Irreverencia bajo la férrea ley islámica.
La India es el país que produce más filmes anuales actualmente. Bollywood, como se le llama a su industria fílmica, hace más películas al año que Estados Unidos y Europa juntos. Ese es el tamaño gigantesco de la filmografía india. En 2018 hicieron casi cinco películas... ¡por día!(1). Con semejante cantidad asociada a esta industria, difícilmente podría uno esperar que fuesen de gran calidad. No todas van a ser como Pather Panchali o como ¿Quién quiere ser millonario? Evidentemente, tampoco puede uno esperar que todas sean malas porque son muchas. Así, salen productos de diversa calidad, tal como lo vaticinaría cualquier distribución estadística. Esta es de las buenas películas salidas del subcontinente superpoblado, de las mejores. Premiada y nominada en numerosos eventos cinematográficos. Para hacerla más meritoria, la dirige una mujer (Alankrita Shrivastava, a quien podemos considerar una de las más relevantes cineastas indias) y mujeres son sus personajes principales. Vamos, en el cuadro de honor.
Lipstick under my burkha o Pintalabios bajo mi burka (en traducción libre del autor) es una obra coral en la que se narran diversos relatos con marcadas situaciones de opresión(2) a las que están sometidas las protagonistas y -lo que es más importante- las maneras distintas y creativas que idean para evadir las ridículas prohibiciones que graban sobre ellas. Todo ello con un lenguaje respetuoso (políticamente correcto) con relación al statu quo y también con las víctimas que se rebelan, aderezado con toques de humor, en ocasiones elegante. Una buena sinopsis en español aquí (y en inglés aquí). La película está muy bien realizada, es inteligente en la diégesis y en la narrativa, es muy entretenida y contiene el espectro que va de la comedia al drama, quizás con algunas escenas algo cursis (para el gusto de uno al menos), pero digeribles.
Como ya se dijo en (2), es desde nuestro punto de vista occidental que a la mujer se la reprime en el mundo islámico, pero este no es el mismo juicio de valor que puede tener un practicante islámico, menos aún si es del ala talibán. Uno respeta esa opinión, si bien no la comparte e incluso la combate en la mísera medida que uno puede. Viendo el mundo tal como parece ir, el fenómeno de la globalización y las seductoras y racionales ideas de justicia de occidente, que percolan hacia oriente, y que empoderan a las mujeres por considerarlas iguales y en ningún caso inferiores a los hombres, esta película es solo una pequeña muestra de la parte que emerge de ese iceberg que representa el descontento de las mujeres bajo un yugo opresor injusto y troglodita. En este sentido, este filme aporta en dirección de la emancipación y del fin de la atadura de las mujeres orientales... al menos de aquellas que están de acuerdo con la liberación que ha abanderado occidente.
Como quiera que sea, eso es algo que deben dilucidar las sociedades islámicas. Ya conocen nuestra opinión general, pero son ellos los que deben decidir el futuro de las relaciones hombre-mujer y mujer-sociedad en su marco moral, legal, cultural y religioso; último marco este que para ellos es muy importante. Ojalá todo vaya a ser tan jovial como en esta excelente película.
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(1) Véase: https://en.wikipedia.org/wiki/Film_industry#Largest_industries_by_number_of_film_productions
(2) Este y otros vocablos abiertamente críticos hacia lo que es una opresión injusta hacia las mujeres es, obviamente, desde nuestro punto de vista occidental, que no es compartido por buena parte de los hombres islámicos.
Reseña en Wikipedia (inglés): https://en.wikipedia.org/wiki/Lipstick_Under_My_BurkhaFicha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt4807830
Ficha en FilmAffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film744738.html
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