“Hay algo en la personalidad humana que se resiente a las cosas claras, e inversamente, algo que atrae a los rompecabezas, a los enigmas, y a las alegorías”
Stanley Kubrick
Hay que comenzar diciendo que 2001: Una odisea espacial (también conocida como 2001: Odisea del espacio u Odisea en el espacio) es considerada la mejor película de ciencia ficción jamás rodada, y una de las 10 mejores películas de todos los tiempos. Esto pese a que obtuvo un solo premio Óscar por efectos especiales, único Óscar asociado a esta película de Stanley Kubrick, su director y productor, quien nunca recibió siquiera un Óscar como mejor director y es hoy considerado uno de los mejores del cinema. Este detalle anecdótico da cuenta de la subjetividad de los premios, tanto de los Óscar como de otros.
El guión de 2001 fue escrito por Kubrick y Arthur Clarke, novelista de ciencia ficción, durante el largo rodaje de la película, basándose en el cuento El Centinela, escrito por Clarke en 1948. El rodaje y la novela avanzaban retroalimentándose uno al otro. La película fue muy controversial, y aún hoy en día lo es. Kubrick dejó la interpretación del filme a los espectadores, señalando que éramos libres de interpretarlo como mejor nos pareciera. Esto ha traído una retahíla de interpretaciones desde muy simples a muy complejas. Sin embargo, una cosa es leer esta película como producto único de Kubrick (y de Clarke), y otra muy diferente es entenderla como parte de la saga conformada por las ulteriores novelas de Clarke asociadas a ésta: 2010: Odisea 2, 2061: Odisea 3, 3001: Odisea final. Estas novelas, no muy hiladas con la primera ni entre ellas, constituyen una serie basada en el éxito de la primera con el objeto de vender y ganarse la vida, cosa que nos parece totalmente legítima. Dentro del contexto de toda esa historia, 2001 podría tener otra lectura distinta de la que tendría como película o novela única, que no pertenece a ninguna saga. Esta es la lectura que hemos de darle en este comentario. Solo tendremos como complemento la obra completa de Kubrick y su visión del mundo, hasta donde ésta nos sea posible conocerla.
2001 abunda en efectos especiales que fueron toda una novedad para la época, tal como la simulación de la ingravidez; y su banda sonora es célebre. Kubrick innovó también en el aspecto técnico en casi todas sus películas. Pese a que hoy le han conseguido algunos errores a la película, tanto de orden técnico como de continuidad, ello no la hace desmerecer para nada, y particularmente en lo que refiere a su propuesta filosófica. Recordemos que también El Quijote abunda en errores, enmendados algunos en la segunda parte por Cervantes, y otros no tanto. Aún así es la obra cumbre de la literatura española. Igualmente, 2001 es la obra cumbre de la ciencia ficción y es una de las películas con los planteamientos filosóficos más profundos y trascendentales del cine.
Desde su estreno en 1968 he podido verla un sinnúmero de ocasiones, y en cada una la lectura se enriquece o cambia. Esto la hace aún más atractiva. Narra la Historia del Hombre, desde los albores cuando los primates nos antecedieron hasta el presente, y una especulación sobre el futuro. Uno de los planteamientos es el de las máquinas, o herramientas, que le facilitan las tareas al hombre, pero que también son instrumentos de muerte: en el inicio el simio mata a su congénere con una palanca (hueso) y al final el astronauta Dave (interpretado por Keir Dullea) desactiva al computador Hal 9000 con un destornillador. También se plantea, al final, el viaje a través del tiempo de una manera adimensional, o tetradimensional, como se quiera ver. Toca aspectos como el eterno retorno nietzscheano, la existencia de Dios y la evolución del Hombre.
Pero la trama central se teje alrededor del monolito que aparece en cuatro etapas de la historia: al principio, cuando sorprende a los primates, en la segunda cuando aparece en la Luna, luego cuando acompaña a Dave (o lo envía) a través de un alucinante viaje y, finalmente, en el ocaso del Hombre (Dave). Al comienzo se deja entrever que el monolito es responsable del proceso de racionalización del simio, puesto que el solo contacto con él hace que el animal logre discernir la aplicación de la primera herramienta: el hueso o palanca, con el que podrá cazar, pero también matar a su igual. Viene a ser como la luz de la razón que cae sobre el humano en ciernes. El monolito se adelanta temporalmente al Hombre, y la segunda vez que hace aparición es en la Luna. En esta fase el Hombre cuenta con máquinas sumamente sofisticadas, tales como computadoras, naves espaciales y armas de destrucción masiva [1]. Sin embargo, aún es incapaz de conocer la naturaleza y objeto del monolito. Por segunda vez el monolito se yergue como símbolo de algo inalcanzable para el Ser Humano. El monolito emplazado en la Luna envía un mensaje hacia Júpiter, que el Hombre atiende.
En el viaje hacia el planeta gigante, el Hombre ya cuenta con una máquina aún más avanzada, poseedora de inteligencia artificial: el computador Hal 9000, el cual controla todos los aspectos operativos de la misión y es el único conocedor del objeto de la misma. Sin embargo, la compleja máquina y el Hombre entran en conflicto, luego que la primera se equivoca en un diagnóstico y asesina a toda la tripulación excepto a Dave, por pensar que los humanos podrían poner en peligro la misión. El Hombre (Dave) la desconecta en virtud de que no hay posibilidad de razonamiento con la máquina; afirmando de esta manera la hegemonía del ser humano sobre sus creaciones. El final, que cada quien interpreta a su manera, es un encuentro de Dave consigo mismo a través del tiempo, en sucesivas etapas separadas años una de otra, hasta su muerte y posterior re-nacimiento como “el niño de las estrellas”, nombre que tradicionalmente le han dado al feto que magistralmente cierra el film. Muchos interpretan esta metamorfosis como un avance del Hombre hacia un estadio superior, algunos citan al superhombre nietzscheano.
Una posible interpretación
Partiendo de que Kubrick era aproximadamente agnóstico, algo pesimista respecto a la evolución humana (no en lo técnico pero en lo moral) y convencido de que el destino no lo forja el individuo per sé sin la influencia de agentes exógenos, se pueden interpretar algunos planteamientos de 2001 de la siguiente manera.
La evolución del Hombre. No solamente Kubrick lo interpretaría así, sino que cualquiera lo puede constatar por la Historia: la evolución del Hombre ha sido meramente instrumental, técnica, científica. El aspecto humano en lo concerniente a la moral ha evolucionado pírricamente en comparación a como lo ha hecho la técnica y la ciencia. El Hombre sigue siendo primitivo en su comportamiento social, capaz de las peores vilezas e incluso del asesinato. El violento siglo XX ha confirmado, de manera muy especial, este triste hecho. La violencia de los homínidos al comienzo, y la de Hal y Dave al final son vitrinas de esta visión. Por otra parte, el hombre sigue perteneciendo a un mundo contingente y no determinístico, el entorno le modifica su vida, sin que su voluntad pueda cambiar eso. Esta visión se puede apreciar en varias de sus películas: Espartaco, Lolita, Barry Lyndon, El resplandor, Eyes wide shut, incluso La naranja mecánica, entre otras. La suerte de Dave (el Hombre) queda a merced del monolito, muy fuera de su control. En esta película en particular, Kubrick plantea dudas sobre el evolucionismo, como se comenta más adelante, en el inciso El monolito.
Las máquinas. En virtud de la evolución técnica del Hombre, su producto: las máquinas, reflejan dicha evolución y se ve en 2001 el paso de la palanca a la nave espacial y luego a la inteligencia artificial. En Dr. Strangelove ya había abordado Kubrick el caso de las armas de destrucción masiva. Las máquinas que fabrica el Hombre le son útiles para sus fines, pero también matan. Pero el matar es, en efecto, uno de sus fines, aunque esto suene a tautología. En 2001 se plantea el bizarro, pero posible caso, de que la máquina por sí misma llega a la conclusión del asesinato necesario. La creación es "imagen y semejanza" del creador. El Hombre, como Creador de la máquina, finalmente puede decidir el futuro de ésta, acudiendo a su destrucción de ser necesario.
El monolito. Al haber dejado abierto el debate del significado de 2001 (al igual que el de sus otros filmes), Kubrick se desentiende de la existencia de Dios y nos deja a los espectadores la decisión sobre tan agudo asunto. El no manifestarse a este respecto ha sido beneficioso para la película, pues no entra en la eterna discusión en torno a la existencia de Dios. Si el monolito es la manifestación de una Inteligencia Superior, ésta es tan superior como si fuese Dios comparado con nosotros, pues ha producido hitos tan sorprendentes como el inicio del razonamiento en los simios, o el viaje temporal de Dave. Si es Dios o no, es prácticamente irrelevante. Es una Inteligencia o un Ente Superior, entiéndalo el lector de acuerdo a sus creencias, a su fe o a la falta de ella. En cualquier caso, el monolito –y la historia en sí- es abiertamente crítica hacia el evolucionismo. Por otra parte, difiero que deban ser dos, tres o cuatro los monolitos que intervienen. Basta que sea uno, pues la omnipresencia es inmanente a tan superior ente.
El eterno retorno. También en esto difiero de otros comentarios que leen el final como la ascensión del Hombre a un estadio superior, algunos dicen que a un estado de mente pura: a un Hombre incorpóreo. Dado el pesimismo en relación a la evolución humana que ha plasmado Kubrick en varios de sus filmes, no creo que signifique eso. Pienso que se trata de un eterno retorno no circular, una suerte de recurrencia, similar al ciclo histerético. No un empezar de nuevo desde cero, pero sí el regreso a un punto anterior desde el cual se iniciará nuevamente la evolución, esta vez corregida. El Hombre deberá corregir sus desviaciones en el campo moral. En las escenas finales pareciera que se le dijera al Hombre (personificado por Dave): “Has logrado cierta evolución, pero deficiente, de manera que debes re-comenzar. No eres más que una brizna en el Universo. Observa la Creación [escenas alucinantes del viaje temporal]. Ahora obsérvate a ti mismo, tu evolución, tu muerte y tu re-nacimiento [escenas finales en la habitación estilo Luis XVI]”.
Personalmente creo que estos son los aspectos primordiales que toca el film. Hay otros temas que se asoman, pero solo tangencialmente. Usted, amable lector, puede disentir de esta interpretación, evidentemente. Coméntenos sus impresiones sobre esta magna película. En la web abundan diversas interpretaciones de ella. Una interesante interpretación, muy elaborada formalmente, está aquí.
Una obra maestra del cinema mundial.
Parodia de 2001, realizada por el autor de este blog (subtítulos en español)
_______________________
1 comentario:
deberia escribir una critica de la parodia.
Publicar un comentario