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13 marzo 2020

Los sobrevivientes - Tomás Gutiérrez Alea (1979)


Imagen tomada de IMDb.

¿La involución de la burguesía es la barbarie?


Los miembros de la familia Orozco se separan: el hijo menor de la matriarca se la lleva a Estados Unidos, así como a su familia, mientras que el resto permanece en Cuba. Son los inicios de la revolución comunista que destruyó a ese país. Sebastián Orozco, el paterfamilias, el hijo mayor de la dinastía y marqués de Orozco, encarga a Vicente Cuervo, un allegado colaborador, para que disponga de los bienes e inversiones de la familia, o sea, lo nombra lo que ahora se llama con rimbomba CEO. 

Deciden enclaustrarse, tal cual los burgueses de El ángel exterminador, de Luis Buñuel, en la hacienda Santa Bárbara, sede del emporio Orozco, junto a su ejército de sirvientes, y tratan de sobrellevar los eventos revolucionarios con la esperanza de que será algo temporal, que en corto tiempo se disipará. Se aprovisionan de víveres y de dinero y viven aislados del resto de la sociedad. Pasa el tiempo y los víveres, que antes llegaban en camiones, ahora llegan en carretas tiradas por bueyes. A medida que empeoran las cosas, va retrocediendo su civilidad y, ante un conato de alzamiento de la servidumbre, deciden esclavizarlos. Luego de una revuelta, en la que hay muertos de ambos bandos, quedan menos integrantes de la familia, ahora sin sirvientes que trabajen por ellos. 

Progresivamente se observa el deterioro físico de las instalaciones, el monte crece y sustituye a los cuidados jardines de antaño, las cortinas se rasgan, todo está sucio y mucho mobiliario destrozado; el desánimo, la desesperanza y el hambre se hacen dueños de los que quedan. Un día cazan un gato y se lo comen entre los que están dispuestos a trabajar. En esa cena, los jóvenes establecen que el que no trabaja no puede comer. Así, ponen a trabajar incluso a la más vieja de las mujeres como espantapájaros para ahuyentar los pájaros, pero los buitres dan cuenta de ella. Una de las mujeres, que no estaba dispuesta a trabajar, se suicida. Uno de los jóvenes mata a su primo y a su prima (que se supone que se iba a casar con él) porque los ve juntos en la jungla (antes jardín). Al final, quedan solo tres integrantes, un viejo, una vieja y un joven. La vieja muere de un rayo y el joven dice que quedó «cocinada». Ante esta grotesca frase, se ven las caras y optan por la antropofagia para sobrevivir.

La película está realizada en clave de humor, un humor cáustico, típico de Tomás Gutiérrez Alea, incluso en las escenas escabrosas y en las morbosas. Eso fue una buena decisión; si no hubiera sido así, algunas secuencias son tan duras que quizás serían insoportables para muchos espectadores. La película está hecha con maestría, pues dosificar ese humor no es cosa fácil. El argumento, muy original, tuvo una puesta en escena impecable: tanto los personajes como el entorno (la casa de la hacienda y sus jardines inmediatos, donde transcurre toda la acción) se van deteriorando de forma gradual hasta llegar a la barbarie.

Supongo que el mensaje —propagandístico— nos dice que la burguesía, o el capitalismo burgués, degenera en barbarie. Bueno, sería menester acotar que bajo condiciones endogámicas, de aislamiento total y sin insumos (en particular víveres), cualquier sistema termina así. El aislamiento total ha sido objeto de aberraciones históricas, con pocos y honrosos casos(1). Somos seres sociales y no nos podemos aislar del entorno con tanta facilidad y sin consecuencias. En particular, la interacción es necesaria para el intercambio de productos para la sobrevivencia (comida). Pero esto no es lo que el director cubano está planteando en su filme, no es una cinta antropológica, su propuesta es política: la burguesía deviene en barbarie. En en el truculento entorno en el que él puso a la familia, sí, pero con esas condiciones cualquier grupo termina en barbarie, los comunistas también porque ellos también comen. Otra lectura podría ser una advertencia al régimen cubano: el aislacionismo traerá barbarie. Cuba se aisló, a excepción de su trato con los países del bloque soviético y China (los comunistas). En cualquier caso, es acertado suponer que el aislacionismo es una carretera hacia el primitivismo. Excelente película de Gutiérrez Alea.

A los que hemos padecido de regímenes comunistas no nos convencen de que es la burguesía la causa primigenia de la barbarie... todo lo contrario. En cuanto a la barbarie a la que se llega, el comunismo sí ha demostrado que llega a ella. En Venezuela ya están cazando palomas y comiendo perros callejeros y gatos para sobrevivir. Supongo que, como es un régimen hecho a imagen y semejanza de su creador: el régimen cubano, en Cuba pase algo parecido, a menos que los CDR lo eviten.

Imagen tomada de Filmaffinity.


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(1) Islandia, Australia y Nueva Zelandia son tres de esos casos, pero hay más, aunque sí han ocurrido sucesos, al menos incestuosos, en otros sitios como las islas Pitcairn, por ejemplo; no sé si en Tristán de Acuña y, en ambas, no hay escasez de víveres, al igual que en Islandia o Australia. Islandia no está aislada, está alejada, pero es muy visitada, al igual que Australia o Nueva Zelandia. Las islas mencionadas (Pitcairn y Tristán) son poco visitadas, por lo que están algo aisladas y son endogámicas, no permiten la inmigración.

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