Imagen tomada de IMDb.
Añoranzas de un pasado en la pampa.
Basada en el libro homónimo de Ricardo Güiraldes, esta película del cineasta argentino Manuel Antín, nos adentra en los recuerdos de Fabio Cáceres, que cuando tenía catorce años quedó cautivado por don Segundo Sombra, un recio gaucho. El chico, huérfano (guacho, se dice a sí mismo), que había sido abandonado en casa de «unas tías», se escapa de esa agobiante atmósfera porque no la soporta y sigue a quien será en los próximos cinco años su padre postizo y guía: don Segundo Sombra, el estereotipo del gaucho. Segundo le enseña al joven todas las artes relacionadas con el oficio de resero. Un buen día, Fabio hereda unas tierras y se marcha para hacerse cargo de ellas. Durante tres años, el viejo Don Segundo lo acompaña, pero es su destino continuar su camino y se separan de nuevo, esta vez en forma definitiva.
La copia visionada tenía ciertas asincronías entre el sonido y la imagen, supongo que un problema de copia, no de la película original. En algunos actores el maquillaje no era transparente, esto no es de la copia, pero tampoco es grave. A pesar de estos detalles, y quizás de otros que ahora se me escapan, la película está bien hecha e invita al espectador a que se sumerja en el mundo de la gigantesca pampa argentina y de sus interminables sabanas; muy parecidas, por cierto, a las sabanas del llano venezolano; a través de los ojos de los que la habitan: los gauchos, en particular del aprendiz Fabio y de su maestro, don Segundo. Es un mundo sencillo, acogedor, sin pretensiones, aislado del resto del mundo y con sus propias reglas. Incluso su propio lenguaje, pues los regionalismos gauchescos abundan en el filme, al igual que en la novela. Aún así es fácil de ver. Antín logra una película que, a pesar de no tener la estructura clásica del arte dramático, es decir, planteamiento, desarrollo y desenlace de una trama con conflicto, se deja degustar, pues tiene lenguaje poético, no solo porque recite pasajes textuales del libro, sino por la poesía visual de sus imágenes.
Segundo Ramírez, en quien se inspiró Ricardo Güiraldes
para escribir Don Segundo Sombra.
Imagen tomada de Wikipedia
(en dominio público).
El gaucho que nos describe esta cinta (al igual que el libro base) no es el épico y macho Martín Fierro; muy al contrario, como ya se dijo, es un individuo sencillo; algunos quizá simples, que viven en la pampa, la sienten, la llevan dentro y le dan forma a un mundo específico y singular. Ese mundo agreste, con sus hombres, sus faenas, sus amores, las bestias y el verdor inigualable, es lo que pinta Antín en su película, con pigmentos salpicados de nostalgia, mucha nostalgia.
«"Sombra", me repetí. Después pensé casi violentamente en mi padre adoptivo. ¿Rezar? ¿Dejar sencillamente fluir mi tristeza? No sé cuantas cosas se amontonaron en mi soledad. Pero eran cosas que un hombre jamás se confiesa.
Centrando mi voluntad en la ejecución de los pequeños hechos, di vuelta mi caballo y, lentamente, me fui para las casas.
Me fui, como quien se desangra.».
Reflexiones finales de Fabio, al despedirse de Segundo(1).
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Reseña en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Don_Segundo_Sombra_(película)
Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt0064246
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film218082.html
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