El terror a lo Kubrick
Stanley Kubrick no fue
un realizador prolífico: produjo un filme cada 3 años (16 películas en 48 años
de actividad); pero es uno de los mejores directores de cine de todos los
tiempos. Su maestría se puede apreciar en sus últimas 12 películas. Realizó películas
épicas (Espartaco,
Barry
Lyndon), bélicas (Senderos
de gloria, Nacido
para matar, también llamada La
chaqueta metálica, Dr.
Strangelove), comedia (Dr.
Strangelove, o cómo aprendí a no preocuparme y amar la bomba, también
conocida como ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú), de ciencia ficción (2001:
una odisea espacial, La
naranja mecánica), policíacas (El beso del asesino,
Atraco perfecto), de
relaciones de pareja (Lolita, Ojos bien cerrados), y
de terror: El
Resplandor. Clasificación simplista, pues algunas pertenecen a más de un
género. Prácticamente abarcó todos los géneros, y en cada uno hizo una película
extraordinaria, algunas de ellas obras maestras del cine. De manera que no fue
prolífico en lo que a número refiere, pero sí en calidad. En cada película hay
símbolos y mensajes sobre algunos de los grandes temas inherentes al ser humano,
y a su existencia en este mundo. Ninguna es pueril, ninguna es un simple cuento
(quizás con la excepción de El Resplandor); y todas están impecablemente
realizadas desde el punto de vista técnico.
A El
Resplandor pertenece la que se ha determinado como la escena más
terrorífica del cine: la del niño cuando asoma al pasillo y ve a las gemelas y
a sus cadáveres. Basada en una novela de Stephen King, narra la
degradación mental del personaje central representado por el excelente actor Jack Nicholson, al punto
que quiere desesperadamente matar a su esposa y a su hijo (decentemente
interpretados por Shelley
Duvall y Danny Lloyd). La música
empleada como banda sonora no pudo ser mejor seleccionada: piezas de música
contemporánea de György
Ligeti, Béla
Bártok, Krzysztof
Penderecki y Hector
Berlioz mantienen, en todo momento, la tensión del film. Llama la atención
la cantidad de escenas rodadas siguiendo a los actores, bien viéndolos frontalmente
o por la parte posterior, a lo largo de los pasillos del hotel o en el
laberinto. Para ello Kubrick
empleó el –para entonces- novedoso sistema de estabilización de cámaras Steadicam. Muy kubrickianas
estas tomas, que ya había utilizado y siguió utilizando posteriormente.
El resplandor es una película sin contenido
filosófico importante, aunque sí sicológico y parasicológico. Excelentemente
hecha, es, sin duda, una de las mejores que se han hecho del género terror.
1 comentario:
un genio Kubrick , claro... realizador de solo obras maestras... salu2
Cuando el arte ataque
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