Nos deja ver porqué Mandela es un estadista
El veterano director, productor y actor Clint Eastwood nos trae esta interesante, emotiva, aleccionadora y muy nominada película; que pareciera estar dirigida especialmente a nuestro país. O mejor dicho, a nuestros violentos e irrespetuosos “dirigentes”. Impecablemente actuada por Morgan Freeman y Matt Damon en los papeles principales, nos cuenta la historia de cómo un Estadista aplica una estrategia heterodoxa para coadyuvar a la unificación del pueblo de un país tan profundamente dividido como lo era Sudáfrica. Y por muy heterodoxa que sea, hay antecedentes de cambios radicales en otras sociedades que se han logrado también sin armas, sin violencia, sin ira y odios, sin resentimiento, sin el ojo por ojo, sin lenguaje escatológico y encendido contra una parte muy importante de la población: se lograron con el consenso y participación voluntaria de la población, con una intervención lo más pacífica posible, con estrategias inteligentes; tal como las transformaciones que dirigieran otros Estadistas de la talla de Ghandi o Gorbachov. Mandela transformó un país dividido en un país razonablemente monolítico. ¿Y qué mejor muestra del éxito de esa estrategia, que poner en vilo a un país para aupar a su selección bicolor, animándola a ganar una competencia deportiva de gran importancia, en donde los colores de la piel eran invisibles, y en donde reinaba el perdón sobre la revancha y una común esperanza en el porvenir?
Nada es más opuesto a este panorama que lo que actualmente ocurre en nuestro país, a 180 grados de estrategias que siquiera remeden a aquellas. La película de Eastwood nos recuerda tantas cosas aprendidas sobre estos temas de la concordia en una sociedad, del respeto por el otro, de buscar la armonía en un clima de sosiego. Y digo aprendidas porque ya de esto sabíamos, aunque siempre se pueden volver a pensar. Pero hay quienes ni siquiera lo entenderían aunque se lo mostrasen con un lenguaje tan sencillo como el de Invictus. Y ganan presidencias, aunque jamás ganarán conocimiento y sabiduría para hacer las cosas sin ocasionar un masivo e irreversible daño a los demás. ¡Gracias por recordárnoslo Clinton!
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