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01 febrero 2022

La llegada - Denis Villeneuve (2016)


Imagen del póster en IMDb.

El tiempo circular.


La película comienza con imágenes de la doctora Louise Banks (la hermosa Amy Adams) y su hija a diferentes edades, que suponemos flashbacks. En el presente, la doctora Banks se dispone a dictar una clase en la universidad y los pocos alumnos que acuden a su aula le invitan a que sintonice las noticias por televisión: han llegado al planeta doce naves alienígenas. El coronel Weber (Forest Whitaker) la recluta junto al astrofísico Ian Donnelly (Jeremy Renner) y los lleva hasta Montana, donde está emplazada una de las doce naves. Ella, como experta lingüista, llevará la batuta en cuanto a la comunicación con los extraños seres de siete patas. Continuará teniendo sueños o visiones con su hija, que no entenderá hasta el final, pues son visiones a futuro: flash forwards.


Louise con su hija enferma. ¿Flashback o flash forward?


Los heptápodos, que tienen varias veces la envergadura humana, reciben a los humanos dentro de la nave, que no toca suelo terrestre ya que levita. Dentro de la nave, en una galería especial para el acceso de humanos, la gravedad y el aire son los adecuados para que les resulte confortable. Los heptápodos están al otro lado de un vitral, en un ambiente nebuloso. Louise no consigue comunicarse vía oral pero logra establecer contacto a través de imágenes: escribe en una pequeña pizarra y los aliens responden con una escritura que tiene contornos circulares y se fija al vitral antes de desvanecerse. A pesar de la premura que no oculta el ejército, debido a que hay clima de guerra en el planeta, Louise, Ian y los demás integrantes del equipo, se toman su tiempo en descifrar el idioma de los extraterrestres. No podría ser de otra forma.


Las gigantescas naves levitan a pocos metros de la superficie.


A la pregunta vital del propósito que tiene la visita de tan extraños seres, ellos contestan que han venido a ofrecer un arma. Esta palabra, en el ambiente bélico que se está desatando a propósito de la visita de los alienígenas, siembra la suspicacia de todos, en especial de los militares chinos y rusos, pero también de los americanos. Al decir arma, tal como Louise sugiere, se pueden referir a herramienta; y así es: los heptápodos necesitarán de la ayuda humana en tres mil años y han venido a ofrecer su «arma», su idioma, a los humanos. Están pagando por adelantado. El que domine este idioma, podrá tener conocimiento anticipado del futuro; por eso Louise ha experimentado visiones de sucesos por venir.


Preparándose con trajes impermeables a los patógenos.


Flashback = flash forward.

La ortografía no lineal de los extraterrestres les permite condensar notablemente la escritura; en lugar de escribir palabras, sus «logogramas» transmiten ideas completas. El lenguaje que han traído de regalo a la humanidad es una puerta para percibir el tiempo de manera no lineal, tal como lo perciben ellos. El film sigue, con exageración, el postulado de la hipótesis de Sapir-Whorf, según la cual el idioma determina en buena manera la forma de pensar el mundo. Esta «arma» o herramienta, la empleará muy temprano Louise (cuando están evacuando las instalaciones de Montana) para evitar la guerra y conseguir la ansiada paz y unión entre todos los humanos. Los heptápodos le dieron a cada grupo un doceavo del conocimiento; obligando con ello a que los humanos trabajasen en equipo para obtener el beneficio total de la herramienta que les obsequiaron(1).


Dentro de la nave no parece haber arriba o abajo; ni ayer o mañana.


El filme, basado en la novela La historia de tu vida, de Ted Chiang, está muy bien realizado; las actuaciones de Amy Adams, de Jeremy Renner y de Forest Whitakere son excelentes; la música y la cinematografía otro tanto. A pesar de carecer de acciones relevantes y de ser una película de ciencia ficción atípica, mantiene la tensión en todo momento gracias a la inteligencia de su puesta en escena y al montaje. También a la inteligencia con la que fue tratado el tema; con mucho «realismo»: tanto el aspecto comunicacional como la logística que se desplegaría en un supuesto arribo de naves extraterrestres, sería algo muy parecido a lo visto en el film; sin tremendismos ni efectismos, con discreción, máximo sigilo y militares por doquier. Otras acciones colaterales que se cuentan también son «realistas»: la reacción de la sociedad civil, los saqueos de las tiendas, los suicidios colectivos de exóticas sectas religiosas, o la cautela extrema y la belicosidad de los militares. Lo que no es muy realista es la relegación de la matemática en la comunicación, pero eso tiene una explicación. Por lo demás, todo fue muy bien cuidado. Gran trabajo de Denis Villeneuve.


El verdadero contacto comienza cuando Louise se quita el traje
y toca el vitral. Un heptápodo responde de manera similar.


El lenguaje escrito es más accesible para Louise. Las oraciones
están formadas por logogramas circulares.


Ciertamente, si nos visitaran alienígenas, el primer escollo sería la comunicación con ellos. Los intentos por comunicarse con otros seres han sido, hasta ahora, con bases matemáticas más que de otra índole. Por ejemplo, el mensaje de Arecibo, es matemática y física puras. Las placas de las sondas Pioneer tienen, además, información gráfica, como los dibujos de los humanos; pero la ubicación del planeta Tierra refiere a los pulsares cercanos; también entra en juego el átomo de hidrógeno, el sistema de numeración binario... Las Voyager llevan un disco de oro con muchísima más información que el mensaje de Arecibo o las placas de las Pioneer; el disco incluye sonidos de objetos y animales, saludos de la Tierra en numerosos idiomas, imágenes, música; pero llevan una placa con información suministrada en formato matemático. 


Ian lee un escrito de Louise que dice: «El lenguaje es el cimiento de la civilización, lo que une a un pueblo. Es la primera arma usada en un conflicto».
Ella contesta: «Es un prefacio típico. Los deslumbras con fundamentos».
Sí, es excelente, aún si es erróneo, dice él muy orondo.
¿Erróneo?
La piedra angular de la civilización no es la lengua, es la ciencia.

En La llegada, se ha negado la injerencia de las matemáticas. Los mensajes antes mencionados ratifican que se trata de una civilización inteligente; en este caso, se está dando por descartado la inteligencia de ambas especies; sería redundante demostrar inteligencia. Quizás también lo sea en el caso de los mensajes de las sondas: las sondas per sé son testimonios de inteligencia, aunque la ubicación de la especie emisora no es obvio. El regalo de los heptápodos permitirá a los sedientos científicos terrestres como Ian descubrir conocimientos que pueden traer del futuro al presente. Lo que hizo Louise es lo primero que hay que hacer: entender el lenguaje de los visitantes; además, se trata del regalo que vinieron a obsequiar.


Louise y Ian logran empatizar con los visitantes.


En la última visita de Louise y Ian, unos militares paranoicos habían
colocado explosivos. Los heptápodos salvan a Louise y a Ian para
que no les afecte la explosión.


Uno de los mayores aciertos de este filme es haber contado la historia conforme al manejo que del tiempo tienen los heptápodos. La no linealidad del tiempo es también parte del montaje cinematográfico de la obra. Aquí, el importante trabajo de edición fue clave para darle una forma cónsona con el poder que transmite la lengua de los alienígenas; al tiempo que explica (al espectador) cómo sucedería esta singular percepción del tiempo. Los flashbacks iniciales, ¿son flashbacks o son flash forwards? Pueden ser cualesquiera de los dos... o ambos a la vez; tal como el gato de Schrödinger. Este es un logro significativo de esta película.


Louise regresa sola a la nave cuando esta se ha colocado más lejos
del suelo. Una cápsula la busca y la deja caer suavemente en el
ambiente de los heptápodos, pleno de una densa neblina en la que
ella apenas puede respirar.


Louise en su última charla con Costello (llamaron Abbott y Costello
a los dos heptápodos con los que dialogaron). Aún ella no entiende
a cabalidad el regalo que le ha sido entregado.


He tenido la cabeza inclinada hacia las estrellas desde que tengo memoria.
¿Sabes qué fue lo que más me sorprendió?
No fue conocerlos a ellos; fue conocerte a ti.
Le dijo Ian a Louise.

Uno de los acertijos más relevantes que deja el film para el espectador es: ¿por qué Louise, que ahora conoce el destino de su hija, tendría una hija? Esta pregunta tiene como respuesta una selección múltiple, pues varias serían las razones tanto para no tenerla como para tenerla. Esta dualidad, como las dualidades onda-partícula, espacio-tiempo, gato de Schrödinger vivo-muerto, o como los flashbacks y flash forwards, enriquece (y complica) el discurso de este gran filme.


Louise con su bebé.


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(1) Para mayor detalle, véase el artículo sobre la novela, en este enlace.
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La llegada; Arrival.
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Artículo en Wikipedia:

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