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26 enero 2020

El quinto elemento - Luc Besson (1997)


Imagen tomada de IMDb.

El tiempo no es importante. Solo la vida es importante.


El quinto elemento es una película que, para bien o para mal, no deja indiferente a nadie. O se odia o se ama, depende del cristal con que uno la vea. Si es con el cristal de pretensiones intelectuales (o intelectualoides) es una mala película, básica, sencilla, incluso simple. Si uno la ve en modo neutro, es entretenida y divertida, ambas cosas a la vez. Incluso tiene una que otra escena de crítica social y política; no con profundidad, solo raspa de manera tangencial para que el espectador reflexione sobre ello(1), pero no es su objetivo la crítica social o política. En cualquier caso, y contra todo pronóstico, para los amantes del género de ciencia ficción al menos, es una de esas cintas que se pueden ver dos o más veces a lo largo de la vida, sin aburrirse, como La guerra de las galaxias. Es más, tiene algunas escenas realmente antológicas, al igual que la de Lucas. No solo escenas, también el aria de la diva extraterrestre, de nombre Plavalaguna, ha sido de notable éxito y difusión. En el corazón de la película están el humor y la acción, ambas convergiendo para definir la estructura de una historia que, como dije antes, entretiene y divierte.

En un futuro utópico (en el que los automóviles vuelan), Korben Dallas (Bruce Willis) es un exmilitar devenido en taxista que, luego de que una hermosa mujer, Leeloo (Mila Jovovich), cae —literalmente— en su taxi, se ve envuelto en una serie de eventos que, a la postre, lo llevarán a salvar al mundo de la destrucción por parte de una entidad cuyo único objeto es hacer el mal. Esta entidad, en forma de planeta que se acerca a la Tierra, tiene su cómplice terrestre, el maléfico Zorg (Gary Oldman). Korben debe hallar cuatro piedras con poderes especiales (en alusión a los cuatro elementos presocráticos: agua, aire, tierra y fuego, que transporta en su cuerpo la diva Plavalaguna) y colocarlas en conjunción con el quinto elemento(2), con Leeloo, que es un ser supremo, en un templo para activar el arma que detiene al astro que impactará a la Tierra.


La soprano albanesa Inva Mula, voz de la 
cantante extraterrestre Plavalaguna,
interpretada por Maïwenn en el film.
Imagen tomada de Wikipedia.


El filme tiene un argumento sencillo por de más: un don nadie, después de largas y penosas aventuras con muchos disparos, persecuciones, explosiones, peleas a puño cerrado y demás, ayuda a salvar a la humanidad (porque no lo hace él solo) y se enamora de la doncella. Final feliz y redondo, historia de amor incluida. Los efectos especiales, el maquillaje y el vestuario, las soberbias caracterizaciones de personajes (ergo, las actuaciones, ¡incluso las de Willis y Jovovich!), la fotografía, la puesta en escena, el sonido y la música, están muy cuidados. Es una de esas cintas refrescantes, que uno quiere ver cuando no desea pensar, intelectualizar, cuando uno tan solo quiere deleitarse un rato con un producto de muy buena calidad, un producto realizado impecablemente. Es un filme inolvidable.

Leeloo: Todo lo que crean lo destruyen.
Korben Dallas: Sí, lo llamamos la naturaleza humana.
Diálogo entre el ser supremo (la doncella) y el héroe. Ella vio la historia humana, mientras se hartaba de pollo, en videos y fotografías a una velocidad alucinante; en pocos minutos se enteró de todo lo que habían hecho los hombres en los últimos siglos. Al recordar las escenas de la II Guerra Mundial, le comentó a Korben su gran confusión respecto a si valía la pena salvar a la humanidad. El héroe acude al amor como razón última para que ella haga el bien y salve al mundo.


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(1) El nuevo —y desencajado— sistema métrico con el que se pretenden evaluar y apreciar muchas obras da como resultado que esta es una película machista, racista, que invisibiliza a la mujer, etcétera, etcétera. No hay nada que uno pueda argumentar contra este criterio progre, con el que se evalúan hechos y obras del pretérito con criterios progres del presente. Algo absurdo por sí mismo, es muy difícil contraargumentar a la idiotez: ella, la mujer, Leeloo, es quien salva al mundo (mientras protege a Korben), es el quinto elemento. ¿Está ciertamente invisibilizada? Tan absurdo se ha vuelto este criterio que monumentales e imprescindibles obras como Lo que el viento se llevó han sido estigmatizadas por los progresistas, que hegemonizan los medios de comunicación y «la cultura», «la intelectualidad» a nivel mundial. Dizque.
Si nos seguimos guiando por estos criterios, dentro de poco las únicas obras dignas de ver (por los adultos) serán algunos capítulos de los insulsos y andróginos Teletubbies y de Heidi, ¡no todos! Se están convirtiendo en los bomberos de Fahrenheit 451.
(2) Aclaratoria. Dice la sinopsis de Filmaffinity, a noviembre de 2019:
«Cada 5.000 años se abre una puerta entre dos dimensiones. En una dimensión existe el Universo y la vida. En la otra dimensión existe un elemento que no está hecho ni de tierra, ni de fuego, ni de aire, ni de agua, sino que es una anti-energía, la anti-vida: es el quinto elemento.». 
No es así. El quinto elemento es, obviamente, Leeloo, no es anti-energía, anti-vida; todo lo contrario, el quinto elemento es quien salvará a la humanidad si se coloca en conjunción con los otros cuatro: tierra, aire, fuego y agua. Tan es así que ella, en un diálogo, le dice a Korben de forma expresa: «Yo quinto elemento, ser supremo. Yo protejo tú.». Tú, tanquilo, que yo te protejo, por algo soy el ser supremo :) Mientras tanto, protejámonos nosotros de los progres y sus delirios.

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Extenso artículo en Wikipedia (inglés): https://en.wikipedia.org/wiki/The_Fifth_Element


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