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12 abril 2022

Marte - Ridley Scott (2015)


Imagen del póster en IMDb.

El único ser humano en un planeta hostil y desolado.


Una misión tripulada al planeta Marte es sorprendida en medio de sus quehaceres en el día 18 por una fuerte tormenta (es redundante decir que es «fuerte», las tormentas marcianas son alucinantes). La comandante de la tripulación, Melissa Lewis (Jessica Chastain), toma la decisión de despegar de emergencia y abandonar el planeta. Durante la operación, uno de los astronautas, Mark Watney (Matt Damon), es golpeado por un objeto y el viento lo arroja lejos; mientras sus sensores indican que ha sufrido una descompresión a la que no se puede sobrevivir más de un minuto. Los compañeros lo dan por muerto y parten. Pero Mark no murió; cuando despierta, al inicio del día 19, nota que un elemento metálico (una daga para los efectos) le perforó el traje y el abdomen. Se dedica a curarse a sí mismo y a caer en cuenta de que está solo en el planeta.


La tripulación observa la magnitud de la tormenta.


La tormenta oscurece la atmósfera.


Cúrese usted mismoImágenes tomadas de IMDb.


Mark acude a su raciocinio para hacerle frente a la inédita situación en la que se encuentra. Saca cuentas de los alimentos que quedaron en las instalaciones, el agua, la energía, y se pone manos a la obra. Poco a poco llega a increíbles logros: siembra papas dentro del habitáculo (añadiendo a la tierra marciana las heces fecales de los astronautas), obtiene agua combinando hidrógeno y oxígeno. Graba una bitácora de sus actividades y de lo que planea realizar; pero no se puede comunicar con nadie. Un día parte en un vehículo en busca de la vieja sonda Pathfinder y así logra comunicarse con el JPL de California. Posteriormente logrará comunicarse con sus compañeros de misión, que están rumbo a la Tierra en la nave Hermes. En el ínterin, un accidente destruye parte del habitáculo y su cosecha de papas se arruina. Ahora sabe, con certeza, que no podrá sobrevivir hasta la próxima misión al planeta rojo.


Mark es botánico. Una de las primeras cosas que hace
es sembrar papas.


Ingrata tarea la de abonar el cultivo... 
con las heces de la tripulación.
Imágenes tomadas de IMDb.


La NASA envía, casi de urgencia, un cohete para hacerle llegar suministros a Mark, pero este explosiona a los pocos minutos del despegue. La agencia espacial china le ofrece a la NASA una nave que podría llevarle víveres a Mark. En lugar de enviarla, un ingeniero de aerodinámica de la NASA, Rich Purnell (Donald Glover) idea una forma de llegar antes: utilizar el impulso gravitatorio de la Tierra y retornar la nave Hermes a Marte; cuando pase cerca de la Tierra se le harían llegar los suministros con el acoplamiento del módulo chino. A pesar de que el director de la NASA, Teddy Sanders (Jeff Daniels) no aprueba esta aventura, el director de vuelo, Mitch Henderson (Sean Bean), envía los datos de la maniobra a los tripulantes de la Hermes de manera subrepticia (en un archivo que se hace pasar por una fotografía); estos, de forma unánime, aprueban realizar el rescate de su compañero Mark, a pesar de que ello supone más de un año adicional de estancia en el espacio, sin regresar con sus seres queridos. El rescate se lleva a cabo, no sin ciertos inconvenientes que resuelven sobre la marcha. El argumento está más detallado en este enlace.


Uno de los momentos más felices de Mark es cuando
encuentra al Pathfinder: ahora podrá comunicarse
con la Tierra. Imagen tomada de IMDb.


El director de este filme ha sido el polifacético cineasta Ridley Scott, que tiene en su haber películas tan disímiles como Thelma y Louise, Blade runner, Robin Hood, Alien: el octavo pasajero o Gladiador. Sin duda que Sir Ridley Scott no solo es prolífico, sino que campea en diversos subgéneros cinematográficos como Pedro por su casa. Y casi siempre logra productos notables, como se puede apreciar en su abultada y cualificada filmografía. Sus películas no se quedan en el mero estadio comercial, incursionan en diversos tópicos, algunos muy pertinentes y relevantes, que le dan un toque artístico suigéneris a su obra. No solo artístico, también social y político. The Martian no escapa a este esquema.




Mark lleva una bitácora diaria de sus actividades.
Imágenes tomadas de IMDb.


La película (un poco larga, eso sí) se basa en una novela homónima de Andy Weir y discurre casi en su totalidad sobre los hombros de la actuación de Matt Damon, que —es justo decirlo— ha puesto lo mejor de sí en este personaje. Tiene pocos errores técnicos, que no la hacen desmerecer en demasía(1); al margen de la credibilidad sobre la supervivencia de un solo hombre en un planeta hostil o de que sus compañeros lo abandonen sin asegurarse que ha muerto. Bueno, son licencias que se da a sí misma la ciencia ficción.


Con su cosecha de papas, muy orgulloso.


Evaluando daños. La cosecha fue arrasada.
Imágenes tomadas de IMDb.


El filme aborda algunos temas colaterales al de la supervivencia de Mark. Estos se desarrollan en las relaciones de las personas que están en la Tierra; algunos sutiles, otros no tanto. Relaciones en las que la autoridad delegada se impone sobre la autoridad moral; o donde la hipocresía y el ocultamiento de la verdad se evidencia no solo inconveniente, sino destructivo. El balance de estas diferencias entre los personajes está muy bien establecido en la historia y permite converger hacia un final feliz sin efectismos innecesarios; de ahí que sea apreciada esta obra. Quizás el único momento un poco cursi y edulcorante en exceso (casi empalagoso) sea cuando todo el mundo, literalmente, está pendiente en las grandes pantallas desplegadas por el orbe para cerciorarse de si Mark es rescatado después de las peripecias improvisadas por él y por sus compañeros para salvarlo.


En la más inmensa soledad en la que haya estado
hombre alguno, con la única excepción (real ) de
los astronautas que han ido a la Luna.
Imagen tomada de IMDb.


Pese a ser una gran película, con excelentes actuaciones, fotografía y efectos especiales; no es, desde el punto de vista de su planteamiento temático, del nivel de Blade runner, AlienThelma y Louise; o desde el punto de vista emotivo como Gladiador; por mencionar obras del mismo director. La suspensión de la incredulidad parece más fácil de ejercer frente a historias fantásticas como Alien o Blade runner que ante historias cuasireales como la que presenta esta cinta: uno objeta que la gravedad marciana no haya sido bien emulada o que un fulano pueda inventarse un método para cultivar papas en Marte, pero sí acepta la existencia del monstruo genocida multidental de Alien sin chistar.


Rumbo al sitio de despegue para regresar a la nave 
Hermes. Nótense los paneles solares cargando, a la 
izquierda. De día los cargaba y circulaba de noche. 
Imagen tomada de IMDb.


¿De quién es Marte?

En un momento de la película, Mark reflexiona sobre su estatus político en el lejano planeta y llega a la conclusión de que está en una situación similar a la del marino que navega en aguas internacionales: está en tierra de nadie, pues no hay legislación sobre los predios por los que camina. Al día de hoy, hay numerosas iniciativas privadas encaminadas a la colonización de los mundos exteriores, en particular del planeta vecino. Se ha apoderado de un puñado de billonarios una fiebre de lanzar naves, bien para ofrecer turismo espacial en las napas superiores de la atmósfera terrestre (o incluso la Luna), bien para establecer una base marciana o para rodear de molestos satélites todo el planeta Tierra. Estas iniciativas están propulsando de nuevo la carrera espacial. Se ha llegado a hablar de minería espacial: explotar asteroides de composición muy valiosa. Pero ¿de quién serán los territorios a colonizar? En la Antártida, que es un caso parecido, se han establecido límites entre las diversas naciones que, por uno u otro motivo, son «copropietarias» del continente blanco. Hay un tratado para el uso de este territorio, para no contaminarlo, no explotar sus recursos minerales ni ejercer actividades militares y, hasta ahora, se ha respetado. ¿Será así en el futuro, cuando apremie la explotación de sus recursos? ¿Y en Marte?


En el centro de control de vuelo se dieron cuenta de que Mark
estaba vivo porque compararon las fotografías del campamento
en tiempos distintos(2): él había movido objetos y las fotos mostraban
diferencias. Imagen tomada de IMDb.


El sitio web sobre copyright en EUA tiene una ingente cantidad de información sobre los derechos de autor y sobre su violación. Uno puede navegar durante días sus páginas y los enlaces a los cuales remite sin llegar a una clara conclusión; pero al final, la larga y complejísima legislación, se resume en una sentencia breve: mientras más dinero esté involucrado en la violación del copyright, más abultada será la demanda para el infractor. Así que, tratándose de cosas de similar índole (billete), tanto la Antártida como Marte están a salvo mientras no se detecten grandes yacimientos de recursos que explotar...


Las escenas del rescate son las menos creíbles.
Esta recuerda a la de la película Misión a Marte (2000), 
injustamente subvalorada obra de Brian de Palma.
Imagen tomada de IMDb.


—o—


Una serie muy buena sobre la colonización del planeta vecino es Marte (ficha en IMDb), patrocinada por el canal National Geographic. Es en formato docudrama y consta de 13 episodios. Esta serie presenta una ficción muy creíble, en la que los que envían a los colonos son corporaciones privadas. La historia está matizada con entrevistas a científicos relativas a una posible colonización del planeta. Altamente recomendable.


Esta serie está dirigida por el veterano Ron Howard.


Imágenes tomadas de IMDb.


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(1) Tales como la tierra que arroja una rueda del vehículo marciano, y que —a todas luces— se aprecia que es un (d)efecto especial editado durante la postproducción en computadora; o la aceleración de la gravedad marciana, un tercio de la terrestre, que no siempre se aprecia en la caída libre de objetos.
(2) Técnica que se emplea en astronomía para evaluar el movimiento de objetos celestes.
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The martian; Marte; Misión rescate; Mars.
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Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:


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