Imagen del póster en IMDb.
¿Cuánto vale una vida?
Jean Louis Chavel (Anthony Hopkins) es un próspero abogado, hijo y nieto de abogados. Vive holgadamente en un chateau (heredado) en las afueras de París durante la ocupación nazi. Su nivel de vida y su actitud le permiten sentirse distante de la ocupación que sufre su país en manos del III Reich. Un buen día, es apresado por los nazis. Intenta, en vano, salir libre. Los nazis les instruyen a los encarcelados en la celda en la que está Chavel que tres de ellos deben morir a la mañana siguiente, para cobrar la vida de un alemán que fue muerto por la resistencia francesa, que la canjearán por diez franceses (tres de la celda donde está Chavel). Realizan una rifa y Chavel es uno de los seleccionados para pararse frente al pelotón de fusilamiento. Presa del pánico de ver la muerte tan cerca, ofrece primero cien mil francos por cambiar su suerte con algún otro, a lo que nadie accede; luego ofrece todos sus bienes, casa, terrenos y dinero, para evadir la inminente muerte. Michel Mangeot, un joven del grupo, acepta dar su vida a cambio de los bienes de Chavel, que les heredará a su madre y a su hermana Therese (Kristin Scott Thomas).
Chavel luego se arrepiente e intenta deshacer el trato, pero Michel se niega. El joven es uno de los tres fusilados, pero muere con la satisfacción de morir rico y de dejar a su familia bien acomodada. Luego de tres años, Chavel es puesto en libertad. Vaga por París pero pronto se aparece por la que fue su casa, donde consigue a la madre y a la hermana de Michel, ambas muy infelices por la decisión que tomó su hermano y porque viven aisladas de la ciudad, esperando ver a Chavel un día para enfrentarlo, porque sospechan que algún día aparecerá por la casa. Therese le ofrece trabajo y él se queda con ellas haciendo los quehaceres más pesados; comienza a sentir atracción por Therese (y ella por él), pero un día llega un fugitivo haciéndose pasar por Chavel. Esto desencadenará sucesos definitivos.
Este film para televisión es una adaptación de la novela homónima de Graham Greene. La película cuenta con Hopkins y Scott Thomas en los papeles principales, lo que le da solidez a la historia; además, está bien ambientada en los años de postguerra y su desarrollo es clásico y muy entretenido.
El problema moral que se plantea es de enormes dimensiones. Therese, al principio, es muy crítica contra Chavel, pero él (que esconde su identidad) trata de limar esas aristas de agresividad que ella muestra hacia el hombre que compró la vida de su hermano Michel. Con el paso del tiempo, ella va suavizando sus opiniones relativas a Chavel, de manera que cuando arriba el impostor, ella solo le escupe en la cara (pues se identificó como Chavel), pero le da alojamiento (llegó en plena lluvia torrencial).
Usted, amable lector, ¿haría lo mismo que Chavel, en un caso así?, y si se pusiera en los zapatos de Michel, que no ve futuro alguno en un mundo que se está cayendo a pedazos, ¿haría lo que él hizo? ¿Y qué piensa de la reacción de Therese?
Los códigos morales, al igual que la política, la ética, y muchas otras nociones que el ser humano ha inventado para la libre y adecuada relación entre los hombres en la sociedad y entre ellos y el Estado, están diseñadas para el funcionamiento en una situación de normal convivencia y desarrollo de las actividades humanas. Incluso para su uso entre personas pensantes, racionales, no personas cuya mente está —por desgracia— fuera del campo del raciocinio, tales como los esquizofrénicos, por ejemplo. De manera similar, cuando el entorno no es normal, cuando está muy alejado de la normalidad, cual es el caso de una guerra o la ocupación que los nazis hicieron de sus países vecinos (como el que este filme narra), la política, la moral, la ética, la buena fe, y muchas otras instancias, dejan de funcionar, entrando los humanos a comportarse como animales. Así lo hicieron los nazis e impelieron a hacer lo mismo a sus prisioneros en los campos de concentración y exterminio: abandonar el comportamiento humano, civilizado. La deshumanización de los prisioneros era una condición sine qua non que los nazis obligaban a adoptar a los infortunados cautivos. En el imprescindible libro Si esto es un hombre de Primo Levi, por ejemplo, se documentó la continua lucha que libraban los detenidos en los campos de concentración y exterminio nazi para evitar dejar de ser humanos, para evitar distanciarse de la condición humana a la que los llevaban los nazis mediante métodos para su deshumanización y eventual conversión en salvajes.
A pesar de lo antes dicho, el contrato entre Chavel y Michel se lleva a cabo en un ambiente de normalidad, enmarcado por la legalidad, pues Chavel es abogado y elaboran los correspondientes documentos en el mejor papel que podían conseguir en la celda, incluso con testigos presenciales que firmaron el convenio. Fuera de la celda sí era un mundo que prescindía de la política y de la normalidad, pero no para el trato de estos dos hombres.
Este filme que pasó sin pena ni gloria contiene, sin embargo, poderosos puntos a discutir y a reflexionar. ¿Se puede comprar una vida?, ¿cuánto vale?, ¿es legítimo venderla?
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Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt0096243
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film603443.html
Reseña del libro en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/El_décimo_hombre
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