Imagen del póster en IMDb.
El cine visto por el cine.
Esta excelente película animada nos cuenta cómo pudo haber sido el rodaje de Las Hurdes, tierra sin pan, el documental que sobre la pobre región extremeña realizara Luis Buñuel en 1933; desde un poco antes de su realización, pasando por el fracaso de La edad de oro y por el encuentro con su amigo Ramón Acín. Ramón compró un billete de lotería y le ofreció pagar el rodaje de la película si ganaba. Ganó y, en lo que se puede considerar como el máximum del honrar la palabra empeñada, costeó los gastos del rodaje del documental de su amigo aragonés.
Ignoro si el rodaje fue tal como lo muestra esta cinta; pudo haber sido algo así, puede ser que tenga algunas suposiciones y ficciones; pero eso no es lo importante. Lo más destacado es que muestra la evolución de los personajes, específicamente de Buñuel y de Acín, a lo largo de la manufactura de la película en un entorno de extrema pobreza y muerte. Una evolución tanto de su amistad y camaradería (que incluye algunas desavenencias naturales) como de lo interior de cada uno. El entorno los estremeció más allá de dónde ellos habrían pensado que podría hacerlo. El encarar de frente a una situación social indignante e inhumana les tocó en lo más íntimo de su alma, los transformó. Si desde siempre Buñuel había puesto el hecho social como elemento importante en sus filmes, con esta experiencia se acentuó ese requerimiento, que no abandonará en ninguna de sus cintas ulteriores. Esta película (Las Hurdes) que podríamos considerar «menor» en la filmografía de Buñuel, se nos antoja pensar que fue decisiva en su carrera. Este filme nos permite aseverar eso, pese a que —quizás— tenga elementos de ficción.
La producción está muy bien hecha; incluso presenta escenas oníricas, surrealistas (en las que se hacen explícitas alusiones a Salvador Dalí), que le dan el toque buñueliano por excelencia. Muy atinada la inclusión de dichas escenas, así como algunas escenas correspondientes a la película original, Las Hurdes, tierra sin pan. Sin pan, sin agua, sin vida.
Ignoro si el rodaje fue tal como lo muestra esta cinta; pudo haber sido algo así, puede ser que tenga algunas suposiciones y ficciones; pero eso no es lo importante. Lo más destacado es que muestra la evolución de los personajes, específicamente de Buñuel y de Acín, a lo largo de la manufactura de la película en un entorno de extrema pobreza y muerte. Una evolución tanto de su amistad y camaradería (que incluye algunas desavenencias naturales) como de lo interior de cada uno. El entorno los estremeció más allá de dónde ellos habrían pensado que podría hacerlo. El encarar de frente a una situación social indignante e inhumana les tocó en lo más íntimo de su alma, los transformó. Si desde siempre Buñuel había puesto el hecho social como elemento importante en sus filmes, con esta experiencia se acentuó ese requerimiento, que no abandonará en ninguna de sus cintas ulteriores. Esta película (Las Hurdes) que podríamos considerar «menor» en la filmografía de Buñuel, se nos antoja pensar que fue decisiva en su carrera. Este filme nos permite aseverar eso, pese a que —quizás— tenga elementos de ficción.
La producción está muy bien hecha; incluso presenta escenas oníricas, surrealistas (en las que se hacen explícitas alusiones a Salvador Dalí), que le dan el toque buñueliano por excelencia. Muy atinada la inclusión de dichas escenas, así como algunas escenas correspondientes a la película original, Las Hurdes, tierra sin pan. Sin pan, sin agua, sin vida.
Imagen del póster en Filmaffinity.
En el título, «el laberinto de las tortugas» hace alusión a los techos del pueblo donde rodaron, que desde lejos parecían la caparazón de una tortuga, según lo que dice uno de los personajes del filme. La palabra laberinto podría hacer referencia al hecho de que Buñuel no conocía con anticipación las posibilidades cinematográficas de un entorno que lo impactó (quizás lo desubicó); lo que ocasionó cierta improvisación durante el rodaje (por demás, muy común en la realización de documentales). Así, por ejemplo, las cabras las mató para hacerlas caer por el acantilado; la escena del burro que se lo comían las abejas también fue deliberada. El entierro del bebé parece haber sido disimulado (ficción), vista la imposibilidad de rodar el entierro de la niña enferma que murió en la calle y que la sepultaron en otro pueblo porque en ese no había camposanto. Esto fue para hacer más dramático (o trágico) lo que ya de por sí era dramático.
Muy buena película; nos acerca a un Buñuel que se sorprendió con una realidad de miseria que superó por mucho lo que él había anticipado, ni siquiera en sus más surrealistas visiones; pero que era una realidad que él quería cambiar. Hizo lo que mejor pudo hacer: un registro fílmico de la triste realidad de esas gentes. Incluso, años después, devolvió a las hijas de Acín el dinero que le había dado su padre para la ejecución del documental. De nuevo, la palabra empeñada se vistió de honra.
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Muy buena película; nos acerca a un Buñuel que se sorprendió con una realidad de miseria que superó por mucho lo que él había anticipado, ni siquiera en sus más surrealistas visiones; pero que era una realidad que él quería cambiar. Hizo lo que mejor pudo hacer: un registro fílmico de la triste realidad de esas gentes. Incluso, años después, devolvió a las hijas de Acín el dinero que le había dado su padre para la ejecución del documental. De nuevo, la palabra empeñada se vistió de honra.
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Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt7336470
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film429560.html
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