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29 junio 2021

1984 - Michael Anderson (1956)


Imagen del póster en IMDb.

«Te guiaremos poco a poco, hasta un punto sin retorno. 
Ya no volverás a sentir amor, amistad, alegría, valentía, curiosidad o integridad. 
Estarás hueco. Te vaciaremos del todo para llenarte de nosotros mismos, 
de amor por el Gran Hermano»
Le dijo O'Connor a Winston Smith.


La extraordinaria novela distópica 1984, de George Orwell(1), ha sido objeto de varias adaptaciones para cine y televisión. En cine, ha tenido dos versiones muy buenas, la de 1956, dirigida por Michael Anderson y la de 1984, dirigida por Michael Radford(2). Si bien ambas se toman licencias para hacer algunos cambios en el argumento, siguen en líneas generales la historia de Orwell y su espíritu crítico. La novela, escrita en 1948, describe el mundo en 1984; pero su vigencia sigue intacta. 


La guerra es paz. La libertad es esclavitud. La ignorancia es fuerza.
Lemas del partido.

Es 1984 y el mundo se ha dividido en tres países enormes: Oceanía, Eurasia y Eastasia. Londres pertenece a Oceanía. Gobierna un régimen hipertotalitario de partido único, que incluye vigilancia en el hogar de las personas y libre espionaje entre ellos. No existe la libertad de pensamiento; el amor y las relaciones sexuales constituyen un delito. Winston Smith (Edmond O'Brien) trabaja en el ministerio de la verdad reescribiendo la historia (suena familiar, ¿no?). No está satisfecho con el statu quo. Compra, en una tienda de antigüedades, un diario y lo escribe en secreto en su morada, a espaldas del Gran Hermano. 

Winston ha sido seguido por una mujer, Julia (Jan Sterling), y ambos se enamoran. Se encuentran de manera furtiva, siempre en sitios distintos, pero se cansan de ello. En el ático de la tienda, el viejo dueño de esta tiene una habitación que se supone no vigilada y la alquila a la pareja. Hablan de que la resistencia, el movimiento para acabar con el régimen, debe existir y quieren formar parte de él. El jefe de Winston, O'Connor (Michael Redgrave), se dio cuenta de las inquietudes de su subalterno y lo cita a su casa con la excusa de hablarle del trabajo, pero es para ingresarlo a las filas de la resistencia; Winston y Julia quedan convencidos de pertenecer a ella. Le da un libro que escribió el jefe del movimiento para que conozca los procedimientos y, mientras hablan de ello en el nido de amor que alquilaron, los apresan: la habitación estaba vigilada. El viejo que se la alquiló era un esbirro del sistema.


Primer encuentro de Julia y Winston.
Imagen tomada de IMDb.


Los someten, por separado, a lavado de cerebro. El torturador es el mismo O'Connor. La tortura concluye cuando Winston afirma ver cinco dedos cuando O'Connor le muestra cuatro(3), que es el número de dedos que el torturador le ha dicho que son. Ya está domado. En la prisión ve a su vecino Parsons (Donald Pleasence), quien ha sido acusado de decir en sueños «abajo el Gran Hermano» por su propia hija. Paso siguiente: la habitación 101; en ella, el terror máximo: la tortura con lo que al torturado le sobreviene un ataque de histeria por la fobia que le da; en el caso de Winston, las ratas; al punto de que pide que expongan a Julia a esa tortura en lugar de hacerlo con él. Al salir y ver a Julia, ambos se confiesan que se han traicionado uno al otro. Muy buenas películas (la de 1956 y la de 1984, en color); claro ambas tienen por base una obra aún mucho mejor.


Julia. Imagen tomada de IMDb.


1984 es una novela pesimista sobre el estado totalitario. Ya se habían experimentado en Europa para el momento de su lanzamiento: los nazis en Alemania y los bolcheviques en la URSS. Mao estaba haciendo lo propio en China. Luego en Corea y en otros países. Pero por muy pesimista que sea, la realidad puede alcanzarla y superarla si no hay fuerzas que lo impidan. Una de las innovaciones más aberrantes que plantea 1984 es que es el mismo estado el que crea el movimiento subversivo en contra de él; bien sea real o ficticio, da igual. Más aberrante aún es que en la realidad eso ya ha pasado. Tras la Cortina de Hierro, en Cuba, en Venezuela.


Winston, ya adoctrinado. Imagen tomada de IMDb.


El peligro hoy es mucho mayor debido a la inmensa cobertura que tienen los medios de comunicación de masas y su falta de imparcialidad a la hora de informar (más que falta de imparcialidad hay un descarado adoctrinamiento). Hoy, con mucha más información fluyendo, hay más desinformación y más fake  news que nunca. Las RRSS son muy útiles para la instauración del totalitarismo. Es más, ellas per sé han erigido un totalitarismo sobre sus usuarios.

Al día de hoy, gracias a la pandemia del virus chino (Covid-19), varios estados han violado las líneas de las libertades civiles para instaurar un control social de talante totalitario en varios países. Lo que es peor es que la gente ni cuenta se da, algunos lo aceptan de buena gana. Increíble. La amenaza continúa, por lo que su vigencia es perenne.


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(1) Considerada entre los mejores libros de la literatura, véase este enlace.
(2) En esta versión, a color, John Hurt interpreta a Winston Smith y Richard Burton a su jefe, O'Brien, el torturador. Julia corre a cargo de la actriz Suzanna Hamilton.
(3) En la gran serie Viaje a las estrellas (la nueva generación), se incluyó un capítulo en el que el capitán Picard era sometido a una tortura similar por parte de los romulanos.

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Reseña en Wikipedia:
Artículo/reseña en Wikipedia en inglés:


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