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16 noviembre 2021

Ojos negros - Nikita Mikhalkov (1987)


Imagen del póster en IMDb.

Entre el deber y el querer.


Romano (Marcello Mastroianni) es camarero en un barco de vapor; está esperando la hora del almuerto y un pasajero ruso, Pavel (Vsevolod Larionov), entra. Romano reconoce el acento del visitante y le pregunta de dónde es. Así comienza una larga conversación entre los dos hombres, que han simpatizado. Romano le contará porqué reconoció su acento y porqué sabe algunas palabras de ruso. Comienza mostrándole a Pavel una vieja fotografía de la familia, cuando estaba (casi) felizmente casado con Elisa (Silvana Mangano). Él era pobre y la conoció en la universidad, donde estudiaba arquitectura. Elisa pertenecía a una familia adinerada y; a pesar de la oposición de los padres de ella, se casaron. Después de casi tres décadas de matrimonio, él era un hombre opacado, que no había ejercido su profesión (ni otra), ninguneado por la familia de su mujer (y por ella) porque su aporte no significaba nada para ellos.


Romano, Elisa, la madre de ella (sentada), Tina y demás
miembros de la familia. Imagen tomada de IMDb.


Se siente algo indispuesto y marcha unos días a un balneario. Allí conoce a Anna (Yelena Safonova), una dulce mujer rusa que tiene unos ojos negros preciosos acompañada por un perrito blanco. Se enamoran. Ella regresa a Rusia y le deja al enamorado una carta en ruso, que hace leer por una intérprete. Romano inventa un viaje a Rusia para buscarla. En dicho viaje, se hace pasar por empresario interesado en instalar una fábrica de cristal irrompible, cuya muestra lleva a todas partes. 


En el balneario. Incluía un baño en una piscina de
lodo. Imagen tomada de IMDb.


La cinta tiene escenas jocosas, como esta.
En el balneario, él fingió estar cojo delante de Tina (Marthe Keller) y su esposo. 
Anna, que aún no lo conocía, lo vio y creyó en su cojera.
Imagen tomada de IMDb.


Logra la aprobación de una autoridad, que tiene pinta de príncipe o algo por el estilo, y visita el pueblo de Sysoev; donde lo reciben con vítores y honores en un pintoresco homenaje tan ruidoso como las fiestas de las películas de Emir Kusturica, gitanos incluidos. Encuentra a Anna y habla a solas con ella; le promete dejar a su esposa para regresar a Rusia y le pide que ella haga lo propio. Convienen en ello. Al llegar a Italia, su familia está en la ruina, vendiendo la casa y los muebles. Se solidariza con Elisa; por los viejos tiempos, por su índole de hombre leal, por amor hacia los hijos; se olvida de Anna. Eso fue hace ocho años. El film regresa al barco, donde el restaurante está próximo a abrir sus puertas. Pavel le cuenta que él se casó con una mujer que se le negó por siete años y le prometió no quererlo, pero serle fiel. Romano le preparará un almuerzo especial a Pavel y a su esposa.


Promoviendo un cristal irrompible en Rusia.
Imagen tomada de IMDb.


Recibimiento en Sysoev, al mejor estilo Kusturica.
Imagen tomada de IMDb.


Romano es sorprendido, luego de haber tomado una decisión trascendental, por una dicotomía existencial terrible: ser leal a la mujer con la que ha estado casado tres décadas o aventurarse en las inmensas estepas de la gran Rusia con Anna. Decidió lo sensato; pero le fastidió la vida a Anna, que se divorció y lo esperó durante años y él no apareció. Aún lo espera. De haber decidido lo contrario, se hubiera fastidiado Elisa, la compañera de toda la vida. Como fuera, iba a ser una tragedia para todos en esta magnífica historia de amor basada en el cuento La dama del perrito, de Antón Chéjov, y en otros cuentos del famoso escritor ruso.


El porte y la elegancia de la eterna Silvana Mangano.
Imagen tomada de IMDb.


El filme fue rodado en Italia y en Rusia. La estética de la película es italiana. Si alguien ve un fragmento de ella, sin conocer algunos datos técnicos, no podría afirmar que el director fuese un ruso. Y no es porque en ella esté Marcello Mastroianni o Silvana Mangano, o porque incluya escenas rodadas en Italia. Nikita Mikhalkov logró una atmósfera de cine italiano. Podría decírsele a un inadvertido espectador que se trata de una película de Visconti, de Bertolucci o de Zeffirelli y lo creería (en particular de Visconti). Es un logro captar la esencia estética de otro país (me refiero a Italia, la de Rusia él la conoce). La escenografía, el vestuario, el maquillaje, la fotografía, la música (de Francis Lai), son soberbios. Las actuaciones son del mismo tenor. Un film redondo; entre los mejores de Mikhalkov, si no el mejor.


De regreso a Italia. Imagen tomada de IMDb.


Hay que destacar, de igual manera, que la interpretación de Marcello Mastroianni fue espectacular. Fue uno de sus mejores trabajos. Aunque suene paradójico, representa a un italiano más allá del 100%. Se entregó por completo al papel. Exquisita interpretación.


Mastroianni nos regaló en este film una de sus
mejores interpretaciones. Imagen tomada de IMDb.


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Ojos negros, Очи чёрные, Ochi chornie, Oci ciornieOcchi neri, Dark eyes.
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Reseña en Wikipedia:
Reseña en Wikipedia en inglés:


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