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Este blog no es de crítica especializada ni académica, solo de comentarios «al dente» de un espectador común.

Advertencia: destripe.

Algunos comentarios hacen referencia a momentos claves del argumento o al desenlace de este (destripe, spoilers).

03 agosto 2021

Quemado por el sol - Nikita Mikhalkov (1994)


Imagen del póster en IMDb.

Dedicado a todos los que fueron quemados por el sol de la revolución.
Epílogo del film.


URSS, años 30, purgas stalinistas. El agente de la NKVD, Mitya (Oleg Ménshikov), recibe una llamada telefónica a su apartamento, que comparte con un hombre mayor que habla francés. Contesta que sí lo hará. Corte. Es invierno; una banda de música toca en una pequeña concha acústica para una solitaria pareja que baila, una niña les espera. ¿Es Stalin el que baila? Corte. 


En el sauna de la dacha, padre e hija.
Imagen tomada de IMDb.



Los tanques amenazando el cultivo de trigo.
Imagen tomada de IMDb.


Unos tanques invaden un campo de trigo para realizar unas prácticas militares. Los campesinos acuden para que no les destruyan la cosecha. Uno de ellos, busca a Serguéi Kótov (Nikita Mijalkov), que está en el sauna de su dacha con su mujer y su hija, para que los ayude. Serguéi es un héroe de guerra del ejército rojo, muy respetado. Ante el asombro de todos, logra detener los ejercicios al hablar por radio con el superior de los soldados que están en el campo. Al otro lado de la línea el comandante atiende solícito su pedimento.


Nadia ve llegar a Mitya. Imagen tomada de IMDb.


En el río, Serguéi da un paseo con su hija en bote...
Imagen tomada de IMDb.


...y Mitya y Marusya hablan de viejos tiempos.
Imagen tomada de IMDb.


Luego van a su casa Serguéi, su mujer Marusya (Ingeborga Dapkūnaitė) y su pequeña y simpática hija Nadia (Nadezhda Mijalkova). Tienen un festejo con los familiares de Marusya. Ataviado con un disfraz, llega un asistente no invitado: el carismático Mitya. Unas secuencias de ritmo casi trepidante nos muestran al grupo yendo al río, donde concurren con un «colectivo» de jóvenes pioneros (niños a los que adoctrina el partido comunista) y se llevan a cabo unos ejercicios de evacuación por si son atacados por el «enemigo imperialista»; en estos se colocan máscaras antigás y algunos fingen ser heridos. Ya en casa, comen y departen en un ambiente amistoso. Pero todo tiene su final. Mitya (antiguo novio de Marusya y combatiente en las filas enemigas de las que Serguéi sirvió; es decir, el ejército blanco), ha venido a llevarse a Serguéi. Es una de las víctimas de las purgas stalinistas.


Un aspecto de la reunión familiar.
Imagen tomada de IMDb.


Un pequeño sol que se mueve por doquier. 
Aquí, antes de destruir un árbol del bosque.


El elemento simbólico, si se quiere surrealista, es una pequeña luz amarilla (un sol), que se supone ubicuo y que destruye (quema) lo que selecciona para ser destruido. Es una alegoría del control social y político que el régimen stalinista ejercía sobre la población: ubicuidad, autonomía y arbitrariedad en todo el territorio.


Las secuencias de la reunión familiar son de
verdadero ensueño. Imagen tomada de IMDb.


De lo mejor del cine ruso actual. Mezcla ritmos rápido con lento y drama condimentado con comedia. Impecable puesta en escena y fotografía, con muy buenas actuaciones, excelentes vestuario, música y ambientación; esta película nos ilustra sobre los métodos que empleó el partido comunista soviético para salir de los disidentes o de los héroes de la revolución que después se convertían en sujetos «incómodos» para la nomenklatura. Incluso de los que —siendo amigos del sistema— brillaban con luz propia, pues Stalin no aceptaba competencia, por muy leal que fuese. La revolución, cual Saturno, devoró a sus hijos.


En el río, un ejercicio para prepararse contra la invasión del
«enemigo imperialista» les forzó a colocarse máscaras
antigás. Aquí Mitya toca piano con ella puesta.
Imagen tomada de IMDb.


Los sutiles toques de humor, discretos y bien repartidos a lo largo del film, aligeran el talante trágico de la historia. Dos o tres hombres siempre le tocan el trasero o el busto a la sirvienta, obligándola a taparse con una bandeja; un campesino que conduce un camión no consigue llegar a una dirección para hacer una entrega y lo muestran varias veces en esa faena, cada vez más desesperado por dar con el sitio; frases jocosas o con doble sentido; la siempre simpática aparición de la niña Nadia y las ocurrencias de Mitya (que a pesar de ser un esbirro tiene una personalidad atractiva) y de otros personajes, le restan oscuridad y tristeza de ánimo a la película.


La bandeja es para evitar que le toque los senos.
Imagen tomada de IMDb.


Jugando fútbol, poco antes de llevarse a Serguéi.
Imagen tomada de IMDb.


Una de las virtudes de la cinta de Nikita Mijalkov (director, coguionista y actor de la misma) es que muestra la crudeza sádica del sistema implementado por la policía política del Kremlin, la NKVD (luego devenida en KGB): con una seriedad aséptica irrumpían en el íntimo entorno familiar, en pleno festejo, delante de infantes, para lograr su infausto cometido. Es una alegoría de lo que fueron esas purgas; en medio de sonrisas y camaradería (¿mientras el jefe supremo baila?), le clavaban la daga al señalado como «traidor» de la revolución. ¿Cómo lo seleccionaban? Quizás con un par de dados, o poniendo el dedo en una lista de nombres escogidos al azar. Pudo haber sido colocando la lista en lugar de la diana de dardos. Inocentes, culpables, ni lo uno ni lo otro, igual caían. Lo hemos visto también en la revolución cubana y en la venezolana. Así funciona ese sistema, enarbolando la falsa bandera del «bienestar colectivo». Bienestar colectivo es un eufemismo de hegemonía del déspota que detenta el poder. ¡Qué calamidad! Y pensar que siguen teniendo adeptos...


En el automóvil, Serguéi vistió su uniforme.
Imagen tomada de IMDb.


Otro aspecto de la perversión del régimen era la utilización de amigos o familiares para detener a los «traidores» de la revolución. Había que tener sangre fría para hacerlo. En esta película, Mitya no podrá con el cargo de conciencia. Hay que tener presente otro aspecto: Serguéi, ahora víctima, fue uno de los que ayudó a construir ese monstruoso Leviatán...


Obra de los esbirros de Stalin.
Imagen tomada de IMDb.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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Reseña en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:


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Proyecto El chico

En 2007 realizamos un proyecto en ambiente Web 2.0: traducir la película -en dominio público- El Chico, de Charlie Chaplin (1921), a diversas lenguas. Inicialmente en Google Video se tradujo a 26 lenguas, 4 de ellas por humanos: 3 por colaboradores de Portugal, Francia e Italia, y el autor de este blog. Las demás lenguas se tradujeron vía traductores online, la mayoría a través de Translate Google. Ahora la película está en YouTube, con intertítulos en 12 lenguas. Más información sobre este proyecto en este enlace. Ver la película en YouTube.

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