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15 septiembre 2020

La ley de la calle - Francis Ford Coppola (1983)


Imagen del póster en IMDb.

La triste historia de la juventud sin brújula.


Estados Unidos, años de la década de 1950. Rusty James (Matt Dillon) es un joven sin norte (ni los otros puntos cardinales), hijo de un padre alcohólico, que intenta emular a su hermano mayor (Mickey Rourke), a quien todos conocen como «el chico de la motocicleta». Rusty James quiere que el mundo regrese a la época de las pandillas que se mataban entre sí; pero ya eso ha cambiado. Un día su hermano regresa y está muy cambiado, pareciera que ha madurado. Estuvo en California, donde contactó a su madre, ahora viviendo con un productor de cine. Parece que ha cambiado, pero no tanto. Una noche, ambos hermanos irrumpen en una tienda de mascotas, que habían visitado en la tarde, y liberan a los animales. A los rumble fishes (peces peleadores), el chico de la motocicleta los quiere regresar al río. No se lo permitirán. Rumble fish también es el título del filme en inglés.


Jóvenes aburridos y pobres; las riñas parecen ser
su razón de existir. Imagen tomada de IMDb.


Rusty James pertenece a ese grupo de chicos que tienen un vacío existencial inmenso, tan grande que jamás lo podrían abarcar, ni siquiera imaginar. Hijos de un hogar disfuncional, la madre los dejó (probablemente por no soportar al padre bebedor), un padre (Dennis Hopper) que está ebrio siempre y un entorno que no los cultiva en lo más mínimo. Lo único decente que tenía Rusty James era Patty (Diane Lane), una especie de novia, que por lo bajo que él cae, ella lo deja (por otro de similar calaña). Esta excelente película del maestro Coppola continúa la línea que habían comenzado películas como Rebelde sin causa en los años 50. 


Coppola experimentó con algo de surrealismo
al introducir escenas como esta, en la que Rusty
«ve» a su novia semidesnuda en clase.
Imagen tomada de IMDb.


Solo los peleadores (rumble fishes) son en color.
Imagen tomada de IMDb.


Con una magnífica fotografía en blanco y negro (a excepción de los peces que son en colores), grandes actuaciones de Rourke y Dillon y muy buen guion y montaje, es casi un documento del zeitgeist de los años previos a la gran década de los 60, en la que los jóvenes sí conseguirían llenar el vacío existencial con un proyecto de paz y amor, de música y de grandes cambios sociales (lástima que también con algo de droga). Tal como la Edad Media sirvió de caldo de cultivo para el Renacimiento, los oscuros años de postguerra sirvieron para dar a luz las fabulosas décadas de los 60 y los 70. El director logró grandes actuaciones de los dos actores principales (y del resto), salpimentó el filme con algunas escenas delirantes (como la de Rusty «ascendido») y mostró que es un maestro del lenguaje cinematográfico. Grande Coppola.


Otra escena surrealista. Rusty, cuya alma ha ascendido,
pasea por los lugares conocidos, aquí en el billar.
Imagen tomada de IMDb.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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