Páginas

15 junio 2021

Crónica de una muerte anunciada - Francesco Rosi (1987)


Imagen del póster en IMDb.


Crónica de un desacierto no anunciado.


Todo el pueblo sabe que los gemelos Vicario van a matar a Santiago Nasar (Anthony Delon). Ángela Vicario (la bellísima Ornella Muti), su hermana, se casó el día anterior con Bayardo San Román (Rupert Everett), un rico desconocido que llegó al pueblo meses atrás. La misma noche de bodas, él la devolvió a su familia porque la joven ya estaba desflorada (vamos, que el sello de garantía había sido violentado). Ante las presiones de sus hermanos y de su madre (Irene Papas) confesó que su autor fue el desafortunado Santiago Nasar. Veintitantos años después, el mejor amigo del fallecido, el doctor Bedoya (Gian Maria Volonté), regresa al pueblo e investiga qué fue lo que pasó (un argumento más detallado en este enlace). Este sencillo argumento, en manos de Gabriel García Márquez; pese a conocerse el final, los autores y la víctima a priori, engancha al lector, que no deja de leer hasta el final. Fue un best seller y una gran novela al mismo tiempo. La historia del film poco se aparta de la narrada por Gabo.


Ángela Vicario, la bellísima Ornella Muti.
Imagen tomada de IMDb.


Muy pocos serán los cineastas que, una vez conseguido el financiamiento para realizar la película, se desinteresan por hacer algo bien. Está en juego no solo la taquilla, sino su prestigio. No van a crear una mala obra de manera deliberada; muy pocos lo harían. No es el caso de Francesco Rosi, un director serio que quería hacer esta película porque le había gustado mucho la novela. Además, cuenta con el gran guionista Tonino Guerra. En cuanto al reparto, posee actores y actrices de primera. A la lista anterior falta agregar la hermosa Lucía Bosé (recientemente fallecida) en el papel de Placida Linero, la madre de Santiago Nasar; y varios papeles menores, algunos de los cuales recayeron en actores colombianos. Pese a todo esto, la película no fue un éxito; no llega al espectador, no engancha, no convence; ¿qué fue lo que pasó? Hay que tener en consideración que una buena parte del público que la ve es gente que ha leído el libro. La película cuenta lo que Gabo narró.


Hay que estar siempre de parte del muerto.

Tiene cosas positivas. La disposición cronológica no lineal (tal como en la novela) es muy acertada. El sitio de rodaje también es el adecuado. Se ciñeron a la novela, no inventaron muchas variaciones. En general, tiene buenas actuaciones; al menos las de los personajes principales. Cuenta con secuencias y escenas bien logradas: la de la visita del obispo (que incluye una escena jocosa en la que el buque moja al público); la escena en el patio de la casa de la novia de Santiago (donde la madre le responde a su marido: «Hay que estar siempre de parte del muerto»); la secuencia en la iglesia; la de la feria del pueblo, donde Bayardo conoce a Ángela; la del paseo en canoa; la de la fiesta de la boda; la de Ángela recordando la noche de bodas; la del regreso de Bayardo.


Despidiendo a la familia del novio.
Imagen tomada de IMDb.


¿Qué cosas no positivas observa el espectador? Algunas podrían ser: la fonética de los personajes principales: acento y vocalización no son propios de Colombia (amén de la fisonomía); la atmósfera tórrida no se logró, a pesar de que el sitio de rodaje es el adecuado (¿fallo de fotografía?); la caribeña zalamería, ausente en muchos personajes (no es el caso de Santiago, de su madre o de Ángela, que lo hicieron muy bien); la utilización de actores europeos en lugar de colombianos (claro, son los que Rosi conocía); le falta el «sabor y aroma» colombianos en la ambientación y en la actuación. El café brasileño y colombiano son muy buenos (las plantas de café), pero el mejor café expreso del mundo se toma en Italia, hecho con granos colombianos y brasileños, y etíopes y qué sé yo. Aquí pasó algo parecido (hicieron espresso... con granos de Italia).

Es desafortunado. La mejor adaptación de las novelas de Gabo es El coronel no tiene quien le escriba, de Arturo Ripstein. Y fue muy duro y difícil hacerla, Ripstein dixit. El cineasta azteca sí capturó la esencia de Macondo, la atmósfera, los aromas, el sopor, el calor, y los llevó a la pantalla. No es nada fácil. Se trata de eso; de percibir verdadero sudor en las ropas y en los rostros de la gente del trópico (rostros brillantes de sudor); de ver suciedad en un sitio (incluso en las ropas); de apreciar el bochorno por el calor de ese sol abrasador que lo consume todo; de conseguir cosas fuera de lugar, que reflejen cierto desorden del ambiente; de ver borrachos dormidos en las aceras; de que la gente se toque y sea cariñosa, no aséptica. No sé si está bien expresado...


Imagen de otro afiche.
Imagen tomada de IMDb.


---
Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:


No hay comentarios:

Publicar un comentario