Estos días de pandemia y confinamiento (gracias al partido comunista chino) han sido propicios para algunos ejercicios extraños. Uno de ellos es acceder a una lista de películas; por ejemplo, venezolanas. Solo por curiosidad.
La pequeña base de datos se encuentra en un archivo de hoja de cálculo de Google Drive (abajo se ofrece el enlace para que el interesado la descargue). Las columnas corresponden a: título de la película; año en que se estrenó; duración en minutos; subgénero al que pertenece; enlace al comentario de la película en este blog (si existe); enlace a otro artículo sobre la película, bien en Wikipedia o a su ficha en IMDb; director, directora o codirectores; y enlace al artículo sobre el director en Wikipedia o a su ficha en IMDb. Hay algunos directores que disponen de ficha en IMDb y artículo en Wikipedia; en lo posible, se han suministrado ambos cuando el director ha rodado más de una película. Si se trata de varios directores, se da el enlace de uno de ellos. Después hay una columna con notas, muy poco empleada.
Esto no pretende ser un ejercicio historiográfico ni mucho menos; es solo una lista de películas (largometrajes de 40 minutos de duración o más). Pero, toda vez que la lista es creada, se pueden filtrar datos en la hoja de cálculo para obtener alguna información interesante, contar, hacer gráficos, etcétera. Se han incluido películas para TV, pero —repito— no es una investigación exhaustiva; la lista puede ser depurada. Esto quizás aumente el número de filmes aunque, por otra parte, los que no tienen la duración mínima requerida o no tienen referencias no se han considerado en las cuentas (son 111; 9 en etapa de pre o posproducción y 102 cortometrajes o productos sin referencias). Además, es muy probable que el número de películas sea mayor por dos motivos: que se hayan escapado a la memoria y a las listas previas (como el caso de Adiós, Alicia y las otras 3 películas mencionadas arriba) o coproducciones que se incluyeron en la lista de otro país patrocinador y no en la de Venezuela. Así que están compensadas, más o menos, las carencias con los excesos. El total sobrepasa los 560 largometrajes.
En el gráfico ubicado sobre estas líneas figuran los largometrajes desde 1928, año en el que comenzó a rodarse este tipo de producto cinematográfico. Nótese: 1. La irregularidad siempre presente; 2. La escasez de producción antes de 1973; 3. La eclosión en 1973.
No hacía falta fajarse a realizar la tabla para llegar a la conclusión apriorística de que Román Chalbaud es, de lejos, el más prolífico director del país. Con una carrera que pasa de las 6 décadas dedicadas al cine (además del teatro y la televisión), Chalbaud ha realizado tantos filmes (~24) como la suma de los realizados por los dos directores que le siguen en producción: Diego Rísquez y César Bolívar(5). Solo se ha tomado en cuenta la dirección de las películas. Muchos de los cineastas han trabajado en otras áreas: como guionistas, directores de arte, actores; si bien solo se contabilizaron las películas que dirigieron. Asimismo, casi todos ellos han trabajado en televisión; aunque hay que destacar que la televisión es otro mundo, con cifras centenares de veces mayores. Se han incluido, empero, filmes para TV; pero no las series o las novelas. También se han incluido títulos que, sin conocer su duración, se presume que tengan 40 minutos, en virtud de la tradición del director(6). Esto puede inducir a algún error en este listado.
Este gráfico presenta los 20 directores que han rodado 5 o más largometrajes. Este grupo ha realizado casi la tercera parte de la producción fílmica nacional (el 31%). Si se amplía el rango a los que han dirigido 2 o más películas, resulta el 59% de los largometrajes. Y si se incluye a los que han rodado 1 o más filmes, se llega al 68% de los largometrajes. El 32% restante corresponde a codirectores. Quizás se visualice mejor en el siguiente gráfico, en el que se excluyen los codirectores. Los directores más prolíficos, los pesos pesados del gremio: directores con 10 o más cintas, han proporcionado el 18% de los fotogramas.
El trabajo de dirección cinematográfica en Venezuela está dominado por los hombres. Las directoras, que son 20 (de los casi 200 directores), han realizado 33 largometrajes, que representa el 6% de la producción total. Esta es la parte menos «exitosa» de las estadísticas: la baja representación femenina en el rol de dirección. Esto son los números; la calidad es otra cosa: no hay que olvidar que, por ejemplo, Araya y Oriana (de Fina Torres), por mencionar dos películas; regresaron del prestigioso Festival de Cannes con sendos premios. Otras cintas, también de féminas (Mariana Rondón, o la recientemente fallecida Elia K. Schneider), han recibido galardones en diversos festivales. De este tópico se hablará con más detalle en un próximo artículo.
Hay que acotar que los filmes que debieron hacer D. Glover y S. Penn con los millones de dólares que les regaló el intergaláctico etéreo, infinito y eterno no están incluidos. Aún Venezuela está esperando por esas películas; entre otras muchas cosas que está esperando... De «consuelo», queda la cinta que Oliver Stone (hombre de más palabra que los dos mencionados antes) le dedicó a su pana Hugo (con baja calificación en IMDb, por cierto).
Algunos directores son de origen extranjero. Por ejemplo, La balandra Isabel llegó esta tarde fue dirigida por el argentino Carlos Hugo Christensen; No es nada mamá, solo un juego por el español José María Forqué. Vinieron, dirigieron y se regresaron, pero las películas son adjudicadas a Venezuela. Otros han ejercido la profesión en Venezuela, como el sueco Solveig Hoogesteijn, que llegó siendo joven. Algunos, jóvenes cineastas, continúan su producción en otras latitudes, gracias a la diáspora que el caballo de Atila se ha encargado de fomentar.
Trivialidades
Premios - Números.
La película más premiada es Sicario, la ley de la calle (1994), de Joseph Novoa, que ostenta 16 premios y 3 nominaciones. En un próximo artículo se abarcará con mayor detalle este tópico, al igual que el siguiente.
Las favoritas del público.
Esto resultó ser un poco complejo, ya que hay películas con muchos votos y otras con muy pocos. Algunas sobrevaloradas y otras subvaloradas. En un próximo artículo se presentará una lista depurada con el criterio bayesiano; que es el empleado por IMDb; con el cual se pondera de alguna forma estas irregularidades. Se liman las aristas del poliedro.
Títulos.
La película con el título más largo es La batalla de Chile: La lucha de un pueblo sin armas - Primera parte: La insurrección de la burguesía (Patricio Guzmán, 1975), con 83 caracteres; seguida de Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia (Alfredo Anzola, 1977) con 58 letras; seguida de cerca por Un célebre especialista sacando muelas en el gran Hotel Europa (1897), de Manuel Trujillo Durán, con 53 letras (si bien esta no es un largometraje) y Venezuela bolivariana: pueblo y lucha de la IV guerra mundial (2004), de Marcelo Andrade, con 52 caracteres. Todas en la onda de Lina Wertmüller en eso de títulos largos.
El título más corto es Z, (en pre o posproducción), de Manuel Pifano. Si no llega a concluirse, el cetro quedaría para Azú (2013), de Luis Alberto Lamata, con 3 letras.
Director de mayor edad.
Al momento de escribir estas notas, la cineasta viva de mayor edad es doña Margot Benacerraf, fundadora de la Cinemateca Nacional, con 94 años. ¡Larga vida para doña Margot!(7). En segundo lugar, Román Chalbaud, con 88 años. En cierta forma, son los pioneros de la industria cinematográfica tal como la conocemos hoy.
Imagen tomada del tuit de Casa de América, donde disfrutamos, en abril de 2019, de la proyección de Araya. Margot Benacerraf con Armando Reverón. |
Duración de películas.
De acuerdo a la base de datos de IMDb(8), encabeza la lista Imagen de Caracas (Jacobo Borges y Mario Robles, 1968), con 270 minutos (4 horas y media); le sigue Huascar Barradas entre amigos (Héctor Palma 2006), con 167 minutos de duración (casi 3 horas); Papita 2da base (8)(Luis Carlos Hueck, 2017) y Solteras indisponibles (Carlos Daniel Malavé, 2017), ambas con 150 minutos de duración (2 horas y media). Esto es lo que hay.
La base de datos
El enlace a la base de datos, en formato hoja de cálculo de Google Drive, es el siguiente:
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Huroe_O-gVX2cVgn6rSJk4wkf1AdIyBaTKIb8zgb1Ks/edit?usp=sharing
En formato pdf:
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(1) Listas empleadas:
a. En IMDb: https://www.imdb.com/search/title/?country_of_origin=ve. El listado de todas las producciones con la etiqueta Venezuela arroja 5412 títulos. Esto incluye series, novelas, cortometrajes, miniseries. De esta lista se han discriminado las producciones de menos de 40 minutos de duración y las que carecen de datos. El resultado supera los 560 largometrajes. Véase el artículo ¿Cuántas películas hay? (en este mismo blog) en relación a este criterio de selección. Las dos películas mencionadas en el segundo párrafo no están en esta lista (¿?).
A algunos títulos sin duración conocida se les asignó 40 minutos; en función de la usanza o tradición del director asociado a dicho film, si el tal director tuviese en su haber varios largometrajes. De igual manera, al que produce normalmente cortometrajes se le asignó corta duración a sus productos que no presentan duración conocida.
b. En Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Venezuelan_films; c. La frágil memoria del autor, que ayudó un pelo.
(2) Véase el artículo Cine de aquí y de allá, en este mismo blog.
(3) El embargo petrolero de 1973 casi triplicó los precios del crudo, hasta llevarlo a cerca de 10 dólares el barril. Se registraron abundantes recursos adicionales en una Venezuela que —de paso— estrenaba, en 1974, un presidente que le dio un singular empuje a la economía. Con esos 10 USD por barril, los demócratas construyeron el gran país que los chavistas, cobrando diez veces más por el petróleo, han destruido hasta sus cimientos. Esa abundancia irradió en todos los aspectos de la vida nacional, también en el cine. Los cineastas, en su mayoría de izquierdas (entre ellos, Chalbaud, hoy cómplice de los chavistas), utilizaron el cinematógrafo como instrumento de denuncia de las irregularidades que plagaban la nación, así como de las crecientes diferencias sociales (algo, por lo demás, necesario). Una década después, en 1983, el viernes negro fue la advertencia de la posibilidad cierta del colapso de un sistema que no podía continuar sosteniéndose sin serias y severas reformas. Los cambios los intentaría emprender CAP en su segundo gobierno, en 1989, apertrechado por ministros brillantes en economía (los Iesa y Chicago's boys); pero, ni la sociedad estaba dispuesta, ni la forma en que se hicieron fue la mejor. Ningún sector de la sociedad lo entendió ni le dio carta blanca a los cambios. En 1992 entraron en la escena los milicos comunistas, ignorantes y delincuentes; el resto es historia reciente.
(4) La forma de gobierno manirrota del comandante interplanetario y plenipotenciario del grupo local de galaxias, que dilapidó un billón de USD (un millón de millones o 10exp12) para destruir un país con enorme potencial de desarrollo, también llegó al cine. Pero después de su muerte (2013), sus herederos ad infinitum (que son mucho más animales) no saben «gobernar», porque solo reciben la mitad (o algo menos) de los 100 USD por barril, ya que el precio bajó. Pese a ello, su capacidad destructiva es monstruosa. A partir de 2013, la producción cinematográfica ha mermado de manera draconiana, tal como se observa en uno de los gráficos. Es de esperar que algunos films en posproducción a esta fecha quizás no vean la luz nunca; ni se harán muchos más largometrajes mientras gobierne la caterva de idiotas. Buena parte de los cineastas jóvenes están haciendo cine en otros países; incluso en otros idiomas.
(5) Como referencia, valga mencionar la producción de algunos cineastas conocidos: John Ford 147 películas en 59 años (quizás sea el campeón, con más de 2 por año); Akira Kurosawa 33 films en 52 años (nada mal); Werner Rainer Fassbinder 44 películas en 16 años (toda una máquina de hacer cine, casi 3 por año); Werner Herzog 73 en 58 años (otra máquina de fotogramas); Fritz Lang 45 en 41 años (cerca de 1/año); Andréi Tarkovski 12 filmes en 30 años; Stanley Kubrick 16 películas en 48 años; Woody Allen 55 en 54 años (1 por año). En este enlace hay algunos de estos datos; que se pueden confirmar en IMDb.
(6) Por ejemplo, si un director tiene en su haber varios títulos y todos son largometrajes, se le asignó 40 minutos a una de sus producciones de las que se desconocía la duración. Igual criterio para los que suelen rodar cortometrajes.
(7) Gracias a su gestión como fundadora de la Cinemateca, muchos aprendimos en dicho recinto el poco cine que sabemos. Bajo la dirección de Rodolfo Izaguirre, en los años 70, la Cinemateca proyectaba interesantes ciclos y siempre ofrecía (además de la entrada económica para los estudiantes; 1 o 2 bolívares si no recuerdo mal) una hoja multigrafiada con datos y comentarios del film al momento de comprar el boleto. Fue ahí donde, por vez primera, vimos al Potemkin, al Kane, a la bellísima Greta Garbo, y muchas otras cosas. A veces, también había charlas con algún crítico, como Perán Erminy. De lujo.
(8) La lista la encabeza un video musical de cinco horas y media de duración, No logro recordar (Albi De Abreu, 2019), que no se está considerando como largometraje cinematográfico en esta lista.
Papita 2da base parece tener dos fichas:
https://www.imdb.com/title/tt7593452 y https://www.imdb.com/title/tt11092590
Se ha considerado una sola, a los efectos de esta lista, la 7593452.
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