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13 agosto 2021

Subarnarekha - Ritwik Ghatak (1965)


Imagen del póster en IMDb.

Hay hombres que luchan un día y son buenos. 
Hay otros que luchan un año y son mejores. 
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. 
Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.


India, 1948. En las afueras de Calcuta se han establecido unos campos de refugiados (India se está dividiendo en India, con habitantes hinduisas y Pakistán, con musulmanes). Gandhi acaba de ser asesinado. Los refugiados se organizan y conforman una escuela en la que Ishwar Chakraborty es uno de los maestros, el de historia e inglés. Él tiene una hermana menor, Sita, que es una niña. Una mujer, que lleva a su hijo con ella, es detenida y la obligan a abandonar el campo de súbito, dejando al niño ahí. Ishwar se hace cargo del niño, de nombre Abhiram, pues no consiguen a la madre. Rambilas, un viejo conocido de Ishwar, le ofrece trabajo en una fundición, lejos del campo. Se establecen en una casa que la fundición les facilita, aledaña al río Subarnarekha. Cerca, hay un campo de sal y un viejo aeropuerto en ruinas, donde Sita y Abhiram corretean. Abhiram va a una escuela lejana y regresará en las vacaciones.

Luego de una elipsis de varios años; Ishwar ha ascendido a gerente de la fundición y Sita (ahora interpretada por Madhabi Mukherjee) se ha convertido en una hermosa mujer; el último año dio un estirón. También Abhiram ha crecido; Ishwar lo quiere enviar a Alemania a estudiar ingeniería, pero él quiere escribir. Por otra parte, ella le pide que no se vaya al exterior. Abhiram opta por ir a Calcula mientras Ishwar hace arreglos para casar a su hermana; no con Abhiram porque es de una casta inferior, con alguien de su mismo nivel. Pero el día de la boda, los jóvenes huyen juntos tras simular el suicidio de ella en el río.

Otra elipsis de varios años. Gagarin ha ido al espacio; es decir, es 1961. Ishwar se ha convertido en un hombre hostil y amargado. En Calcuta, Sita y Abhiram viven con su hijo Binu. La escritura no le reditúa lo suficiente a Abhiram y se hace conductor de buses. El primer día de trabajo, los frenos defectuosos del bus ocasionan que mate por accidente a una niña y la multitud lo lincha y quema el autobús. 

Entretanto, Ishwar recibe la visita de un viejo conocido del campo de refugiados, Haraprasad, otro de los maestros de la escuela, que lo llamó desertor cuando Ishwar decidió abandonar el campo para ir a trabajar a la fundición. Haraprasad llega en el preciso instante en el que Ishwar se pensaba ahorcar. Juntos viajan hasta Calculta para relajarse y beber. Ishwar va a un burdel; cuando su hermana lo ve entrar a su habitación (él es el cliente) se degolla; no puede soportar la vergüenza. Las averiguaciones del suceso demoran dos años, ya que Ishwar se declaró culpable del delito, pero fue suicidio. Al aclarar todo, recibe una carta del dueño de la fundición en la que lo despide. Regresa por sus cosas a la casa a orillas del río Subernarekha junto con su sobrino Binu, que reconoce el paisaje porque su madre, Sita, se lo dio a conocer a través de canciones. Juntos, emprenderán un viaje en busca de un nuevo hogar. 


Imagen del póster en Filmaffinity.


Una vez más vemos a los personajes golpeados por la vida, como si se tratasen de piezas que se sacrifican en el ajedrez. La voluntad de poder, las ganas de sobrevivir de los invididuos, las ansias por lograr sus objetivos, pueden más que los muros que la vida les imponen. Aunque sea de manera precaria, en la pobreza, con grandes vicisitudes, los individuos batallan y bregan, incesantes, como aquéllos a los que Brecht llamó los imprescindibles.


Otro póster del filme.
By Source, Fair use, 
https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=24568025


Perteneciente al llamado realismo social, esta película tiene mucho del estilo de Stayajit Ray. Podría pasar por una película de Ray. Quizás choquen algunas coincidencias un poco rebuscadas, como el hecho de que el hermano dé con el burdel donde Sita, ya viuda, se gana la vida. También que el accidente de Abhiram sea el primer día de su nuevo trabajo. La historia discurre a veces al borde de lo inverosímil. Pero así son estas películas. Ladrón de bicicletas (1948), de Luchino Visconti, fue una de las primeras en las que la Ley de Murphy hizo su triunfal debut y se dispersó por todo el filme, tal como aquí. Es la vida de mucha gente en los países en desarrollo. 

Ghatak fue otro representante del realismo social en el cine indio, junto a Satyajit Ray y a Mrinal Sen. La copia visionada era precaria y los subtítulos (en inglés) se fundían en ocasiones con el blanco de fondo. Las actuaciones son muy convincentes, la fotografía muy buena, la música mejor aún. Hay algunos momentos mágicos, en particular los que discurren con música diegética, cuando Sita canta. Excelente película bengalí.


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Artículo en Wikipedia, inglés:


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