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31 enero 2013

Cannery Row – David S. Ward (1982)



Cannery Row en Monterey, California, es un poema, un olor, un chirrido, una tenue luz, un tono, un hábito, una nostalgia, un sueño.
John Steinbeck


Doc (Nick Nolte) es un ex pelotero que se ha radicado en una calle de Monterey (California), al lado del mar, durante la Segunda Guerra Mundial. El pueblo está empobrecido porque la fábrica de enlatados de sardinas ha cerrado. Doc se dedica a la colecta de animales marinos para venderlos a universidades, colegios e institutos de investigación. En el pueblo hay un grupo de mendigos comandados por Mack, orgullosos de tener a Doc como amigo. Uno de ellos, Hazel, es un tanto retrasado. También hay un burdel, dirigido por Fauna, en el que llega a laborar Suzy de Soto (la hermosa Debra Winger). Las chicas de la casa de tolerancia conviven con los mendigos y con Doc, en armonía y compañerismo. Otros personajes son El Vidente (otro ex pelotero al que Doc malogró con un pelotazo en la cabeza, y ahora cuida de él, pues quedó disminuido), y el dueño de la tienda de provisiones. 

La vida transcurre apaciblemente, con diversas situaciones más bien jocosas, en las que ocurren encuentros y desencuentros de Doc con Suzy, mientras Fauna y los muchachos de Mack intentan reunirlos. En una fiesta que organizan en la casa de Doc, ésta queda prácticamente destruida porque los chicos de Mack se enfrentan a unos desconocidos que querían participar de la fiesta. Muy apenados, Mack y sus compañeros, reconstruirán el lugar, y sustituirán el microscopio que tenía Doc por un telescopio. Gesto que, a pesar de demostrar la supina ignorancia de los mendigos, Doc agradece. Una escena memorable es el baile de Doc con Suzy, en el cuarto de ella, antes de que abandonase el burdel y se mudase a una caldera abandonada. Hacia el final de la historia, Hazel le pregunta a Suzy por qué no visita a Doc (ellos siempre quieren agradar y ayudar a Doc, el más ilustrado del pueblo), ella le contesta que solamente si se enferma o se rompe un brazo lo haría. Entonces Hazel, luego de mucho pensarlo e incluso consultarlo con el propio Doc, decide romperle un brazo para que ella lo visite, pues no sabe cómo enfermarlo. Al ir Suzy a visitar a Doc, es sorprendido por sus amigos (prostitutas y mendigos), quienes celebran gozosos que por fin Doc ha conseguido compañera.

El filme está basado en dos novelas de John Steinbeck: Cannery Row y su secuela Sweet Thursday, mezclando personajes de ambas. Numerosas obras de Steinbeck (Nóbel de literatura 1962) han sido llevadas a la pantalla, y muchas son buenas películas (Las uvas de la ira, Al este del Edén, La perla, ¡Viva Zapata!, Cannery Row). Sus novelas penetran en la personalidad de sus personajes y su conexión con el entorno, haciendo énfasis en las condiciones sociales y económicas en las que se da esa conexión. En Cannery Row, una serie de variopintos personajes, todos ellos de alguna manera fracasados (“loosers”), intentan sobrellevar la vida mitigando mutuamente sus dificultades, sorteando circunstancias adversas, pero teniendo como norte la búsqueda de la felicidad; la cual, de alguna manera, hace presencia. El inflexible espíritu humano no se doblega fácilmente. De suerte que su título en español, Destinos sin rumbo, no está tan fuera de lugar.

Desafortunadamente no ha sido una película que la crítica y el público han apreciado suficientemente. En IMDb tiene una baja puntuación. Sin embargo, pienso que es una gran película. Aparte de lo ya mencionado, hay que reconocer que tiene una gran belleza formal, producto de la fotografía del gran Sven Nykvist, y una banda sonora que, aunque extraña, es excelente. La dirección está a la altura, a pesar de que David Schad Ward es un director poco prolífico y poco conocido. Su trabajo en el cine ha sido como escritor más que como director. Las actuaciones de Nick Nolte y Debra Winger son muy buenas, así como las de los demás personajes principales. La narración de John Huston soberbia. Subestimada. Así ha ocurrido con muchas películas, que se dejaron pasar y luego alguien las reivindicó hasta llegar a ser de culto, tal como Ciudadano Kane, a la que Jean Paul Sartre elevó al nivel que hoy es considerada, luego de que estuviera prácticamente olvidada por todos durante décadas. Personalmente, Cannery Row es una de mis películas preferidas. Creo que es extraordinaria, no menos que las otras producciones basadas en las obras de Steinbeck ya mencionadas.


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