Imagen del póster en IMDb. |
Una de cal y otra de arena.
1981. Dulce (la hermosa Ruddy Rodríguez) vive en una vieja y destartalada casa con su esposo Juan José (Gonzalo Cubero) y sus dos hijos, Leopoldo (el mayor) y Rodrigo. Jugando al béisbol, Leopoldo mata por accidente a su hermano Rodrigo. El día del sepelio (11 de noviembre), Juan José descubre un cofre bajo la cama y en él una llave para abrir una gaveta en la que Dulce guarda una carta de despedida de un amante que tuvo, de nombre Leopoldo, en la que le pide que le ponga su nombre al hijo que tendrá. Juan José monta en cólera, él no sabía que el mayor no era hijo suyo e intenta matar al niño. Dulce defiende con todas sus fuerzas a su hijo y, después de una secuencia algo confusa (que se aclarará hacia el final de la cinta) aparece turbada en medio de una escena de terror, en la que su esposo tiene un largo cuchillo clavado en el pecho y su hijo Leopoldo ha desaparecido. Es condenada a 30 años de presidio. (Nota: La película presenta esta historia fragmentada en flashbacks).
Una elipsis de 30 años y la ley le otorga el beneficio de casa por cárcel: la retornan a su casa y la custodiarán dos policías. Ahora es 2011. Un sacerdote de la parroquia (Guillermo García) se persona en la casa, pero ella no quiere saber nada de Dios ni de la iglesia. Sin embargo, el sacerdote no solo pretende servir de guía espiritual, sino aclarar los hechos acaecidos 30 años atrás. Para ello va al archivo histórico e investiga las trágicas desventuras de quienes han vivido en esa casa, desde su construcción en 1921. Por su parte, Dulce, ahora vieja, continúa experimentando apariciones y ruidos en la casa y no está tranquila. Ante un intento de suicidio, que el padre convierte en conato, él le aclara algunas dudas y ella, por su cuenta, descifrará lo ocurrido (pues ni ella lo tenía claro: había confesado que la casa mató a su esposo). En aras de no arruinar el suspense y la intriga de la historia, es menester no contar más. El filme, desde que la vieja Dulce regresa a la casa, alterna escenas del pasado (flashbacks) con el presente; no sin incorporar elipsis en ambos tiempos.
La de cal
En particular al comienzo del filme, llega a ser molesto el tremendismo y el efectismo que emplea para asustar al espectador, para generar un suspense con el que ya la historia cuenta de manera inmanente. Lo inadecuado de la edición le hace pensar a uno en dejar de verla más de una vez; pero el guion... el guion no lo permite, porque está muy bien (esto es de arena). La (in)oportuna banda sonora, cuyo volumen se duplica en los momentos de máxima tensión, acentúa dichos momentos sin que lo requieran, solo para que el espectador salte en la butaca o se asuste. No solo eso, este efecto hace que uno, como espectador, abuse de las prolepsis (certeras y falsas) por el empleo excesivo de clichés que ocasionan que la sorpresa se desvanezca (ya que uno espera un tremendismo a cada rato... y no es decepcionado). Aparte de estos «detalles» que, repito, llegan a molestar, hay algunas inconsistencias; estas son quizá producto del mismo guion, que en algunas secuencias combina escenas del pasado y del presente, incluso personajes de diferentes tiempos históricos en la misma escena (vivos o muertos, indistintamente). Tuvo que haber sido muy difícil para el personal que tenía a su cargo la continuidad de la historia en el rodaje: se necesita ser puntilloso en extremo para este caso. Al menos con el asunto de la perla hay un error evidente; pero puede haber más.
La de arena
Genial el haber combinado en la historia los mismos personajes en sucesivas analepsis aclaratorias. No sé de dónde le habrá salido la idea a Alejandro Hidalgo, quien también es guionista de este filme. Quizás de algo que vio en una película de David Lynch (¿Carretera perdida, por ejemplo?), o en alguna de ciencia ficción; pero está genial haberlo hecho. Esta solución, a primera vista tan estrafalaria, le da un atributo singular a su película. Tan es así, que los gringos han comprado los derechos para hacer una nueva versión(1). Nada mal. Este solo «detalle» hace palidecer la cal del parágrafo anterior, convirtiendo aquellos comentarios en una menudencia. Pero, con semejante ventaja, no había ninguna necesidad de ser tremendista y efectista; menos habiendo empleado tantos clichés. Creo que esto le restó al film.
La ambientación está bien lograda, al igual que la fotografía, el sonido, el maquillaje y el vestuario; en general, las actuaciones son muy buenas; incluyendo las de los niños. Claro, como espectador, me pregunto por qué que una actriz como Ruddy Rodríguez no ha sido más explotada por el cine, pues tiene (además de su inigualable belleza física) grandes aptitudes histriónicas, como lo ha demostrado en muchas oportunidades. En Venezzia hizo un gran trabajo, al igual que en esta película. Dicen que es la primera película de terror del cine venezolano. Si es así, esto constituye una distinción adicional, otra singularidad. Ello nos place.
Galería de fotos en IMDb:
https://www.imdb.com/title/tt2640474/mediaindex?ref_=tt_pv_mi_sm
Imagen del póster en Filmaffinity. |
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(1) Eso es lo que afirma este enlace.
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Artículo en Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/La_casa_del_fin_de_los_tiempos
Artículo en Wikipedia en inglés:
https://en.wikipedia.org/wiki/The_House_at_the_End_of_Time
Ficha en IMDb:
https://www.imdb.com/title/tt2640474
Ficha en Filmaffinity:
https://www.filmaffinity.com/es/film808324.html
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