Imagen del póster en IMDb. |
Un canto a la amistad
Taiga oriental de Rusia, 1902. En una expedición con fines topográficos al oriente ruso, el explorador Vladímir Arséniev (Yuri Solomin) se encuentra con un simpático cazador nómada de la etnia nanái de nombre Dersú Usalá (Maksim Munzuk). Le propone que sea el guía de la expedición y él acepta. Gracias a este hombrecillo humilde, pero muy conocedor de la zona, los exploradores rusos salen airosos de su aventura; Dersu les orienta no solo desde el punto de vista geográfico, mas en todo lo que concierne al medio ambiente; es un avezado rastreador y sabe a la perfección los procedimientos para sobrevivir en tan hostil hábitat y para aprovechar los recursos de la jungla.
El cazador es un animista; para él, todos los seres son animados, tienen «alma» y les llama personas: la persona río, la persona tigre,... De manera que todos los seres merecen el respeto de los hombres. Vladimir siente una profunda admiración por este hombre simple pero —al mismo tiempo— sabio y nace una amistad entre ambos. En una ocasión, les sorprende la noche a Vladimir y a Dersu en la estepa del lago Khanka y sobreviven gracias a la habilidad de Dersu, que improvisa un refugio con las escasas gramíneas que hay alrededor, empleando el trípode del teodolito y otros enseres que cargaban consigo como estructura.
El día que conocen a Dersu le dan comida y comparten en torno a la hoguera, a la persona fuego. Imagen tomada de IMDb. |
Vladimir y Dersu. Imagen tomada de IMDb. |
En 1907, Vladimir regresa con otro grupo de soldados para una nueva exploración y, por suerte, da con Dersu; pero ahora el viejo cazador tiene las facultades un poco mermadas, en particular la vista. Vladimir lo persuade de irse a vivir con él en Jabárovsk y Dersu acepta. Empero, ahí no puede disparar, no acepta que la esposa de Vladimir pague por el agua o por la leña; va a un bosque cercano a talar árboles para proveer leña y lo detienen. Dersu le pide a Vladimir que lo deje marchar a la taiga, pues en la ciudad morirá de tristeza; ahí no hay la libertad a la que él está acostumbrado.
La película comienza en 1910. Vladimir busca la tumba de su amigo Dersu, pero la tala de los árboles que servían de referencia para ubicarla hacen de ello algo irrealizable. Imagen tomada de IMDb. |
Esta sencilla trama, tanto como Dersu mismo, da pie a que Kurosawa construya una hermosa película basada en el libro homónimo del militar Vladímir Arséniev; en la que se ensalza la amistad entre hombres de tan disímiles culturas; así como el respeto por el medio ambiente, que viene siendo también una amistad, entre el Hombre y su entorno.
A pesar de la brújula que portaba Vladimir, se pierden en el enorme lago Khanka y los sorprende la noche. Imagen tomada de IMDb. |
Al día siguiente, Vladimir dispara para comunicar su ubicación al grupo de soldados. Atrás, el refugio construido con paja por Dersu. Imagen tomada de IMDb. |
Pese a que puede resultar un tanto atípica dentro de la filmografía de Akira Kurosawa para algunos cinéfilos, y un poco lenta a veces, es una magnífica película que —en muy buena hora— advirtió sobre la conveniencia de convivir en armonía con la naturaleza; tema que volvería a tratar quince años después en su también extraordinaria obra Sueños. Esta fue una coproducción con la URSS y la primera película realizada por Kurosawa fuera de Japón: fue rodada en la taiga siberiana. La explotación de los recursos naturales (sin los cuales no podríamos sobrevivir como especie) puede realizarse desde una perspectiva de respeto hacia la naturaleza; eso es lo que el menudo cazador nos enseña: él no toma más de lo que necesita. La actuación de Maksim Munzuk, actor ruso, en el papel de Dersu Uzala es de antología, y la fotografía de la taiga y de la estepa hace honor a tan imponentes parajes. Es una de esas películas que hay que ver.
La urbe no es sitio para el viejo nómada, sentado en el piso frente a la estufa. Imagen tomada de IMDb. |
También hay que ver desde otro prisma a Dersu: como un hombre más bien medieval, con una forma de vida ya superada, a la que no se podría regresar. Él representa un pasado, un tanto reñido con el progreso, con el desarrollo y la explotación eficiente de los recursos. Contrario a la voracidad desarrollista a ultranza, que desforesta porque sí. De nuevo, el medio aristotélico viene al rescate. Ni una cosa ni la contraria, un balance entre ambas.
Vladimir le regala un fusil nuevo a Dersu. Es el mejor regalo que le pudo dar; no solo es símbolo de amistad, es algo útil para el viejo cazador que ahora regresa a la taiga. Imagen tomada de IMDb. |
Imagen del póster en Filmaffinity. |
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Dersu Uzala; Дерсу Узала; デルス·ウザーラ; Derusu Uzāra; Dersu Uzala: The Hunter; Dersu Uzala (El cazador).
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Artículo en Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Dersu_Uzala_(película_de_1975)
Artículo en Wikipedia en inglés:
https://en.wikipedia.org/wiki/Dersu_Uzala_(1975_film)
Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt0071411
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film478505.html
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