¿Qué hay más allá de Turing?
Caleb es un empleado de una gran empresa digital y es invitado a pasar una semana en la casa del presidente de dicha empresa; aparentemente porque ha sido el ganador de ese premio. Sin embargo, Nathan (el excéntrico ejecutivo) lo ha invitado para que realice un test a un robot con inteligencia artificial que él ha concebido y construido ahí en su casa. El robot, de nombre Ava, es de apariencia femenina (es un ginoide) y obviamente aprobaría el test de Turing, pues es un androide con inteligencia artificial avanzada. El objetivo es establecer si Ava es capaz de tener conciencia de sí misma y de su entorno. Prácticamente es estudiar si es posible que sea capaz de comprender, de tener conciencia de su propia existencia. Es una incógnita del ámbito ontológico y pondría es crisis la metafísica, pues no está ésta formulada ni argumentada para un ser digamos "electromecánico" o algo por el estilo, sino para los seres humanos(1).
Dicho de esta manera, tal parece que sería una afronta filosófica para discurrir sobre el Ser en el caso de androides, tal como estaba también planteado en la película Blade runner para el caso de los replicantes. Si bien para los replicantes, que son seres orgánicos, originados a partir de genomas humanos, esta respuesta puede ser más fácil de responder, no lo es para el caso de Ava. Ava es un robot con inteligencia artificial avanzada, un androide, capaz de aprender y diferenciar las cosas, incluso las más sutiles. Llega incluso a manejar el entorno para fines propios específicos a espaldas de su creador o de cualquier humano. Tiene iniciativa y autonomía. No tiene alma o espíritu, sea eso lo que sea, y que nos distingue a los humanos de los demás seres que conocemos, pero sí parece distinguir el bien del mal. ¿Tiene capacidad de amar y odiar? Esa es una de las interrogantes que nos hace el film de Garland.
¿Alguna vez tendrán las máquinas la autonomía de la que goza Ava? ¿Esa autonomía les será otorgada por los humanos o la tomarán las máquinas por su propia cuenta? ¿El verbo ser, con todo lo que implica, será (valga la redundancia) aplicable a los androides? Todas estas interrogantes, y más, fluyen viendo esta excelente película, que -si bien rebosa de extraordinarios efectos especiales y una cuidada ejecución- rebosa también de preguntas sobre la inteligencia artificial (IA). El film propone una inquietante respuesta. Pero esa respuesta que Ex Machina explora también se puede desprender de algunos planteamientos que técnicos y científicos del área de IA han expuesto; véase, por ejemplo, los artículos sobre IA que figuran en el excelente libro El próximo paso: la vida exponencial(2).
Para quien esto escribe, no hay duda de que la IA nos superará en posibilidades reales, fácticas, en lo que refiere a las labores de construir el mundo -y pensarlo-. Quizás, hasta nos sustituyan. Respecto a si tienen o no alma o conciencia (o algún equivalente de estos conceptos), no faltará quien nos pregunte, a modo de abogado del diablo, si todos, absolutamente todos, los humanos han dado muestra de tenerlas y si, en caso de respuesta negativa, ello ha sido motivo para que dichos humanos se consideren no seres.
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(1) Desde la óptica de la metafísica heideggeriana, siendo Ava el ser (¿o el ente?) de estudio, ¿es ella el dasein?, ¿se pregunta ella por su propia existencia, es consciente de ella (de su existencia)?
Quizás para el análisis de esta crisis metafísica podría ser de particular utilidad la filosofía de Heidegger, bien por el concepto de dasein como por su afinidad con la técnica y la interpretación que de ella hizo.
(2) En este mismo libro, hay un interesante artículo -en el que el lector puede probarse como entrevistador humano en tests de Turing reales- de título "El futuro de la comunicación humano-máquina: el test de Turing".
Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0470752
Artículo en Wikipedia, con argumento:
https://es.wikipedia.org/wiki/Ex_Machina_(película)
https://es.wikipedia.org/wiki/Ex_Machina_(película)
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