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08 octubre 2021

Aventurera - Alberto Gout (1950)


Imagen del póster en IMDb.

La reina de las rumberas


Mientras la hermosa y carismática Carmen Miranda se ponía sus exóticos sombreros de frutas frescas y hacía películas en Hollywood, la época de oro del cine mexicano hacía lo propio: las rumberas. Estas películas promocionaban grandes cantantes y bailarines aztecas al tiempo que una historia enlazaba las presentaciones musicales; una historia melodramática de preferencia. Aventurera es considerada la película más emblemática de este subgénero; su importancia la ha ubicado entre las mejores películas de todos los tiempos de la prolífica filmografía mexicana(1).


Hija ve a madre besándose con un hombre que no 
es su padre. Hija no perdonará jamás eso.


No es para menos. Esta producción adolece de grandes interpretaciones actorales, a excepción de la de Andrea Palma en el rol de Rosaura y la de Miguel Inclán en el de Rengo; pero tiene fabulosas coreografías e interpretaciones musicales de primera calidad. No solo se lució la hermosa y sensual Ninón Sevilla con las sugerentes danzas que lideró; Pedro Vargas, Ana María González o el trío Los Panchos nos deleitan con exquisitos e inmortales boleros. Desde el punto de vista musical, la cinta es extraordinaria. No termina ahí su singularidad.


Las coreografías son tan buenas como las
de Hollywood.


Un botellazo por la testa al que destruyó mi familia.
Es lo mínimo, ¿no?


Alberto Gout (gracias al guion de Álvaro Custodio) aprovecha para retorcer lo que pudo haber sido una historia estándar y transgredir lo que pudiera ser transgredido. Los espectadores de 1950 tuvieron que haber salido de las salas de cine desconcertados y maravillados. Veamos: La madre de Elena es adúltera; el padre cornudo se suicida; ambos padres dejan desamparada a su única hija; la venden, como si se tratara de un saco de tomates; la drogan y la prostituyen la primera noche disponible; la madama es una mujer vil, de doble cara y doble vida; el hijo de esta se enamora de Elena (uno de los dos goles que anotó Elena en este juego, el otro es haberse convertido en destacada bailarina); en un arrebato de ira, Elena descubre a la madama ante su hijo (escena que recuerda el final de Al este del edén, ¿o fue Steinbech el que se copió?); en otro arrebato, pero de lujuria, Elena besa al joven Ricardo, su cuñado; con un denso resentimiento interior no es capaz de perdonar a su madre moribunda; Lucio, herido en su orgullo de macho, intentar ¡asesinar a Elena!; la salva una puñalada por la espalda (literalmente); Mario, aún herido por tener la madre que tiene, sigue queriendo a Elena y le pide continuar. Mucha transgresión junta en una sola película que se supone era un melodrama típico. Pues ya no es típico, es singular.


El legendario trío Los Panchos cantando Contigo.


La caída libre del código moral de Elena, iniciada después de lo sucedido con su madre, y acelerada en cada uno de los tristes episodios de su vida (trabajos en los que abusaban de ella, la prostitución, el ingreso en el bajo mundo hasta el delito), concluye con la formación de un individuo sin escrúpulos, sin principios, que anda por el mundo repartiendo maldad a diestra y siniestra, dejando una secuela de dolor por donde pasa. De aquellos polvos estos lodos. Al final, cabe esperar que junto al bueno de Mario ella se redima. Grandes dosis de amor podrían curarla.


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El cuento

El argumento también está detallado en este enlace (en inglés). Chihuahua. Familia acomodada. La joven Elena (la hermosa Ninón Sevilla) entra en una habitación y ve a su madre (Consuelo) besándose con el socio de su padre (Manuel). En un periquete, la familia modélica se va al garete: Consuelo se marcha con el amante y le deja una carta al esposo. Elena no logra consolar a su padre, que se suicida de un disparo. Sola y desamparada, se va a Ciudad Juárez, en donde procura levantar cabeza en varios trabajos, sin éxito: los hombres en los diversos empleos que consigue solo quieren tocarla (es un decir).


Nadie pondría en duda las cualidades dancísticas
de Ninón Sevilla.


Ni las histriónicas de Andrea Palma.


Un día se consigue con Lucio (Tito Junco), un viejo conocido, y este le promete que le conseguirá un trabajo. La lleva a un cabaré donde la convida a cenar y a beber; luego conoce a Rosaura (la hermosa e imponente Andrea Palma), la propietaria. Tiene el trabajo. Rosaura le da un té a Elena, al que le añade un polvo que atonta a la chica de tal manera que un cliente la fornicará y apenas se dará cuenta al día siguiente. Su ingreso en la prostitución (virginidad incluida) ha ocurrido sin pena ni gloria, facilitado por su «amigo» Lucio, que la vendió al menor postor.


Bailando Frenesí sonrojó al jet set de Guadalajara.


Indignada, se quiere ir pero Rosaura tiene a Rengo (Miguel Inclán), un sabueso con navaja corta caras incluida. Se queda a regañadientes y se convierte en una célebre bailarina del cabaré. Un día ve al amante de su madre en el establecimiento, le rompe una botella en la cabeza y le da patadas cuando cae al piso. Ni modo, Lucio y ella abandonan el cabaré. No sin antes darle un pañuelo a Rengo para que se seque la sangre de la cara (Lucio lo golpeó). Ese pañuelo...


Otro beso prohibido. La historia se repite.


Lucio, junto con Pacomio y «el Rana», robará una joyería; pero Pacomio se echa para atrás y Elena toma su lugar como conductora del automóvil. Pacomio le cuenta vende a Rosaura los detalles (para que se vengue de Lucio) y la policía llega al sitio del robo. «El Rana» muere en el intercambio de tiros, a Lucio lo detienen y lo envían a presidio en las islas Marías. Elena logra huir y llega a Guadalajara, donde ingresa en un cabaré a bailar. Ahí la conoce Mario (Rubén Rojo), un abogado recién egresado que pertenece a la élite de Guadalajara y que enloquece por ella; llegando a pedirle matrimonio. La madre de Mario es... Rosaura, que lleva una doble vida: madama en Ciudad Juárez, y aristócrata en Guadalajara.


De regreso a sus orígenes.


Rosaura le ofrece 50 000 pesos a Elena para que se aleje de su hijo, pero no acepta. Se casa con Mario y en la fiesta de la boda ridiculiza a su esposo y a los emperifollados de la alta sociedad tapatía cuando baila desafiante con su esposo mientras canta Frenesí. Las relaciones entre Rosaura y Elena son cada vez más tirantes. El summum de la tensión ocurre cuando Elena una noche entra en el cuarto de Ricardo, el hermano de Mario, y lo besa. Rosaura los ve; enviará a Ricardo a Estados Unidos y ella se irá a Ciudad Juárez: no pueden vivir en el mismo techo ambas.


Madre, he aquí a tu hijo.
Hijo, he aquí a tu madre.


En Ciudad Juárez, Rosaura se entera de que la madre de Elena se está muriendo en un sanatorio. Elena visita a su madre; quien, en el lecho de muerte le pide perdón, pero ella ni pestañea. Rosaura le pidió a Rengo que matara a Elena, pero él está enamorado de la chica y no lo hará. Aún conserva un pañuelo que le dio tiempo atrás, que huele con fervor fetichista. En el hotel, Pacomio visita a Elena para chantajearla: 30 000 pesos costará su silencio sobre la participación de ella en el robo a la joyería. El sabueso con cuchillo corta barrigas se hace cargo de Pacomio y se convierte en protector y perro faldero de la chica.


Una puñalada en la espalda con todo derecho.


Elena se presenta de nuevo en el cabaré de Rosaura y Mario acude al espectáculo (leyó en el periódico que ella actuaría)(2). Luego la reprende en el camerino y ella lo lleva a ver a su madre. El joven recibe un choque emocional del tamaño de una catedral. Elena se va y, en la sala del cabaré, Pedro Vargas canta Aventurera; ella se identifica con la letra de la canción. En la habitación del hotel, Lucio —que escapó de prisión— la espera con un arma para atravesar la frontera juntos. Llega Mario y le suplica a Elena que regrese. Los dos hombres se enfrentan, pero Lucio deja inconsciente a Mario. Lucio amenaza a la chica y parten, pero pronto ella le pide que la deje para que expíe los males que le ha ocasionado; él accede (esto es algo inesperado). Cuando ella se marcha, él le va a disparar por la espalda, pero Rengo (que es ubicuo) le lanza el puñal que evitará que la doncella muera. Mario se acerca y se besan. Rengo vuelve a oler el pañuelo de Elena. Es un señor melodrama.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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(1) Véase:
(2) Secuencia un poco fuera de la banda de verosimilitud: cuesta creer que se presentara en el cabaré de Rosaura porque: 1. había ordenado que la mataran; 2. es muy raro que le permita hacerlo en su cabaré, a sabiendas de que su hijo podría personarse, como en efecto ocurrió. Pero... se ven cosas peores en otras películas.

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Artículo/reseña en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:


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