Imagen del póster en IMDb.
El río fluye, el mundo gira.
El amanecer y la luz de la lámpara, la medianoche, el mediodía.
El sol sigue al día, la noche a las estrellas y a la luna.
El día termina. El fin empieza.
Epílogo del film.
Dos jóvenes de una familia inglesa establecida en Bengala (la púber Harriet y la adolescente Valerie), comienzan a descubrir lo que trae la adultez: el amor, la pérdida de ese amor, la competencia y otras cosas más. El padre de ellas trabaja en la industria del cáñamo y la vivienda está emplazada en la ribera de un gran río. El vecino, un viudo inglés, tiene una hija de la edad de Valerie, Melanie. La madre de Melanie era india. Melanie las acompaña en este viaje de desvelamiento de la madurez. Ese viaje se inicia con la llegada de un forastero: llega a visitar al padre de Melanie un primo, el capitán John, un joven soldado que tiene una pierna artificial (a consecuencia de la guerra).
Melanie (en sari), Harriet y Valerie.
Imagen tomada de IMDb.
Las tres chicas se enamoran del capitán y elaboran rudimentarias e ingenuas formas de atraer al macho alfa. Harriet con su poesía y sus encantos seudointelectuales. Melanie con su encanto de mujer morena, exótica, que viste los saris con soltura. Valeri con su hermosura y la picardía y el atrevimiento de los que es capaz. Valerie fue la que llegó más lejos: un beso en los labios; pero todas consiguieron despertar interés en el joven capitán. Al abatido y triste John también le sirvió la experiencia para su crecimiento; pasando de la apatía inicial a recuperar un poco el brío por la vida cuando parte. Ellas tendrán que lidiar con la pérdida prematura del amor primero.
Melanie con su padre. Imagen tomada de IMDb.
Jugando con una cobra, el único varón de la familia consigue la muerte. Esta es una experiencia que les desconsuela. A pesar de ello, la voluntad de vivir, de «seguir adelante» como bien le dijo su madre a la sensible Harriet, les permitirá afrontar la pérdida con estoicismo y entereza.
El capitán John y Valerie. Imagen tomada de IMDb.
Como anécdotas relacionadas con este film, se puede comentar que durante su rodaje, Satyajit Ray y Renoir se hicieron amigos; Ray conoció en el rodaje a Subrata Mitra, que dirigiría después la fotografía en la trilogía de Apu del famoso director indio. Quien interpretó al capitán John (Thomas E. Breen) era un veterano de los marines al que le fue amputada la pierna derecha en la guerra de Guam, en 1944; además, era el hijo del jefe de la censura de películas estadounidense; Renoir no sabía de ello cuando lo contrató.
No podía faltar Krishna. En una historia que cuenta
la poeta del grupo, Harriet, él hace su aparición.
Imagen tomada de IMDb.
La alegoría con el río, que utilizó Heráclito mucho antes, refiere al devenir de la vida, tal como el agua del río, que fluye sin cesar, sin detenerse nunca. Así, la vida de las personas es un constante cambio, un constante maravillarse ante la novedad. Es el continuo maravillarse de vivir. Las chicas ahora conocen algo más de este tránsito temporal al que llamamos vida.
La fastuosa naturaleza tropical es un telón de fondo
de lujo. Imagen tomada de IMDb.
El río no es la gran obra de Jean Renoir, pero es una bellísima película «de crecimiento» de los personajes. Renoir trató con deferente respeto a la cultura india y resaltó los aspectos de esta con una mirada que, si bien está «occidentalizada» no pierde el encanto ni el propósito didáctico. Muy bien ensamblado; es un filme para toda la familia; muy adecuado para un domingo en la tarde, en compañía de los hijos pequeños o los nietos mientras comen rosetas y hacen travesuras. Bien por Renoir. Y por los espectadores.
El río es la vida para los pobladores vecinos. Aquí,
cargando cáñamo en una barcaza.
Imagen tomada de IMDb.
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Reseña en Wikipedia en inglés:
Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt0043972
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film827839.html
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