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19 octubre 2021

En un lugar de África - Caroline Link (2001)


Imagen del póster en IMDb.

Consecuencias de los regímenes como el nazi.


Un abogado judío alemán, Walter Redlich (Merab Ninidze), va a Kenia en 1937 a preparar el terreno para que su esposa y su hija salgan de Alemania y lo acompañen. Redlich veía llegar el desastre que ocurrió después. Advirtió a sus familiares, pero no creían en la gravedad de la situación. A principios de 1938, llegan su esposa Jettel (Juliane Köhler) y su pequeña hija Regina (Lea Kurka). Redlich los espera en una desvencijada casa desde la que administra una hacienda ganadera de un tal señor Morrison, inglés. Al principio, y al contrario que su esposo, Jettel no es capaz de asimilar el choque cultural de adaptarse a las planicies de Kenia, en las antípodas de su mundo germánico. La pequeña Regina, como es natural en los niños, es más permeable y aprende muy rápido las costumbres y la lengua nativa; y hace amistad con el cocinero, Owuor (Sidede Onyulo). Otro alemán, Walter Süßkind (Matthias Habich), les lleva una radio para que no se sientan aislados y los visita ocasionalmente.


Jettel (Juliane Köhleren el barco hacia Kenia.
Imagen tomada de IMDb.


La primera granja, a la que arriban Regina y Jettel.
Imagen tomada de IMDb.


En 1939, cuando estalla la II Guerra Mundial, son reclutados por las autoridades inglesas, que los mueven a Nairobi. Los hombres estarán en un campo de concentración y las mujeres y niños van a un hotel de lujo, en donde son atendidos con esmero y opulencia. A pesar de ser judíos (es decir, opuestos a Hitler), son alemanes y los ingleses toman esta precaución. Redlich pierde el empleo: Morrison no empleará a un «enemigo». Las mujeres, a través de la comunidad judía de Nairobi, consiguen un permiso para visitar a sus maridos. Por su parte, Jettel, haciéndole un favor a un oficial británico, le consigue trabajo a su esposo para cuando los liberen. Mientras tanto, Redlich le cuenta a Süßkind los cambios negativos que ve en su matrimonio: siente que Jettel y él son dos maletas viajando en un tren, juntos pero sin saber qué tiene el otro adentro.


Owuor (Sidede Onyulo), el cocinero. Regina profesará un gran
afecto por él. Este personaje recuerda al de Farah (Malick Bowens
en África míaImagen tomada de IMDb.


Ubicados en una nueva granja, esta vez agrícola (de maíz), emprenden una nueva vida. Regina crece y se hace amiga de los niños africanos, conociendo aún más sus costumbres. Les lee cuentos de su cultura y, en una ocasión, recrean uno de esos cuentos, en lo que constituye una de las más hermosas secuencias del filme. En 1940 Redlich recibe una carta de su padre en la que le dice que cerrarán las fronteras, que ya no es posible emigrar y que los van a mudar a un gueto. Pronto envían a Regina a una escuela británica, en donde —a pesar de la discriminación por ser judía y de que a ella no le agrada— es una alumna aplicada. En una carta de la familia de Jettel que quedó en Alemania, le comentan que los enviarán a campos «de trabajo» en Polonia. Auschwitz.


Walter Süßkind (Matthias Habich). Este personaje recuerda al
Imagen tomada de IMDb.


En 1943, Redlich marcha a Nairobi, asimilado al ejército y Jettel se queda en la granja, sola con Owuor, administrándola. Un día aparece Süßkind y dan una paseo en su jeep. Él la informa del desembarco de los aliados en Normandía, a mediados de 1944. Al llegar a casa, Regina está ahí y se enfrenta con su madre; le cuenta que ella la vió besándose con el oficial inglés. Jettel le asegura que no hizo nada con Süßkind.


Jettel saliendo de la ducha (que son los maderos de la izquierda
y el tobo). Imagen tomada de IMDb.


9 de mayo de 1945; terminó la guerra y Redlich regresa a la granja. Le informa a su esposa que en 1942 mataron a su padre y a su hermana la enviaron a un campo de exterminio. En 1946, Redlich aplicó para trabajar en Fráncfort como juez y fue aceptado. Él quiere regresar y colaborar para construir la nueva Alemania; pero ahora Jettel y Regina se sienten más atadas a Kenia. Se han dado cuenta de que la felicidad no está en un sitio geográfico. Para más, Jettel está embarazada.


Jettel le lee un poema a su amigo keniano.
Imagen tomada de IMDb.


Las películas que son rodadas en África ejercen una atracción magnética sobre el espectador. Pueden ser varios los motivos concomitantes. El paisaje, que se sabe lejano y exótico; las extensas llanuras que inspiran sosiego y paz; el saber que son las planicies prístinas de nuestra especie, desde las que nos dispersamos para conquistar el planeta Tierra; la candidez de sus habitantes que, con sus maneras simples y sencillas nos conmueven; sus cánticos, que expresan una inusitada alegría, a pesar de vivir en un ambiente hostil. Hay sitios en este mundo que son llamativos, hipnóticos, que infunden una reverencial admiración; parecen portadores de una magia ancestral. Sin duda las llanuras de África poseen esta magia.


Jettel y Walter Redlich. Imagen tomada de IMDb.


Redlich parte a Nairobi para colaborar en la guerra.
Imagen tomada de IMDb.


La cineasta alemana Caroline Link logró empaquetar esa magia para entregárnosla en fotogramas; tal como hizo Sydney Pollack en África mía, o Fernando Meirelles en El jardinero fiel, o Werner Herzog en Fata morgana, por dar tres ejemplos; hay muchos más. Este film está realizado con cariño, con amor y respeto hacia los nativos de África; sin desprenderse del objetivo central, que es la historia de los refugiados del genocida régimen del nacionalsocialismo obrero alemán. Y los problemas consecuentes de esa emigración. En los miembros de la familia Redlich se invirtió el sentimiento de pertenencia a Kenia: al comienzo, Walter se adaptó mejor, siempre vio esa estancia como una solución temporal, por lo que después podía regresar sin traumas; por el contrario, Jettel odiaba el sitio y se fue encariñando con él y su gente, al igual que Regina desde que llegó. La escena final resume el amor que siente Jettel por África. Lejos de ser un problema menor, la decisión de regresar o de radicarse en Kenia es muy compleja y enfrentó a dos facciones de la familia. El enfrentamiento siempre es un escollo muy importante y puede dividir a una familia. Es uno de los logros de las emigraciones. Y estas, casi siempre ocurren gracias a errores históricos como Hitler.


Esperando el transporte que llevará a Regina a la escuela.
Imagen tomada de IMDb.


Un aspecto importante que muestra la película es que Jettel se indigna cuando su esposo toma la decisión de regresar a Alemania sin consultar con ella, con ellas. Redlich, por tanto, se da cuenta de que algunas cosas han cambiado. Cuando regresa para ayudarlos a espantar la plaga de langostas que amenaza con devorar la cosecha de maíz, ella se lo agradece y, junto a ese agradecimiento, le endosa el derecho de decidir por ella si regresan a Alemania o no. Ella aprendió a ser feliz en la sabana. Pero quedó claro que ese derecho se lo da ella a él; no debe tomarlo él sin consentimiento de ella. El filme tiene muchos detalles similares relativos a la relación de la pareja; a la educación de Regina; a la transculturización de Jettel, que pasa de ser repelente a las costumbres y lengua nativa a respetarlas y a hablarla; a las relaciones con la comunidad judía de Nairobi; al abuso de poder del militar para aprovecharse de una mujer indefensa; o al consentimiento de ella, y un largo etcétera. Sutiles toques por aquí y por allá sobre muchos tópicos a lo largo de la cinta, como la frase posterior a este párrafo. Eso dice mucho del guion; por cierto, de Caroline Link. Excelente película.


Regina trepaba al techo y a los árboles. Algo que no podría hacer
en Alemania. Imagen tomada de IMDb.


«Ser tolerante no significa decir que todos somos iguales; eso es una bobada. Si algo he aprendido en este país, es lo valiosas que son esas diferencias», le dijo Jettel a Regina.


«Todo lo que amo en este mundo, está en esta cama»,
murmura Redlich. Imagen tomada de IMDb.


Nirgendwo in Afrika, que traduce En ninguna parte de África o En ningún lugar de África (al contrario del título en español); Nowhere in Africa en inglés; es un filme basado en la novela homónima, autobiográfica, de Stefanie Zweig. Zweig, en efecto estuvo refugiada en Kenia y regresó a Alemania, aunque viajó a Kenia dos veces, pero la granja en la que vivió de niña ya estaba destruida. La película recibió el Óscar como mejor película de habla no inglesa en 2002. Mérito para ello le sobra.


Jettel en el tren que les lleva al puerto para embarcar hacia Alemania.
¡Qué daño tan grande infligieron los nacionalsocialistas!
Imagen tomada de IMDb.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:


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