Primeros apuntes de
un fracaso
Al igual que un comentario sobre
el subdesarrollo, reiteradamente mencionado por el protagonista Sergio, que
refiere lo disperso, discontinuo, y desorganizado que es el subdesarrollo y la
gente inmersa en él, así mismo se presenta este excelente film: es un collage
de apuntes, aparentemente inconexos, de las reflexiones de un ex burgués que se
quedó en la isla para observar, en primera fila, los acontecimientos y la
implementación de los cambios de la revolución castrista. Tomás Gutiérrez
Alea, el más importante director cinematográfico de Cuba, dirige esta
producción en blanco y negro.
Memorias del
subdesarrollo es una película inteligente, seria, objetiva y relativamente
neutral, dadas las circunstancias. Ligeramente a favor de la revolución,
mantiene, sin embargo, una actitud abiertamente crítica tanto a la revolución
como a la burguesía decadente que la precedió. Un gran logro del gran
realizador T. G. Alea,
indudablemente. Tiene un hilo narrativo pausado, que permite ir reflexionando
sobre la marcha, e inserta algunas escenas tomadas directamente de los hechos
históricos, pero no es un documental. Tampoco es una película propagandística y visceral,
como El acorazado
Potemkin u Octubre,
de S. M.
Eisenstein. Es, como se dijo arriba, inteligente, reflexiva, madura, analítica.
Otra cosa es lo que devino de la
revolución castrista. No se puede medir la calidad de la película por la
calidad del producto político de los hechos que ella narra o sobre los que reflexiona. Son dos cosas
distintas. La revolución, con cinco décadas de edad, puede ya rendir su saldo:
no puede ser más negativo. Si bien el régimen de Fulgencio Batista
era oprobioso, corrupto y autoritario, que despóticamente dividió la sociedad
en dos: poderosos y miserables, la revolución solo empeoró las cosas. Cuba pasó
de ser un país productor auto sostenido (tabaco y azúcar) a un país parásito de
la antigua U.R.S.S. hasta la
caída del imperio soviético y desde el 2000 de Venezuela, de un régimen
autoritario a uno totalitario, de una sociedad con ciertas libertades a una con
la libertad individual conculcada e individuos sin criterio propio ni motivaciones, sin
libertad de disidencia so pena de fusilamiento. Incluso algunos colaboradores
brillantes fueron asesinados para que su luz no opacara la del Gran Hermano,
el asfixiante jefe de todos los habitantes. El régimen verifica todos los
requisitos y características de los sistemas totalitarios, y aplica todos los principios
propagandísticos de Goebbels.
Los cubanos son, en definitiva,
los que juzgarán que tanto bien o tanto daño le ha hecho este período oscuro a
su patria. Desde afuera se ve un proyecto fracasado, tal como el de la URSS y
el de China, países que están dando un giro en sus estructuras políticas,
sociales y económicas.
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