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26 mayo 2020

El cruel mar - Khalid Al Siddiq (1972)


Imagen del póster en IMDb.

La ley de Murphy en acción.


Llamada The cruel sea o Sea silence en inglés y Bas Ya Bahar en árabe transliterado (بس يابحر sin transliterar), también se puede traducir como Suficiente mar. Es la primera película kuwaití, rodada en blanco y negro y dirigida por Khalid Al Siddiq. La versión visionada era precaria, no estaba restaurada. Los subtítulos, en árabe e inglés y de color blanco, a veces eran ilegibles cuando el fondo era blanco. Se puede inferir que la versión original tuvo una buena fotografía. Las actuaciones son bastante buenas para tratarse de un cine en gestación. Supone una gran oportunidad para apreciar las costumbres y las formas del Kuwait de antaño, muy distantes de las actuales. Llama la atención la cantidad de veces que Dios es nombrado; quizás sea la palabra más mencionada en los diálogos. Muestra de una gran religiosidad del pueblo árabe.

Es el Kuwait prepetrolero (antes de 1940); Moussaed es hijo de un buzo que extraía perlas, pero que ahora está lesionado y no puede trabajar. Un tiburón lo inhabilitó y no quiere que su hijo corra la misma suerte. El joven insiste en continuar la tradición del padre porque quiere obtener dinero para la dote de Nura, con la que pretende casarse, en contra de la voluntad de los padres de ella. Son una familia pobre, más pobre que la de Nura, de ahí la negativa de los padres de ella. Entre la madre de Moussaed y el jefe de los buzos, Badr, convencen al tozudo padre del chico para que permita que su hijo se aventure a ejercer el oficio que él abandonó. Badr le recuerda que el futuro de todos en Kuwait pasa por el mar. Así que Moussaed se embarca en una travesía de unos cuatro meses, lo que dura la temporada. El muchacho es muy voluntarioso y el jefe de la embarcación es condescendiente con él. Mientras está en alta mar, bregando para pescar perlas, los padres de él se enteran de que Nura ha sido prometida al hijo de un mercader. El padre de ella, la golpea brutalmente por pretender rechazar el marido que él le escogió y haberle hecho creer a Moussaed que se casaría con él. El chico continúa en el mar buceando en tanto que en tierra firme se desarrollan los rituales nupciales de la boda de Nura. En estos festejos resalta la música hecha solo con instrumentos de percusión y los cánticos de las mujeres con las características ululaciones agudas (ululeos o zagrudazaghareet‬ en inglés; véase este enlace). 


Moussaed en la embarcación.
Imagen tomada de IMDb.


En la embarcación, durante la pesca, se acompañan las escenas con una buena música de percusión. Algunas de dichas escenas son subacuáticas, lo cual no deja de ser sorprendente. Un día los buzos se amotinan porque están celosos del trato que recibe Moussaed; y amenazan al capitán. El chico optará por bucear por su cuenta y riesgo para resarcir a los marinos alzados. En su última sumersión, atrapa una madreperla que le darán a su madre, junto con otras perlas que obtuvo. Esta, al final de la película, las lanzará al mar; como hiciera la pareja de la película de Emilio Fernández, La perla; preguntándole al mar si está satisfecho por lo que le hizo a su esposo y a su hijo a cambio de unas pobres perlas, le grita: «¡No las queremos!» cuando las arroja; «No queremos depender de ti»; y el esposo finaliza con: «Bas Ya Bahar», algo así como: «Suficiente de mar»

La película se puede entender como un corolario de la novela de HemingwayEl viejo y el mar, pues comienza con el epígrafe: «El hombre no estaba destinado a ser derrotado, a menos que fuera destruido» («Man was not meant to be defeated unless destroyed»), una variante de la conocida frase que el escritor norteamericano puso en boca de Santiago, el viejo de la novela: «Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado». Moussaed fue ese hombre, destruido pero no derrotado, tal como lo fuera Santiago.


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Artículo en Wikipedia:
Cinema de Kuwait:


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