Bienvenid@

Bienvenid@
Este blog no es de crítica especializada ni académica, solo de comentarios «al dente» de un espectador común.

Advertencia: destripe.

Algunos comentarios hacen referencia a momentos claves del argumento o al desenlace de este (destripe, spoilers).

29 marzo 2022

El silencio del mar - Pierre Boutron (2004)


Imagen del póster en IMDb.

¿Lealtad a la patria o al amor?


La primera versión de esta película la realizó Jean-Pierre Melville, precursor de la nouvelle vague francesa, en 1947. Esta versión está dirigida por Pierre Boutron y es para televisión. En un pueblo francés recién ocupado por los nazis, los alemanes seleccionan la casa de la familia Larosière, donde viven André (Michel Galabru) y su nieta Jeanne (Julie Delarme), para que se aloje el capitán Werner von Ebrennac (Thomas Jouannet). Jeanne es profesora de piano y el primer día que llegó Werner a su casa ella estaba tocando una pieza de Bach; pieza que, después, se sabrá que es la predilecta del capitán, también músico y compositor. 


A pesar de su cara de nazi, Werner es un sujeto
amable y educado con los Larosière; igual que
con otras personas. Imagen tomada de IMDb.


Esta situación de huésped impuesto crea un clima enrarecido cuando el cortés capitán llega a la casa. Los Larosière lo ignoran por completo y siempre lo dejan hablar solo. El capitán, muy educado y deferente para con sus anfitriones forzados, habla de diversos temas: el tiempo, la literatura, la música, lo tanto que le gusta Francia; pero ningún tema provoca respuesta en los inmutables franceses. A pesar de ello, nace un romance silencioso entre Jeanne y Werner. Él admira y respeta el silencio de ella, lo comprende y lo compara con el silencio del mar, al que hay que saber escuchar, según les cuenta el capitán en uno de sus monólogos. Werner también admite que no se pueda llegar a más, dadas las extrañas circunstancias en las que ambos están inmersos.


Jeanne entra a husmear en la habitación de Werner.
Huele su bufanda, lee la carta, se acuesta en la cama.
Además del dilema ético-moral hay una historia de
amor que subyace, un «amor imposible».


Un día, Jeanne se entera de que la resistencia planea algo; una amiga suya le pide que, si le pasa algo a ella y a su esposo, se haga cargo de su hijo. Jeanne observa por casualidad que unos sujetos colocan algo bajo el automóvil del capitán. Sorprendida porque sospecha que se trata de un atentado, experimenta una enorme presión interna entre su fidelidad a la patria, en contra de los invasores, y su amor por el capitán. ¿Qué haría usted en su lugar, amable lectora?, ¿advertiría al capitán o no?


Una noche, Werner se quita su uniforme y se viste
de paisano. Todos sus intentos por cordializar son
infructuosos; mutis total del anciano y su nieta.


La película está muy bien ambientada y las interpretaciones son estupendas. Es un filme muy bien realizado. Sin embargo, lo que más llama la atención no son los aspectos técnicos, sino su temática. Recuerda a Portero de noche, el film de Liliana Cavani que cuenta la relación sadomasoquista entre una prisionera y un oficial nazi. En ese caso, la relación fue forzada, pues existía prelación de la relación de poder sobre la de sexo. En El silencio del mar, el nazi es una persona decente, educada, cortés y, en ningún momento, pretende valerse de su condición de hombre poderoso para amilanar a Jeanne. Esta es, precisamente, una de las características que lo hacen deseable para la joven.


El atentado toma por sorpresa al abuelo de Jeanne,
pero no a ella.


El dilema moral está muy bien resuelto en la historia, es convincente (no es prudente contar cómo, porque sería un destripe que le quitaría la intriga al film). Como quiera que sea, plantea algo que también se presentó en la gran película de Román Polański El pianista: que el arte podía acercar a víctimas y victimarios en una guerra; que no todos los nazis eran unos desalmados, algunos no tuvieron más remedio que participar, sobre ellos pesaba una amenaza tan tenaz como la que apuntaba a las víctimas. No se pretende reivindicar a los nazis o al nacionalsocialismo; estos filmes lo que ponen en la palestra es que no todos, absolutamente todos, eran unos asesinos.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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Artículo en Wikipedia en inglés:


25 marzo 2022

La noche de los lápices - Héctor Olivera (1986)


Imagen del póster en IMDb.

A medio camino entre la denuncia y la propaganda.


La noche de los lápices está basada en el evento homónimo ocurrido en septiembre de 1976 en La Plata, Argentina. El cineasta bonaerense Héctor Olivera es el director y coguionista de este importante filme. Comienza narrando las, hasta cierto punto inocentes, actividades de los chicos durante las manifestaciones para solicitar (más bien exigir) que no se aumentase el precio del boleto estudiantil, ocurridas durante los estertores del gobierno de Isabel Perón (que, por cierto, era un desastre). En estos eventos preliminares, algunos de ellos se conocen; incluso se hacen novios. Luego de ocurrido el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, el nuevo régimen tiránico le hace seguimiento a los jóvenes estudiantes (los revoltosos tradicionales) y posteriormente organiza las razias en las que son detenidos, encarcelados y torturados. El filme se centra en diez de ellos (aunque fueron más de 200 los jóvenes secuestrados), y basa la línea narrativa en las declaraciones de uno de los sobrevivientes: Pablo Díaz(1). Tanto el espionaje como la captura y el ulterior encarcelamiento y tortura en pestilentes mazmorras son recreados muy bien por la película de manera explícita y con buena calidad cinematográfica. La ambientación, en particular, está bien lograda. Las actuaciones no descollan pero son convincentes lo necesario. El uso de la ironía y del simbolismo no está ausente; tampoco la crítica de diversas instancias del poder y de la burocracia.

El filme tiene momentos planos, muertos, en los que se visualizan acciones superfluas, en general lentas. Pero, a pesar de ello, como denuncia funciona. El aspecto negativo que muestra es el de no haber logrado denunciar las atrocidades del gobierno militar sin colocarse en las antípodas ideológicas, sin acudir al auxilio del marxismo y la cacareada revolución, de los que hace apología(2). Sí, las dictaduras del proletariado, las marxistas, son cariñosas con los disidentes. Las de Stalin, Hitler, Fidel o Mao fueron cariñosas. La de Venezuela también es puro amor con los opositores, también la de Kim Jong-un. Si hay dos médicos asesinos en la historia son Mengele y Ché Guevara. A este último —al que la película le dedica loas— no se cansan de enaltecer con aquél estribillo de que «dió la vida por un ideal». Muy bien, da tu vida por un ideal, tu vida es tuya, haz con ella lo que quieras; pero no asesines por ese ideal. Pudo haber sido una mejor película si se centrara en la denuncia de las monstruosidades de torturar —y desaparecer (¿matar?)— nada menos que a menores de edad, sin recurrir a convertirse en un panfleto propagandístico del comunismo, la otra cara de la misma moneda.


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(1) Los nombres de los jóvenes figuran en este enlace. Al día de hoy, continúan desaparecidos.
(2) Que sí lo logró, por ejemplo, Costa-Gavras (a pesar de ser comunista) en su polémico y aclamado film Desaparecido.
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Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:
Artículo sobre La noche de los lápices como suceso histórico; incluye los nombres de los jóvenes desaparecidos:


18 marzo 2022

Los girasoles - Vittorio De Sica (1970)


Imagen del póster en IMDb.

Ora porque hay guerra en el amor, 
ora porque hay amor en la guerra.


Esta fue la primera película que occidente rodó en la Unión Soviética. La legendaria e inigualable pareja cinematográfica formada por Sofía Loren y Marcello Mastroianni protagonizaron este melodrama de excepción. Vittorio De Sica lo dirigió y en el guion participaron los grandes guionistas Tonino GuerraCesare Zavattini. La música estuvo a cargo de Henry Mancini. Todas personalidades pertenecientes a la flor y nata del cine. Dicho esto, poco más habría que decir. ¿Quizás que uno de los productores fue Carlo Ponti y el otro Joseph Levine? ¡Hasta Mosfilm fue coproductor!




Antes de la guerra todo es felicidad.
Imágenes tomadas de IMDb.


Italia, un poco antes de que estalle la II Guerra Mundial. La hermosa Giovanna y Antonio se aman. Para evitar que él tenga que acudir al frente de batalla, se casan; esto tan solo les permite diferir en doce días su partida. Entonces urden otro plan: él se hará pasar por loco y lo internan; pero en una visita que ella le dispensa, descubren su ardid: tendrá que ir al frente soviético o enfrentar a un consejo de guerra. La conflagración concluye y Giovanna no encuentra a su esposo entre los que retornan; tampoco recibe carta de él. Fotografía en mano, le pregunta a los soldados por Antonio; uno de ellos lo reconoce y le cuenta que debe estar muerto: él lo dejó a campo traviesa, enfermo, sobre un colchón de nieve en la gélida estepa rusa. Su suegra la visita un día y le muestra la última fotografía de su hijo, comentándole que no ha escrito; Giovanna le asegura que irá a Rusia a buscarlo, pues siente que está vivo.


Loren, aquí de 36 años, en la cúspide de su belleza y de 
su capacidad histriónica.


La guerra, eso que nadie quiere. Ya en las caras compungidas
se presagia un destino, cuando menos, incierto.
Imágenes tomadas de IMDb.


El clima ruso fue un arma muy eficaz del ejército rojo.
Imagen tomada de IMDb.


Pasan los años y un día Giovanna llega a Moscú. Investiga en organismos oficiales; visita los campos de girasoles, en los que cada flor supone un soldado italiano muerto en Rusia; revisa las tumbas de los caídos en batalla y no da con Antonio. Continúa mostrando la foto de su amado a cuanta persona puede y en una ocasión una mujer le señala que es por allá, que la siga. La sigue y llega a una casa en la que está recogiendo la ropa tendida una hermosa joven rusa... con una niña. La joven, Mascia (Lyudmila Savelyeva), sospecha quién es Giovanna y, luego de ver la fotografía de Antonio, la invita a pasar con gran amabilidad. Giovanna se quiere morir. En un italiano muy precario, Mascia le cuenta que él estaba casi muerto, congelado, y que ella le salvó la vida; que él se había olvidado de todo, hasta de su nombre. El silbato del tren suena y Mascia le indica que la siga: van a recibir a Antonio, que llega del trabajo. Cuando Giovanna lo ve de lejos saludando a Mascia, se sube al tren hecha un mar de lágrimas y regresa a Italia. 


¿Alguien ha visto a mi marido? En Italia.


Y en Rusia. Imágenes tomadas de IMDb.


Al llegar, rompe todas las fotos que tenía de él y se promete a sí misma olvidarlo. Sale con hombres y busca la forma de seguir con su vida y ahogar el dolor que la invade. Él quedó muerto en vida y resuelve ir a Italia a buscarla. Han pasado varios años de nuevo cuando él llega a Milán, pero ella se niega a hablar con él. No tiene tren para regresar hasta el día siguiente, de manera que insiste y ella le permite que la visite. Antonio le confiesa que no sabe porqué pasó lo que pasó y que está dispuesto a reiniciar una vida con ella en Rusia; a pesar del llanto de un bebé, que le revela que ella ha tenido un hijo con otro hombre. Reflexionan y, con los ojos llorosos, convienen en dejar las cosas como están porque ya hay otros involucrados que pueden resultar heridos. Al día siguiente ella lo despide en la estación de tren. Nunca más se verán. A estas últimas escenas se les añade el tema musical de Henry Mancini y se convierte en uno de los finales más tristes del cine.


En el campo de girasoles, con un funcionario soviético.


Revisó las tumbas, una por una.
Imágenes tomadas de IMDb.


¿Por qué tan triste? Recordemos que en los dramas suele haber un protagonista y un antagonista. El protagonista es casi siempre el individuo que desea algo y —a lo largo de la película— realizará acciones que lo llevarán a obtener ese algo. El antagonista, que puede ser otro personaje, algo interno del protagonista (su educación, su temperamento,...), o algo exógeno (una guerra, el statu quo,...), le ofrecerá la máxima resistencia para lograr su objetivo. Digamos que el protagonista suele ser el bueno y el antagonista el malo; aunque hay películas en las que los malos son los protagonistas, tal como El padrino. Grandes películas se han construido con este esquema y, mientras más malo sea el antagonista y más sufrimiento inflija al protagonista, mejor resulta el filme. Así no es difícil en exceso estructurar un drama.


Incluso fue a un partido de fútbol, quizás ahí vería a Antonio...


La bella Mascia presiente que la esposa del padre de su
hija ha venido a buscarlo. Imágenes tomadas de IMDb.


Podemos llegar a la sala de proyección con la mejor disposición, en un estado neutro; pero el cine zarandea nuestro ánimo de un lado para otro del espectro emocional; a la salida, estaremos afectados por la experiencia. Cuando ganan los buenos y los malos son castigados (tal como en La odisea de los giles o en Sueños de libertad), salimos de la sala alegres, con un sabor dulce en la boca: ¡se ha hecho justicia! Cuando pierden los buenos y ganan los malos (como en Cangrejo o en La misión; por cierto, basadas en hechos históricos), el sabor es amargo; nos consolamos afirmando que así ocurre en la vida real. Cuando pierden los buenos sin que haya malos a los que acusar, como en este filme, nos envuelve la tristeza. Bien sabía Tonino Guerra que si hacía de Mascia un personaje pérfido, le echaríamos la culpa de haber acabado con el matrimonio de Giovanna y Antonio, no a la guerra; saldríamos del cine con un sabor agrio en la boca, como si hubieran ganado los malos; pero al ser una mujer dulce y buena, no. Podemos maldecir a la contienda bélica (suerte de ente abstracto), que trastocó la vida de todos, pero nos da tristeza por la suerte de los personajes principales (incluyendo Mascia) y no ira, que sentiríamos si la joven rusa hubiese sido mala. Así es la naturaleza humana y un buen guionista, como Tonino Guerra, la conoce con precisión.


Giovanna se da cuenta de que ha llegado tarde, que todo ha
terminado. Gran actuación de Sofía Loren; tanto que ganó
el premio David di Donatello a la mejor actriz.


Antonio quedó perturbado con la llegada de Giovanna, a
quien vio solo unos instantes.


Giovanna rehace su mutilada vida de la mejor forma que puede.
Imágenes tomadas de IMDb.


Entonces, ¿qué pasa cuando ambos son malos o ambos son buenos? Cuando ambos son malos o cuando ambos son buenos es muy difícil resolver el conflicto y que resulte una buena película. Hay que ser un maestro. Pero aquí tenemos nada menos que a Vittorio De Sica y a esa pléyade de estrellas que lo acompañan; no necesitamos nada más. Antonio no fue malo, Giovanna tampoco; ni siquiera Mascia fue una mala mujer. Hay que destacar que el antagonista fue la guerra, pero se diluye en nuestra mente este hecho porque los abrigó a todos por igual; si hubiera sido una Mascia mala, lo tendríamos más claro y la culparíamos en el acto. Es un caso muy parecido al de Doctor Zhivago, película en la que el antagonista es la revolución bolchevique; pero ni Yuri, ni Lara ni Tonya son malos (el malo es Komarovsky porque se quiere acostar con Lara; pero no es tan malo, les ofrece ayuda cuando él es un enchufado de los comunistas). La clave está en el guion y en la puesta en escena. Es un equilibrio muy delicado; lo resolvieron tan bien como David Lean y sus colaboradores y el resultado es una película extraordinaria.


Vamos a dejar las cosas como están.


Tristísimo adiós. La actuación de Mastroianni también
es notable.


Imágenes tomadas de IMDb.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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Los girasoles; Los girasoles de Rusia; I girasoli; Sunflower.
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Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:


15 marzo 2022

Amanece, que no es poco/Total - José Luis Cuerda (1989/1983)


Imagen del póster de Amanece, que no es poco

Homenaje al esperpento, que ya es decir.


Teodoro (Antonio Resines) es un profesor de la universidad de Oklahoma que ha aprovechado el año sabático para pasear en un sidecar con su padre (Luis Ciges), quien le regaló el vehículo para resarcirse de haber matado a la madre de Teodoro porque «era una mujer muy mala». Llegan a un pequeño pueblo de Albacete y no ven a nadie: todos están en la iglesia, a pesar de no ser domingo; se topan con el único habitante negro y por este se enteran de que acuden a misa en pleno todos los días. Durante su corta estancia, suceden numerosos eventos jocosos en los que intervienen los pintorescos habitantes del pueblo. El humor absurdo llega a límites insospechados en esta extraordinaria película de José Luis Cuerda, director y guionista del film.


Un grupo de estudiantes norteamericanos irrumpe en la
aldea. Las sudaderas refieren a la «famosa y no existente
universidad de Eaton».


Los pobladores beben en el bar, uno por uno, bajo la
supervisión de un guardia civil.


Esta realización forma parte de la trilogía de películas surrealistas del cineasta castellano. Así en el cielo como en la tierra y Total son las otras dos. Es una película coral, en la que es difícil establecer un rol protagónico; tampoco vale la pena establecerlo.


Algunos hombres «brotan» de la tierra, cual maleza.


En el huerto de una labradora (Pastora Vega) nace uno
y ella, pese a las advertencias, se lo apropia como 
hombre cuando alcanza el tamaño adecuado.


Las mujeres se reúnen con un hombre, del cual se ríen.
El seleccionado es un escritor argentino que será
encarcelado por plagiar a Faulkner, escritor venerado
en el pueblo.


Con una incisiva mirada, si se quiere igual o más mordaz que la del mismísimo Luis García Berlanga, José Luis Cuerda pone la cámara —por no decir la lupa— sobre la idiosincrasia de los provincianos españoles de hace treinta años. No hay tópico del que no ironice o del que no haga sarcasmo; desde la educación, pasando por la milicia, el adulterio, las elecciones, la iglesia, los extranjeros, los mitos, el sexo, las minorías, el poder; en fin, cualquier área imaginable es objeto de burla, siempre desde el punto de vista del absurdo. Muchas secuencias o escenas van envueltas en símbolos, velados o no, que enriquecen su lectura. No es de extrañar que se haya convertido en una película de culto; es magnífica. Nadie podría discutir que es una de las mejores cintas de la filmografía hispana. Su visionado es imprescindible para cualquier cinéfilo que quiera conocer sobre el cine español y para cualquiera que desee pasar un buen rato. Maravillosa película.


El alcalde (Rafael Alfonso) intenta suicidarse. 
Nge Ndomo (Samuel Claxton), el negro, por
motivos propios, se solidariza con él.


El sol no sale por donde el cabo Gutiérrez (José Sazatornil)
tenía previsto y este le dispara muy cabreado.


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Artículo en Wikipedia:
Reseña en Wikipedia en inglés:


—o—


Imagen del póster de Total
en IMDb.

El fin del mundo a lo José Luis Cuerda.

Film en YouTube: 


Año 2598. En una aldea de nombre Londres, el ovejero Lorenzo (Agustín González) le cuenta al espectador que hace tres días ocurrió el fin del mundo y que él lo vio venir porque ciertos sucesos extraños invitaban a presagiar el funesto destino; entre otros, que las vacas querían ir a la escuela; que las paredes del pueblo se derrumbaban sin motivo aparente (y sin que nadie se inmutara); que la esposa del alcalde (doña Paquita, María Luisa Ponte) aparecía y desaparecía de súbito en cualquier sitio; o que su hijo Herminio (Manuel Alexandre) dio un estirón de 40 años en una mañana. La película retrocede para mostrarnos los inusuales eventos y, en ocasiones, regresa al presente, donde Lorenzo narra. Más adelante, él corrige y dice que eso no es Londres, que es París, ¿cómo íbamos a pensar que eso era Londres? ¡Es París! Al igual que Amanece, que no es poco; es una película coral, llena de sarcasmo sobre las costumbres, los prejuicios, y la forma de ver la vida de los habitantes del mundo rural; muchos de los cuales no dejan de ser extensivos al homo urbanus.

Su último largometraje, Tiempo después, filme emparentado con este; y suerte de secuela de Amanece, que no es poco; es ambientado en el año 9177. Es más que evidente que Cuerda nos está diciendo lo mismo que han dicho otros cineastas, entre ellos Stanley Kubrick: estamos igual, siempre lo hemos estado, no hemos avanzado gran cosa; da igual ambientar en 2001 o 2020, en 2600 o 10 000. En los aspectos científico y técnico hemos dado algunos pasos importantes; pero en el moral...

Total es un filme de 53 minutos para televisión y fue el primero de la mencionada trilogía. Humor absurdo, cáustico a veces, surrealista otras. No está ausente de simbolismo, implícito y explícito. Se puede ver en el canal del archivo de RTVE en YouTube: RTVE Archivo, en este enlace. Es otra maravilla de José Luis Cuerda.


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Artículo en Wikipedia:


08 marzo 2022

Jules y Jim - François Truffaut (1962)


Imagen del póster en IMDb.

El perfecto y desenfadado ménage à trois.


Francia, antes de la I Guerra Mundial. Jules (Oskar Werner), un joven escritor austríaco, entabla amistad con un par francés, Jim (Henri Serre). Jim tiene amigas, pero Jules no conoce a ninguna en Francia. Intentan conseguirle una pareja a Jules pero no lo logran, hasta que un día dan con Catherine (Jeanne Moreau). Juntos, disfrutarán de una hermosa amistad. Catherine se casa con Jules antes de que este tenga que alistarse en el ejército. Ambos acuden a la guerra, cada uno por su nación, en bandos contrarios. Durante la guerra, la mayor preocupación de los dos amigos es no haber matado al otro durante el conflicto. La amistad ha prevalecido sobre los sentimientos patrióticos.


Una bella amistad surge entre estos tres jóvenes.


Al terminar la guerra, Jim va a visitar a Jules y Catherine, que ahora tienen una hermosa hija, Sabine. A pesar del idílico ambiente, la pareja no está en buenos términos. Jim le cuenta a Jules que ha soportado innumerables infidelidades de Catherine; en una ocasión se ausentó por meses y teme que lo vuelva a hacer. Nace un romance entre ella y Jim, pero no a espaldas de Jules; más que con su anuencia, diríase que con su apoyo: si está con Jim, al menos la verá de vez en cuando y eso es suficiente para él. Los vecinos les llamaban los tres lunáticos, según cuenta el narrador (Michel Subor). Pero la inestable Catherine no contendrá sus explosivas reacciones; Jim se cansará de esto y se comprometerá con una antigua novia, Gilberte. Pasa el tiempo, ya comienzan los nazis a hacer de las suyas quemando libros y durante un reencuentro del trío, la temperamental Catherine se vengará de Jim.


Reencuentro tras la guerra. Ahora la pareja de amigos son padres
de una dulce niña.


François Truffaut fue uno de los abanderados de la nueva ola francesa (nouvelle vague). Este filme sigue los lineamientos de dicha escuela. El filme es narrado; el narrador cuenta tanto lo que se está viendo en la pantalla como algunos detalles que no se perciben, y lo hace con tono neutro en el habla. La narración, al igual que los diálogos y la diégesis como tal, es minimalista: dice con precisión (y cierta rapidez) toda la información al espectador para comprender la historia y ni un ápice más, pero tampoco menos. Las escenas son de corta duración, lo que hace muy dinámica la narrativa de la película; la cámara, en ocasiones, hace barridos a gran velocidad, al estilo reporteril. Así, la sinopsis contada en los párrafos precedentes, es una apretada síntesis de la historia, pues es bastante larga ya que se cuenta con los criterios recién expuestos.


Por un tiempo, rememoran la dulce amistad de antaño.


Pero hay otro detalle. El narrador, con su habla neutra y distante, por una parte; y la puesta en escena de Truffaut, crean una suerte de distanciamiento brechtiano, que evita que el espectador se involucre demasiado en las emociones que puedan exhalar los fotogramas. Esto es de particular importancia en estas primeras cintas de la nueva ola, no solo por lo novedoso de la narrativa de las películas pertenecientes a ese movimiento, sino también porque los temas (el triángulo amoroso, las relaciones abiertas, la libertad de la mujer) pueden ser un tanto delicados para algunas sociedades en aquél entonces. Incluso hoy.


Catherine salió con Jules (a su izda.) y Jim (a su der.), quien lleva
un pijama de ella en el paquete. La dama le quitará el paquete y se
irá con Albert (al fondo) al tiempo que les dice: «buenas noches».
Así era Catherine.


La felicidad no es fácil de distinguir y se desgasta sin que nadie se dé cuenta.
Dice el narrador cuando Jim y Catherine tienen ya algún tiempo viviendo como pareja y comienza el desgaste de la relación.

No hay que dejar de destacar la excelente actuación de esa gran actriz que fue Jeanne Moreau. Las contrapartes masculinas estuvieron a la altura. A pesar de su desenfadada actitud, de su gran libertad de acción, de todas las facilidades que le dio su esposo Jules, Catherine sucumbe a su naturaleza desleal y autodestructiva (como el cuento del escorpión y la rana). La cinta no toma partido por una particular forma de relación, solo presenta los hechos, no defiende ni ataca la forma de vida que llevaron, la plantea como una alternativa; los juicios de valor le quedan al espectador. Muy pocos casos pueden triunfar con este esquema; casi siempre terminan de una forma triste o convencional. Una extraordinaria película del gran cineasta francés François Truffaut.


Detrás de una fachada de persona posmoderna, con libertad para
hacer lo que le venga en gana, se esconde una mujer caprichosa,
desleal, destructiva, posesiva, incapaz de lidiar con sus 
temores y con la realidad.


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Jules y JimJules et Jim.
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04 marzo 2022

Human - Yann Arthus-Bertrand (2015)


Imagen del póster en IMDb.

¡Gracias por el don de la vida!
Dice uno de los entrevistados que esta sería su última frase.


Película en YouTube con subtítulos en español (versión de 3h 11m):
Canal en YouTube del film:
Sitio web del film:


En esa gran película que es Home (2009), Yann Arthus-Bertrand nos puso en contacto con el entorno planetario, con la belleza incomparable de la naturaleza, con los desmanes que hemos cometido y con la sostenibilidad de nuestro hábitat. En Human, teniendo como telón de fondo extraordinarias imágenes (la mayoría aéreas) de nuestras actividades, entrevista a gente común sobre los temas más relevantes de la vida: el amor, el odio, la guerra, las relaciones de pareja, los hijos, los padres, la homosexualidad, el trabajo, la pobreza, la riqueza, la emigración, el sentido de la vida, la felicidad, la trascendencia, la muerte. No nos hablan «expertos» (que, por cierto, ahora hay muchísimos), nos hablan nuestros pares, nuestros semejantes, en diversos idiomas y provenientes de diferentes culturas. Hablan con honestidad, con el corazón en la mano. O, al menos, así parece. Muchas de sus reflexiones son las mismas que diríamos nosotros; otras, quizás no; pero es en la diversidad bien entendida, tolerada, donde hay más posibilidades de conseguir una verdad, al menos una.




Puede ser que no todas las historias o todas las opiniones que se vierten en este excelente documental sean de nuestro interés o de nuestro agrado; pero alguna de ellas nos tocará nuestra fibra más interna, nos conmoverá. Las tomas aéreas de diversas actividades que los humanos realizamos son de gran belleza formal; con acercamientos o alejamientos lentos, pausados, al igual que los movimientos de cámara. También ralentizados están los movimientos de las personas que se graban. Esta suspensión del tiempo va de la mano de una banda sonora soberbia y coherente con las imágenes, de Armand Amar. El todo invita a la contemplación, a la introspección del capítulo de entrevistas que recién se ha mostrado. Es una gran película, homenaje a todos nosotros como especie. Nuestros sueños, temores, alegrías, rabias, añoranzas, tristezas, emociones y sentimientos, son los mismos de los otros. Esto es lo más significativo del film.


Las entrevistas no muestran la pregunta, solo la respuesta. El
entrevistado (u otra persona), sobre fondo negro, ve directamente 
a la cámara. Los subtítulos aparecen al lado.


Como película, desde el punto de vista técnico, está realizada con harto esmero y cuidado, con recursos suficientes y con la sabiduría y la logística que garantizan un producto de gran calidad. Las tomas aéreas son tan hermosas como las de los reportajes de National Geographic. Tuvo que haber costado mucho dinero y esfuerzo hacer este film. Pero, ¡el resultado final es asombroso!


La fotografía es de primera.


La película tiene tres versiones: 1. la versión final del director (Director's cut version), de tres horas y once minutos; 2. la versión de tres capítulos (Extended version) que totalizan cuatro horas y veintitrés minutos; 3. la versión para televisión, de dos horas y once minutos. Las versiones 1 y 2 se pueden ver en el canal de YouTube, en este enlace.

Una de las intervenciones más interesantes es la del exguerrillero y expresidente de Uruguay, José Mujica, caso excepcional dentro de la política. Pese a su turbio y violento pasado, no deja de ser un hombre sabio, paradigma de la sobriedad. Mujica expone sus pertinentes ideas con claridad meridiana en su monólogo, de solo diez minutos; el cual está en este enlace. Todas las entrevistas que se hicieron para el filme están en el canal de YouTube de la película, en este enlace.


Imagen del póster en Filmaffinity.


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Reseña en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:
Sitio web del film: http://www.human-themovie.org/


01 marzo 2022

Pascualino siete bellezas - Lina Wertmüller (1975)


Imagen del póster en IMDb.

Una comedia asquerosa, una inmunda farsa llamada vida.
Dice en algún momento Pascualino.


Pascualino (Giancarlo Giannini) es el hijo varón de una familia que tiene siete hermanas, ninguna agraciada. Su condición de varón le obliga a fungir de paterfamilias; papel que ejecuta con mucho celo. Pascualino es el farolero del pueblo; las jóvenes suspiran a su paso y se le insinúan; es el latin lover por excelencia. Su temperamento alegre y su porte muy cuidado y elegante, son parte inmanente del personaje; sin embargo, poco a poco su apacible vida de granuja dará un giro hacia senderos turbios y tristes. 


Impecablemente ataviado, sale a pasear por la ciudad,
haciendo gala de su elegancia y jovialidad. 
Aquí, conversa con la que será su esposa.


Su hermana Concettina (Elena Fiore), que baila en un cabaré, tiene un novio que le ha prometido matrimonio, pero su hermano observa que cada vez la hunde más; hasta un día en que la encuentra ejerciendo de prostituta. Enfrenta al embaucador y lo mata por accidente; pero es descubierto y confiesa su crimen por honor. Su abogado defensor, al que Concettina ha seducido, logra una pena por insania que deberá pagar en el manicomio. Ahí, viola a una paciente que está sujeta a la cama y es castigado; pero pronto lo liberan porque sobreviene la II Guerra Mundial e Italia necesita hombres para el frente de batalla.


Pascualino no es un hombre malo; pero mata por
accidente; un accidente producto de su torpeza.


Huyendo del frente, sin saber siquiera donde están, Pascualino y su amigo Francesco (Piero Di Iorio) son capturados por los alemanes y enviados a un campo de concentración que es dirigido por una mujer despiadada, gorda y fea (Shirley Stoler). A nuestro héroe no se le ocurre otra cosa que seducirla; llama la atención de ella y, mal que bien, logra un coito insatisfactorio con la frígida mujer. Ella, en pago, le nombra jefe de la barraca 23, donde él está asignado y le dicta su primera orden: seleccionar a seis presos para ejecutarlos, de lo contrario los matarán a todos. 


De nuevo la torpeza se hace presente y viola a una
paciente que está atada en el manicomio. 
Será castigado con severidad por ello.


Con mucho pesar, ayudado por su amigo Francesco y el anarquista Pedro (Fernando Rey), escoge seis reclusos al azar. Durante los preparativos para la ejecución, Pedro protesta (él quería ser voluntario para ser ejecutado porque ya no soporta vivir así y Pascualino le negó ese derecho) y se sumerge en los pozos de estiércol, donde es baleado por los nazis. Luego protesta Francesco, lo apresan y la comandante ordena que Pascualino lo ejecute. La escena de la ejecución de su amigo es para tragar grueso.


Pascualino es protagonista de un grotesco coito
con la comandante del campo de concentración.


—Me das asco. Tu sed de vida me da asco. Tu amor me da asco— le dice la comandante luego de fornicar.
Cuando le ordena seleccionar a los seis compañeros de barraca para ser ejecutados, él le dice:
—Eres una cerca, inmunda y asquerosa.
—Ahora eres un carnicero como el resto de nosotros, gusano mediterráneo— le contesta ella(1).

La historia concluye con Pascualino regresando de la guerra y reuniéndose con su madre, sus hermanas (ahora todas meretrices) y una joven con la que flirteaba que resulta que lo ama y él la quiere hacer su esposa; no sin que antes abandone el oficio de ramera. El nuevo Pascualino posguerra es un hombre circunspecto, sin señales de querer sonreír, un hombre al que la alegría de la vida, que antaño disfrutó, le ha abandonado.


El culmen de la humillación y la tragedia: matar a
su propio amigo.


La historia contada antes no es relatada en ese orden por Lina Wertmüller; ella utiliza los flashbacks para dar cuenta de los hechos pasados, los cuales son recordados por Pascualino por tener alguna relación con la acción presente; la película comienza (in medias res) mostrando a Pascualino huyendo con Francesco por el bosque. Esta es otra gran película de la cineasta italiana; y otra en la que Giancarlo Giannini se luce en su actuación; él es Pasqualino settebellezze; el personaje es para él, quizás fue escrito (por Lina Wertmüller, quien también es la guionista) para él. El filme está muy bien ambientado; las actuaciones fueron realizadas con primor; el vestuario es inmejorable. Un detalle es la música extradiegética que tiene la película: es muy curiosa y algo disruptiva, pero adecuada. El hilo narrativo, insertando flashbacks, es atinado y ayuda a la dinámica del relato; el filme, por otra parte, oscila entre la comedia, el drama y la tragedia de acuerdo a la naturaleza de las acciones que cuenta en un momento dado; y lo hace con total acierto. La dirección de esta producción le supuso a Wertmüller la primera nominación como mejor directora a una mujer.


Interesante encuadre que muestra a Pascualino con 
su madre y con la joven que será su esposa.


El cine de Wertmüller desmitifica al macho latino; lo coloca en situaciones extremas en las que el personaje es sobrepasado por las circunstancias y le obliga a desestimar el honor, el amor al prójimo y muchos otros valores que dictan su vida cotidiana para hacerle frente a la situación límite a la que la vida lo ha llevado; dejando al descubierto que, bajo la careta de supremacía que ostentaba, se halla un ser humano vulnerable, que responderá con otros valores, como el amor a sí mismo, para enfrentar la aguda crisis en la que está en juego su supervivencia.


Rostro de Pascualino al final. La madre, en un intento
porque su hijo recupere la lozanía de antes, le recuerda
que está vivo. Pese a ello, no sonríe. La cámara le dedica
un largo momento a mostrar su cara, que empalma
con los créditos finales. La directora se quiso asegurar
de que el espectador vea, mire y observe esa cara.


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(1) A quien conozca el «proceso» chavista no le deja de llamar la atención que, precisamente, el modus operandi de los nacionalsocialistas alemanes es el mismo que el del chavismo: si te descuidas, te convierten en un delincuente igual que ellos para establecer la tan cacareada (y falsa) igualdad marxista: la institucionalización, la democratización del delito. No pudieron igualar hacia arriba, haciendo a todos prósperos y honrados; entonces igualaron hacia abajo, creando una sociedad de parias y depravados.
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Pascualino siete bellezas; Seven beauties; Pasqualino settebellezze.
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Artículo en Wikipedia:
Artículo en Wikipedia en inglés:


Proyecto El chico

En 2007 realizamos un proyecto en ambiente Web 2.0: traducir la película -en dominio público- El Chico, de Charlie Chaplin (1921), a diversas lenguas. Inicialmente en Google Video se tradujo a 26 lenguas, 4 de ellas por humanos: 3 por colaboradores de Portugal, Francia e Italia, y el autor de este blog. Las demás lenguas se tradujeron vía traductores online, la mayoría a través de Translate Google. Ahora la película está en YouTube, con intertítulos en 12 lenguas. Más información sobre este proyecto en este enlace. Ver la película en YouTube.

Las 10 + proyectadas