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11 mayo 2021

De la vida de las marionetas - Ingmar Bergman (1980)


Imagen del póster en IMDb.

Logos y pathos en el ring de boxeo.


Un exitoso hombre de negocios, Peter Egermann (Robert Atzorn), mata a una prostituta de nombre Ka (Katarina Krafft, Rita Russek), que le presentó Tim (Walter Schmidinger), un homosexual que trabaja con su esposa, Katarina Egermann (Christine Buchegger), en una casa de modas. A través de flashbacks de eventos y de entrevistas de la policía a los allegados, se van configurando los motivos que lo llevaron a tan desastroso crimen. Entre los entrevistados se encuentran su madre, Cordelia Egermann (Lola Müthel), el mencionado Tim y el siquiatra, profesor Mogeens Jensen (Martin Benrath), amante de Katarina Egermann.


En el sueño recurrente de Peter, él mata a su esposa,
que tiene el mismo nombre de la víctima.
Imagen tomada de IMDb.


Peter en un intento de suicidio es ayudado por
un amigo. Imagen tomada de IMDb.


Bergman comienza este filme (Aus dem leben der marionetten en alemán, From the life of the marionettes en inglés) para la televisión alemana por el final, con el asesinato, para luego estudiar los motivos. No pretende ser un film policial; Bergman se enfoca en las motivaciones sicoafectivas del homicida. El informe final del siquiatra incluye las razones típicas: madre dominante, padre ausente, homosexualidad latente, esposa posesiva y de fuerte personalidad. Un «alto desarrollo del sentido del deber, auto disciplina practicada desde niño y un éxito social considerable impidieron al paciente dar rienda suelta a sus sentimientos». Es decir, el logos ha tenido control sobre el desbordamiento del pathos. Hasta un buen día en el que ya no.


Con Ka, minutos antes del desastre.
Imagen tomada de IMDb.


Al primero que llama a la escena del crimen es
al siquiatra. Imagen tomada de IMDb.


El informe del siquiatra continúa: «El inexplicable temor y el miedo de ese temor era practicado en un cerrado ritual paterno social en el que el consumo de drogas y alcohol es aceptado. Quizás nada habría sucedido si hubiese permanecido en su entorno; la catástrofe ocurrió en el momento que tuvo contacto con la prostituta. Todo se hizo posible; algo hizo que se disparase el desahogo, una palabra, un gesto, un tono de voz. Tuvo un apagón emocional, durante el cual asesinó a la chica. Y en un presumible momento de éxtasis, Egermann consumó el acto sexual con la chica muerta. La avalancha emocional ha sido ahora liberada. Solamente posee el control sobre la persona que ha matado. El paciente rompió todos los tabúes sociales y emocionales y es ahora un potencial suicida... solamente quiere matarse para tener el control de sí mismo».


Peter con su madre.
Imagen tomada de IMDb.


Pero el siquiatra no hizo nada para evitar que la tragedia ocurriese; solo explica el porqué una vez ha ocurrido; y eso que el paciente le había contado un sueño recurrente en el que mataba a su esposa. ¿Eso fue porque era amante de la esposa del paciente?, ¿fue premeditado? La película no abre esa posibilidad, pero ahí está; ahí está el deseo latente del siquiatra de apartar al esposo del objeto de deseo. Tampoco hizo nada la esposa. El mismo Peter estaba impotente para hacer nada; no tuvo herramientas para manejar ese enorme hándicap de madre dominante, padre ausente, etcétera. ¿Qué disparó su ira contenida? Ka le acariciaba el rostro y le invitaba a dormir, eso fue lo último que ella hizo antes de que él la atacase.


Peter con su siquiatra. No aparenta ser un homicida
en potencia. Imagen tomada de IMDb.


El director dijo al respecto: «Creo que todos somos manipulados, más o menos, y De la vida de las marionetas trata sobre la manipulación de los seres humanos, por fuerzas externas y más allá de ellas, fuerzas que no puedes controlar y que no puedes definir. Las personalidades de Peter y Katarina, que aparecen en el primer episodio de Secretos de un matrimonio, siempre me han fascinado. En cierto modo, existían mucho antes de Johan y Marianne [los protagonistas], así que quería contar más sobre ellos. Esta es su historia». La pareja de Peter y Katarina tienen una fuerte discusión en casa de Johan y Marianne al comienzo del filme Secretos de un matrimonio.


Ka, instantes antes de su deceso.
Imagen tomada de IMDb.


Reflexión de Katarina Egermann cuando habla con su suegra: «Llena de asombro miro el pasado de nuestras vidas, en nuestra anterior realidad y pienso que todo fue un sueño. Fue un juego. Dios sabe qué demonios estamos haciendo. Esto es realmente cierto, y es insoportable. Hablo, pregunto, pienso, me visto, duermo y como. Es una compulsión diaria. Una extraña y dura superficie. Pero bajo esa superficie, estoy llorando. Estoy llorando por mi, porque no puedo seguir siendo lo que soy. Lo que fue, nunca será de nuevo. Ha sido destruido. Fue como un sueño. Lloro por Peter...».


Peter recluido en el manicomio.
Imagen tomada de IMDb.


El conocimiento y el control de sí mismo ha sido y es uno de los grandes paradigmas del ser humano. Aún hoy, luego de milenios de haber comenzado el estudio del logos y del pathos, su interrelación y su control, somos presa de los hilos conductores de las marionetas. Eso es lo que Bergman ha puesto en evidencia en esta película. Para los años 80, la forma narrativa en la que fue presentada era toda una innovación; hoy no luce innovadora, pero tampoco vieja. Muy buena película del maestro sueco.


Peter recluido en el manicomio, junto a su
oso Teddy. Imagen tomada de IMDb.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia, inglés:


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