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Este blog no es de crítica especializada ni académica, solo de comentarios «al dente» de un espectador común.

Advertencia: destripe.

Algunos comentarios hacen referencia a momentos claves del argumento o al desenlace de este (destripe, spoilers).

16 febrero 2021

Pedro Páramo - Carlos Velo (1967) / José Bolaños (1978)


Imagen del póster del filme 
de 1967en IMDb.

Dicen que todos los recuerdos acaban por olvidarse.
Le dijo [el ánima de] Damiana a [la de] Pedro Páramo.

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera.
Frases iniciales de la novela, narra Juan Preciado.


Filme de 1967

Dolores Preciado (Claudia Millán) está en su lecho de muerte y le hace prometer a su hijo Juan Preciado (Carlos Fernández) que visite a su padre, Pedro Páramo (John Gavin), que vive en Comala. Llegando a ese fantasmagórico sitio se tropieza con otro viajero, Abundio (Joaquín Martínez); este lo guía hasta el albergue de doña Eduviges Dyada (Beatriz Sheridan). Así comienza su estancia en las ruinas de Comala, de mano de las almas en pena que la habitan. Entre las escenas de llantos, susurros y gritos, se mezclan escenas de lo que en vida fuera una Comala viva, cuando Pedro Páramo se hizo de las tierras de todos y se convirtió en un cacique vil; de su pasión por Susana San Juan, de su comportamiento animal con Dolores Preciado y con casi todo el mundo; de sus arbitrariedades con las tierras de los vecinos y del amor por su hijo Miguel. La vida de Comala era una imagen de los deseos de don Pedro Páramo, maldito amo y señor de todos los confines.


Juan Preciado con su madre Dolores en el lecho
de muerte.


Juan Preciado con Eduviges Dyada.


John Gavin es Pedro Páramo.
Imagen tomada de IMDb.


La película está basada en la novela homónima de Juan Rulfo, una de las mejores novelas de la literatura(1), considerada como precursora del boom latinoamericano y exponente excelso del realismo mágico. El guion, de lujo, fue coescrito por Carlos Fuentes. Tuvo financiamiento suficiente, pero fue un rotundo fracaso, tanto de taquilla como de crítica. Varios errores se señalan en los artículos relacionados con el caso. Uno de ellos, lo novel que era el director, Carlos Velo; de paso, español. Otro, que el protagonista tampoco era mexicano, era un actor norteamericano de segunda, John Gavin. ¿Por qué no la dirigió, digamos, Emilio Fernández? Al momento de realizarla, el gran Pedro Armendariz, que hubiera sido ideal para el papel de Pedro Páramo, ya había fallecido, pero ¿por qué no la protagonizó alguien de la talla de Pedro Armendariz? Algún actor mexicano, al que le fuese más afín el talante del personaje. No sé, Claudio BrookArturo de CórdovaFrancisco Rabal (aunque fuera español),... Dejar la mejor novela mexicana en manos inexpertas fue un craso error.


Fulgor pidiendo la mano de Dolores para Pedro
Páramo.


En la boda, Pedro Páramo y Dolores Preciado.


Se hiciereon dos versiones posteriores, a cargo de José Bolaños la de 1978, y de Salvador Sánchez la de 1981. Más adelante, se comenta la de 1978.


Fulgor y Pedro Páramo recién llegado.


La misma noche de bodas Pedro desaira a
Dolores en brazos de otra mujer.


Susana San Juan con Florencio.


Esta versión tiene sus escenas bien logradas; pero el conjunto no. La atmósfera de realismo mágico está relativamente bien elaborada en ciertas secuencias, no en todas; la actuación de Gavin no es convincente y, debido a talante del personaje, es vital que sea muy buena, pues es la columna vertebral de la historia. Se cometieron errores pueriles, como que Juan Preciado repite de forma verbal lo que ya mostró la cámara: que la tinaja está vacía, que no tiene agua. El público en 1967 ya entendía sin que el personaje repitiera lo que ya se veía. Más detalles sobre la crítica (incluyendo la del propio director Carlos Velo) en este enlace. De esta versión, lo mejor (aparte de las atmósferas de algunas escenas) quizá sea la actuación de Ignacio López Tarso (célebre por su interpretación en Macario) en el papel de Fulgor Serrano, el capataz del sanguinario Pedro Páramo. Mucho mejor que el Fulgor Serrano de la versión de 1978.


Juan Preciado y Eduviges Dyada.


—¿Qué te hizo?, le preguntó Dolores a Eduviges [a propósito de enviar a Eduviges a dormir con su esposo, Pedro Páramo, porque ella no podía].
—Todavía no lo sé, contestó Eduviges, absorta.

—¿Qué esperas para morirte, Damiana?, le pregunta Susana San Juan.
—La muerte, Susana.


Imagen del póster en Filmaffinity.

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(1) Pedro Páramo figura en numerosas listas de grandes libros; incluso en listas de los mejores libros de todos los tiempos, como esta:

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Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia sobre la novela homónima:


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Imagen del póster del filme 
de 1978 en Filmaffinity.


Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento de caminar [Pedro Páramo]. Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando por dentro; pero sin decir una sola palabra. Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras.
Frase final de la novela.


Film de 1978

La versión de José Bolaños es en color, dura tres horas y se subtitula El hombre de la media luna. La Comala geográfica está emplazada entre montañas y valles; pero la Comala de la novela, el lector medio la ubica en el llano; ello debido a las extensas áreas que Pedro Páramo se apropia. Suelen estar en los llanos tales extensiones, no en zona montañosa. Es el primer choque al comenzar esta película, que Juan Preciado se acerca a una Comala enclavada entre montañas. Se ve un túnel con el nombre Ogarrio, sitio que no está cerca de la Comala geográfica. 


Comala es un pueblo decrépito.


En esta versión, Pedro Páramo anda en automóvil.


Lo segundo que se aprecia es que el vestuario de Juan y su peinado (todos los peinados están fuera de época) son de los años 70 y los sucesos de la novela Pedro Páramo acontecen a principios del siglo XX. El desarrollo de este filme es muy lento, en momentos exasperante. No porque dure el doble su grandeza es el doble de la otra película.


Pedro Páramo y Fulgor Serrano (conduciendo).


Algunas ambientaciones son muy buenas.


Otro aspecto que «hace ruido» es el lujo extremo de algunos ambientes, tal como la casa de Dolores Preciado o el sepelio de Susana San Juan, en el que solo falta el papa. La película de Velo era más comedida y realista en estos aspectos (si es que el realismo mágico no afecta estas consideraciones, que podría ser).


Fulgor le dice a Dolores Preciado que Pedro
la quiere por esposa.


Nótese el lujo de la casa de Dolores. En este rol
hubiera estado retebien la gran Dolores del Río,
aunque Blanca Guerra estuvo muy bien.


Las actuaciones son regulares; quizás destaca la de la hermosa Blanca Guerra en el papel de Dolores Preciado, corta pero buena; las de Manuel Ojeda como Pedro Páramo y Narciso Busquets como Fulgor Serrano son aceptables; este último fue Bartolomé San Juan en el filme de 1967. La bellísima Venetia Vianello (esposa de Bolaños), en el papel de Susana San Juan, estuvo muy bien; excepto por su acento italiano al hablar. La actuación de Abelardo San Miguel como Juan Preciado es fatal.


Lo mágico-religioso. Saltaperico (Roberto Cobo)
le quita los malos espíritus a Dolores(2).


Esta versión cuenta con una banda musical de lujo, nada menos que de Ennio Morricone; y constituye uno de sus mejores atributos. Las ambientaciones están muy logradas (aunque excesivas de lujo algunas, como se dijo antes), lo que logra una atmósfera parecida a la que el lector puede imaginar al leer la novela.


La hermosa Susana San Juan. En este papel, la
inolvidable María Félix hubiera estado soberbia.


Bien, como se ve, tiene cosas buenas y otras no tanto. Es muy difícil que una obra tan rica y compleja como Pedro Páramo se pueda llevar a la pantalla con cierto éxito. Aún hay una versión de 1981, pero quien esto escribe no la ha visto. Es una buena oportunidad para que ahora que México cuenta con un staff de brillantes directores: Cuarón, del ToroRipstein, Iñárritu, entre otros (pues México siempre ha tenido una gran producción cinematográfica; la mayor y más importante de habla hispana, vamos), a alguno de estos se le ocurriera realizar una versión «definitiva», que esté a la altura de esta novela icónica de la literatura mexicana, latinoamericana y mundial.


Susana con su padre y amante, Bartolomé.


Pedro Páramo implorándole a Susana; mientras
ella, presa de constante delirio, no deja de
nombrar a su esposo Florencio.


Por lo pronto no la hay. Igual suerte han seguido otras obras como Don Quijote de la Mancha, Cien años de soledad, y tantas otras. El coronel no tiene quien le escriba tiene una buena versión cinematográfica, de Arturo Ripstein. Crónica de una muerte anunciada o El amor en los tiempos del cólera no corrieron con la misma suerte. Es posible que, debido a que la industria cinematográfica es dominada por el mundo anglosajón, se logren mejores versiones de la literatura anglosajona que de la hispana.


Susana muerta. Y Pedro Páramo también.


Funerales de Susana. Como los de la Mamá Grande.


Pedro Páramo o la represa de Cronos.

Voy a cruzarme de brazos y Comala morirá de hambre.
Dice Pedro Páramo cuando Susana muere y Comala celebra.

La interpretación de la novela es poliédrica, tal como ella es. Toca varios aspectos de la sociedad mexicana (por afinidad, de la latinoamericana): el caciquismo feudal de las zonas rurales (también de las urbanas), la complacencia y entrega de las féminas ante el poderoso del pueblo (más por miedo que por otro motivo), el despotismo y la arbitrariedad, la traición y la deslealtad, la servidumbre y la corrupción, los anhelos nunca cristalizados, el amor imposible, lo mágico-religioso en el nuevo mundo, lo religioso. Y otros. Más miserias que glorias. Uno de los encantos de la obra es su realismo mágico exacerbado, a tal punto que conviven muertos y vivos y ni siquiera se sabe quién está vivo y quién  muerto. Esta característica hace de la novela algo memorable, y lo repetirán otros autores; Gabriel García Márquez con notable éxito.

Trasladar una novela al lenguaje cinematográfico no es cosa fácil. El guionista debe mutilar algunas escenas, algunas líneas narrativas, y enriquecer otras, dependiendo del enfoque dramático que se le pretenda dar a la cinta. Hay novelas en las que una subtrama no es sustanciosa, pero que desde el punto de vista fílmico sí lo es, y viceversa. Los comentarios de que una película no le da por los pies a la obra literaria son abundantes; pero para que sean comparables hay que entender que el arte dramático no corresponde al literario como si de una imagen especular se tratase. No es lo mismo leer un libro de forma pausada, intermitente, que demora horas o días en completarse, que ver unas acciones comprimidas en noventa minutos o algo más.


El inalcanzable objeto de idolatración de
Pedro Páramo.


En el Pedro Páramo literario es fácil desarrollar narrativas surrealistas o de realismo mágico, poner a hablar muertos con vivos y muertos con muertos. En el cine es más difícil. En este sentido, ambas películas (más la de 1978 que la de 1967) se han orientado a explotar el amor imposible de Pedro Páramo por Susana San Juan y su frustración por no conseguirlo más que el aspecto mágico-religioso de los muertos y su relación con los vivos. Quizás haya habido aprensión, por parte de los realizadores, de que el público no entendiese escenas complejas y no gustase del film. Es el caso de la película El espejo, de Tarkovski; una película difícil porque trata de eso: mezcla de realidad con recuerdos y con sueños y con pasado y con deseos y con presente...

Pedro Páramo, al fin y al cabo, también es una historia de amor; y si no lo es, lo puede ser. Pedro le dio vida al pueblo por Susana, para tenerlo todo y acceder a ella; todos sus desmanes y crímenes fueron para poseerla; luego arrasó con el pueblo por Susana, por su muerte y por no aceptar que no todos la querían y la respetaban como él; más aún, por no aceptar que no la pudo tener. Yo no la pude tener, el pueblo tampoco tendrá lo que quiere. Es la envidia malsana, el resentimiento que lo carcomió, que lo convirtió en polvo. De manera que Comala, y los habitantes que no se fueron, ahora son ánimas en pena, existen en un presente que es eterno y que es uno con el pasado; el abyecto cacique construyó un muro (como el que provocó la muerte de su hijo Miguel) para que nadie pudiera tener futuro, un muro de retención del tiempo.

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(2) Dolores tiene la menstruación en los días de su boda con Pedro Páramo y le pide ayuda a Saltaperico (Roberto Cobo). Él le dice que no puede acostarse con su esposo, pero le ayuda «a que baje la luna» restregándole unas hierbas y haciéndole el amor. Lo mágico-religioso pasa a ser mágico-sexual. Muy corta la actuación de Cobo y muy buena.

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Artículo en Wikipedia sobre la novela homónima:


1 comentario:

Aurogalleta dijo...

Muy grandilocuente la versión de 1978, como si se quisiera compensar la falta de "cartel histriónico" aunque es cosa de la dirección y diseño de escena. Las pausas entre una reacción y otra de los personajes en escena son cansadas. La parafernalia del velorio de Susana en ésta versión es exagerado. Ahora podría decir que prefiero la versión dónde actúa Ignacio López tardo.

Proyecto El chico

En 2007 realizamos un proyecto en ambiente Web 2.0: traducir la película -en dominio público- El Chico, de Charlie Chaplin (1921), a diversas lenguas. Inicialmente en Google Video se tradujo a 26 lenguas, 4 de ellas por humanos: 3 por colaboradores de Portugal, Francia e Italia, y el autor de este blog. Las demás lenguas se tradujeron vía traductores online, la mayoría a través de Translate Google. Ahora la película está en YouTube, con intertítulos en 12 lenguas. Más información sobre este proyecto en este enlace. Ver la película en YouTube.

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