Imagen del póster en Filmaffinity en el
que se aprecian Juana y Juan.
El primer Chalbaud
Juana (Carlota Ureta Zamorano) y su hijo Juan (Edgar Jiménez) son dos cándidos provincianos recién llegados a Caracas. Viven en un barrio (probablemente San Agustín) y apenas son conocidos por los vecinos. Juan es aprendiz de mecánico, de manos de otro emigrado que conoce, Matías (Orángel Delfín). Poco a poco la vorágine de la gran urbe les va desproveyendo de su candidez y, al mismo tiempo, los acontecimientos —infaustos en su mayoría— se suceden sin que ellos puedan ponerle freno. Juana se enamora del curandero Encarnación (Enrique Alzugaray), al que le da albergue porque la policía lo persigue debido a que le dio muerte a una mujer al provocarle un aborto. Juan se enamora de Carmen (Milagros del Valle), anterior novia de Matías, del cual está embarazada. Dos de los personajes culminarán su vida en la tragedia de la iglesia de Santa Teresa, acaecida en 1952, en la que una falsa alarma de fuego produjo una estampida que ocasionó la muerte de más de 40 personas.
La cinta es una adaptación de la obra de teatro homónima, escrita por Román Chalbaud, que también es el guionista de esta temprana producción. Si bien la coetánea Araya, de Margot Benacerraf, trata sobre la invasión del medio rural por la industrialización (llegan las máquinas a las salinas que antaño se explotaban a mano); en Caín adolescente se denuncia un proceso inverso: la emigración de la población rural hacia las grandes ciudades persiguiendo un mejor porvenir, pues los centros urbanos se estaban industrializando con gran rapidez y se requería mano de obra. Este proceso industrializador tuvo su punto de apoyo en la explotación petrolera. Ambos fenómenos se produjeron en la Venezuela de la primera mitad del siglo XX (y aún en la segunda mitad), sin que se excluyesen mutuamente. Esto causó no pocos problemas en un país que había sido rural por tradición, desde su nacimiento. Las urbes no estaban preparadas para recibir tantos habitantes, ni los campos tanta industria. Uno de los desajustes más pronunciados fue el cultural, la nueva forma del tejido social que se urdió.
Un joven Román Chalbaud, con apenas 28 años, se atrevió a realizar su primera película; quince años antes de la que fue su primer éxito, La quema de Judas. No está nada mal; la película tiene claras influencias de la diégesis y de la estética del cine mexicano, en particular de las películas de la época de oro del cine mexicano. Incluso las actuaciones tienen, digamos que el sello azteca. No es de extrañar, pues Chalbaud fue pupilo de un cineasta mexicano (Víctor Urruchúa). Esto no es motivo de vergüenza; el cine mexicano de la época de oro es de lo mejor que hay en el cine. La importancia de la película radica en que ya un joven Chalbaud, que será a la postre uno de los más importantes cineastas venezolanos, se embarca en la producción de su primer largometraje. Ya se veía venir a un director denunciante de los problemas sociales.
Una curiosidad de este filme es que permite apreciar el trabajo actoral de quienes fueron pioneros en la televisión venezolana, como Orángel Delfín, Rafael Briceño, Enrique Alzugaray, Virgilio Galindo, Luis Gerardo Tovar,... Todos muy jóvenes para entonces...
Fotograma del film donde figura el título.
By Source (WP:NFCC#4), Fair use,
https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=60395579
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Reseña en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:
Ficha en IMDb: https://www.imdb.com/title/tt0184334
Ficha en Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film186926.html
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