youtube.com/watch?v=f6zkkAwAlic
(3) El secuestro del "Santa María" por el DRIL (incluye datos técnicos del buque):
https://www.navegar-es-preciso.com/news/el-secuestro-del-santa-maria-por-el-dril/
(4) El secuestro del Santa María, una acción olvidada de la oposición al franquismo (amplio reportaje en cinco entregas):
http://elblogdejuanvi.blogspot.com/2014/01/el-secuestro-del-santa-maria-una-accion.html
(5) O assalto ao "Santa Maria" (en portugués):
https://web.archive.org/web/20081202153132/http://navios.no.sapo.pt/santamh.html


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Artículo en Wikipedia sobre el secuestro: https://es.wikipedia.org/wiki/Operación_Dulcinea


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