Así que era la señora Lundegaard la que estaba en el suelo en la cabaña. Y supongo que el que estaba en la moledora de madera era tu cómplice. Y esas tres personas en Brainerd. ¿Y por qué? Por un poco de dinero. Hay más en la vida que un poco de dinero, ¿sabes? ¿No lo sabías? Y hoy, ya ves, es un hermoso día. Bueno, yo no lo entiendo.
Últimas reflexiones de Marge Gunderson, protagonista del film.
Los hermanos Coen, Ethan y Joel, dirigieron, produjeron, editaron y escribieron el guión de esta extraordinaria película, en la que un crimen ideado y organizado por mediocres resultó en una tragedia que incluye varios homicidios, todos gratuitos. El argumento detallado está en este enlace. La película ha sido incluida en el Registro Nacional de Películas de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por su significación histórica, cultural y estética.
La cantidad de pistas que dejaron detrás de los acontecimientos los delincuentes le permitió a la perspicaz policía Marge Gunderson resolver el caso sin prácticamente ningún contratiempo. Hay que destacar la extraordinaria interpretación de Marge a cargo de Frances McGormand, posiblemente la mejor interpretación de su carrera, por la que recibió el Óscar. También es destacada la actuación del actor que mejor balbuce en Hollywood: William Macey. Las demás interpretaciones son muy buenas, y el conjunto hace de esta película una obra notable. Se trata del cine que cuenta historias muy bien contadas. Quizás no tenga implicaciones filosóficas que descuellen, pero es un filme que atrapa al espectador y le deja la sensación de que, lejos de haber perdido la hora y media que dura, la ha disfrutado por completo. El cine-espectáculo muy bien hecho.
A pesar de lo dicho, deja algunas reflexiones como la que encabeza este escrito, frase que concluye el film. Marge no entiende el por qué ha ocurrido lo que ha ocurrido, el por qué el dinero fácil ha movido a estos tristes y fracasados personajes (típicos losers) a matar a sangre fría cuanta persona se le atravesaba en su camino y amenazase con dificultarle la consecución de sus objetivos. Marge no lo entiende, porque ella lleva una vida plena junto a su esposo, disfrutan de las pequeñas cosas que ofrece la cotidianidad, en un ambiente que no solo congela el agua, también congela el tiempo. Ellos han descubierto de qué está hecha la vida, conocen el fin y lo diferencian de los medios. En suave cadencia esta determinada policía, a pesar de estar embarazada, acomete la tarea de descubrir a los perpetradores de tan larga secuela de sangre. Se gana nuestra simpatía y respeto. La lentitud y perseverancia nos recuerda a los detectives Columbo y Poirot, y a otros personajes, entre ellos algunos de animación, que trabajan tan despacio como eficientemente para lograr sus fines; en las antípodas de las películas estándar que acuden a la acción indetenible como elemento sine qua non para lograr la atención del espectador. Fargo lo hace sin tanto movimiento súbito sin tanto aspaviento, con la acción sumergida en el gélido estado de Minnesota, con la calma y sabor de lo pueblerino, con el lento ritmo con el que hay que moverse en las bajas presiones para evitar el mal de altura, mismo mal que nos dan las malas películas.
La película también nos habla de la avaricia desmedida por el dinero. Hemos visto en reportajes de canales de TV como Discovery, la cantidad asombrosa de homicidios cuyo móvil es el dinero, muchos de ellos consumados por el cónyuge, con el objetivo de obtener el dinero del seguro de vida de su «media naranja». Vuelve añicos nuestra capacidad de asombro. Una de las desgracias de la sociedad moderna es que la gente ve todo a través del cristal del dinero, todo lo mide con dinero. Es lamentable que nos hayan vendido la especie de que el éxito consiste en tener mucho de esa cosa llamada dinero, y que lo hayamos comprado, cuando lo cierto es que ese es solo uno de los elementos que conforman el éxito. Con él solo podemos cubrir los dos peldaños inferiores de los cinco peldaños de las necesidades humanas que tiene la pirámide de Maslow. Y ahí es donde quieren mantener a la mayoría la élite que ejerce el poder, la cual evidentemente cubre al menos cuatro de ellos.
Fargo ha sido galardonada en numerosos eventos y destaca en muchas listas. Es una excelente película de los Hermanos Coen, otros cineastas que se niegan rotundamente a hacer mal cine. Es decir, hay que verla.
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