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12 enero 2021

Underground - Emir Kusturica (1995)


Imagen del póster en IMDb.

Una guerra no es una guerra hasta que un hombre mata a su hermano.
Dice Petar cuando Ivan mató a su hermano Marko.


Yugoslavia; corre el año 1941 y, por avatares de la II Guerra Mundial, Petar (Lazar Ristovski) y un grupo de partisanos se refugian en el sótano de la casa de su amigo Marko (Miki Manojlović), quien se queda también con la amante de Petar, Natalija (Mirjana Joković), una joven actriz de teatro. Al llegar al sótano, la esposa de Petar da a luz y muere. Durante 20 años, Marko los mantiene escondidos mientras fabrican armas que él vende en el mercado negro y les hace creer que la guerra continúa. Instruye a un subalterno para que retrase el reloj 6 horas al día y ellos creen que han transcurrido 15 años. 


El sótano era una fábrica de armas.
Imagen tomada de IMDb.


En la superficie, Marko se ha hecho un sitio en la nomenklatura del régimen de Josip Broz Tito y ha ensalzado la figura de Petar como héroe de guerra (le ha hecho creer al público que Petar murió). El hijo de Petar, Jovan (Srđan Todorović), se casa (en el sótano) y hay una gran fiesta. En ella, aparece Natalija y flirtea con su viejo amante, Petar; y casi ocurre un duelo entre ambos amigos; pero un chimpancé que rescató Ivan (Slavko Štimac), hermano tartamudo de Marko, del bombardeo al zoológico (al comienzo del filme), se introduce en un tanque que los refugiados habían construido y dispara un proyectil que abre un boquete hacia un túnel. Por el agujero salen y ven el mundo 20 años después.


Marko se convierte en un «respetable» miembro
de la nomenklatura. Imagen tomada de IMDb.


Petar y su hijo Jovan llegan a un sitio donde ruedan una película sobre Petar en la que hay nazis. Quedan perplejos y confundidos. Petar se dedica a enseñarle el mundo a su hijo, que no reconoce siquiera los animales. Ocurre la muerte de Tito y sobreviene la Guerra Yugoslava, a finales del siglo XX (conocida en los medios con el nombre de una guerra anterior: Guerra de los Balcanes). El país, como sabemos, quedó hecho pedazos. Literalmente. El cartel de la película es elocuente: «La desaparición de Marko Dren coincidió con la fórmula secreta de la Yugoslavia de Tito. Tito perdió a sus amigos, se enfermó y murió 20 años después». Cuando Ivan (el tartamudo que rescató al chimpancé) descubre el engaño del que fueron víctimas, cobra venganza y luego se ahorca.


La música de una banda de metales siempre
presente. Imagen tomada de IMDb.


Emir Kusturica es uno de esos cineastas que tiene un sello, una firma propia en sus películas, un estilo si se quiere. En su coctelera hay surrealismo, absurdo, sarcasmo, ironía, alegoría, simbolismo, alegría, mucha música (sobre todo de fanfarria), realismo mágico, humor, tragedia, crítica mordaz; en fin, con tal cantidad de ingredientes, su paleta de colores es muy rica y le permite un ejercicio alquímico: sublimar la tragedia en comedia. De manera que si la escena muestra un asesinato, lo muestra con tal tino que desternilla de la risa a los espectadores. Así es su cine. No a todos agrada y se ha ganado un buen número de enemigos por sus posiciones políticas respecto a la división de Yugoslavia.


Petar enseñándole el mundo a su hijo Jovan.
Imagen tomada de IMDb.


Underground (Bajo tierra o SubterráneoPodzemlje en serbio y Подземље en cirílico) cuenta con guion de Dušan Kovačević y del propio Kusturica. La película, de casi tres horas, está dividida en tres partes: 1. La guerra; 2. La guerra fría; 3. La guerra. Nótese que la palabra guerra aparece en las tres. Es una breve historia contemporánea de lo que fue Yugoslavia. Los guionistas, pese al volumen ingente de humor que inyectaron a la película, no pudieron ocultar su amor por la patria perdida y el dolor por su fractura.


Petar, Natalija y Marko. Atrás, la novia levitando.
Imagen tomada de IMDb.


En la boda de Jovan, la novia levita.
Imagen tomada de IMDb.


La caverna de Petar

Hay una plétora de símbolos y alegorías en este filme. El más evidente e incisivo es el de la caverna de Platón. Petar y los demás refugiados estuvieron enterrados en una caverna sin ver la luz durante unos veinte años. Tito gobernó Yugoslavia más de treinta («Larga vida a la fiesta comunista de Yugoslavia» dice con sorna la película en una ocasión). Cada personaje puede representar diversos estamentos de la sociedad yugoslava, incluyendo al chimpancé, que podría ser el hombre común, simple, de a pie, que al abrirse el boquete salió y enfrentó la vida de nuevo. Marko es la casta corrupta que gobernó y explotó al pueblo. Petar es el eterno ñángara que no deja de decir «malditos cerdos fascistas» a quienes se interpongan en su camino. Natalija, cual cortesana, correspondería a la napa de enchufados del régimen. Eso sí, la película no deja de criticar ningún aspecto de la sociedad y, la mayoría de las veces, con humor, mucho humor. ¡Y música de metales!


Ivan (izda.) se entera del engaño de su hermano.
¡20 años perdidos! Imagen tomada de IMDb.


Una guerra no es una guerra hasta que 
un hombre mata a su hermano.
Imagen tomada de IMDb.


Llena de hilarantes escenas, se va tornando seria a medida que llega al final, que es trágico (puede ser tragicómico para algunos espectadores). El humor absurdo mezclado con fuertes dosis de humor negro, de mordaz crítica, de símbolos, de música frenética, aderezados con surrealismo y escenas oníricas, da como resultado una obra magnífica; una de sus mejores producciones, un Kusturica imprescindible.


Muerte y destrucción en la guerra de Yugoslavia.
Imagen tomada de IMDb.


«Quemaremos el pasado», dice Petar.
Imagen tomada de IMDb.


Escena final, alegoría del desmembramiento 
de Yugoslavia. Imagen tomada de IMDb.


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Artículo en Wikipedia, que incluye algunas claves:
Artículo en Wikipedia (inglés) con argumento detallado:


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