Imagen tomada de Filmaffinity.
Cuba: tierra de fusilamientos...
Esta buena película está inspirada en un hecho real(1). El 25 de noviembre de 1871 (sábado), los estudiantes del primer año de medicina de la Universidad de La Habana fueron apresados y sometidos a un injusto juicio porque la lápida de Gonzalo Castañón presentaba rasguños y porque había sido robada una flor del jardín. El hecho fue denunciado por el vigilante del cementerio. Sin embargo, se les acusaba de haber exhumado el cadáver del periodista, abogado y funcionario del gobierno español. A este funcionario lo tenían por prócer los «voluntarios», una suerte de colectivos armados fieles a rabiar de la corona española. En esos tiempos se comenzaba a cocinar la independencia de Cuba y los ánimos estaban caldeados. Ocho de los cuarenta y cinco estudiantes fueron fusilados la tarde del lunes 27 de noviembre para escarmiento y por el deseo de sangre de los «voluntarios». En un primer juicio, la pena de prisión no fue aceptada por los voluntarios españoles y en un segundo juicio, en el que participaron voluntarios como jurado, fueron sentenciados los ocho jóvenes. Uno de los sobrevivientes, Fermín Valdés, intenta ubicar los cadáveres de sus compañeros y lo logra en 1887, dieciséis años después del trágico suceso. La búsqueda de los cadáveres es la parte de la historia que es ficción.
El filme está muy bien ambientado; sea este, quizás, su mejor cualidad. Las actuaciones no descollan, son aceptables, pero en ocasiones las de personajes secundarios lucen algo artificiales, se nota que son interpretaciones de actores. Al comienzo, quizás con el objetivo de lograr la empatía del espectador con los jóvenes, la cadencia es algo lenta y tiene escenas prescindibles; pero no es mal de morirse. Con menos tiempo igual se lograría la simpatía del público con las víctimas, máxime si se trata de un asesinato a mansalva y sin justificación alguna, bajo ningún código, ni de hoy ni del pasado. Fue un acto de barbarie extrema; como muchos más que ha habido en este valle de lágimas, claro. De nada les sirvió a los verdugos, pues Cuba logró su libertad y ellos quedaron en la historia por animales. La pena fue la pérdida de jóvenes para nada y por nada.
Un siglo después, poco más y poco menos, en Cuba se seguía fusilando gente por nada y para nada. Los hermanitos Castro y el Ché Guevara asesinaron con total impunidad cubanos por nada y para nada. Todavía hoy creo que asesinan de igual o similar forma por el mismo motivo: la nada, y para el mismo objetivo: la nada. Quedarán como vulgares asesinos en la historia, tal como los verdugos de los chicos de 1871; con independencia de que hoy —inexplicablemente— le rindan pleitesía papas, reyes y mandatarios progres de todo el orbe.
Fotografía de un asesinato (fusilamiento) durante la revolución cubana.
Imagen tomada del website profesorcastro.jimdo.com.
Este filme se supone realizado por los cubanos actuales, con mucha probabilidad adoctrinados por el comunismo, del que son —naturalmente— hijos. Ojalá y en el futuro, cuando los cubanos salgan de esa pesadilla y dejen de estar adoctrinados, cineastas cubanos puedan realizar películas en las que se recreen, y se fijen en la memoria de todos, los asesinatos de la actual revolución, que ha convertido a la isla y a sus pobladores en meros despojos, un producto más de la egolatría de sus protagonistas.
Raúl Castro presto a asesinar (fusilar) en la sierra.
Parecen acompañarlo el otro Castro y Guevara.
Parecen acompañarlo el otro Castro y Guevara.
Imagen tomada del website profesorcastro.jimdo.com.
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(1) Fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina (relato histórico pormenorizado de los hechos):
https://www.ecured.cu/Fusilamiento_de_los_ocho_estudiantes_de_Medicina
Reseña del acontecimiento histórico en Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Fusilamiento_de_los_Ocho_Estudiantes_de_Medicina
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Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt9829092
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film566975.html
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