"Lo que me interesa del
fascismo es justamente que es un hoyo negro de la voluntad. Es un sistema que
no necesariamente es único, pero absuelve la brutalidad, absuelve la falta de
moral y absuelve la decisión propia. En ese mundo puedes permitir una acción
brutal en base a un consejo colectivo, eso es lo que me asusta."
Guillermo del Toro
El laberinto del
fauno, cual muchas otras películas, admite al menos dos lecturas. Por una
parte podemos ver en ella una película muy original con excelentes elementos
fantásticos, al estilo de las mejores producciones de Hollywood, con efectos
especiales de primera, que no excluye el suspenso. Por otra parte, estamos ante
una película abiertamente crítica hacia el fascismo del régimen franquista en
sus inicios. Ya la cita que encabeza este comentario da cuenta de la posición
del director Guillermo
del Toro respecto al fascismo. A pesar de que cuenta con elementos
fantásticos como hadas y monstruos, no es una película precisamente para toda
la familia.
Argumento: una familia se radica
en un pequeño pueblo de la provincia española en 1944. La madre está embarazada
de su actual esposo, un cruel guardia civil de cierto rango, y tiene una hija,
de nombre Ofelia, a la que no le gusta su padrastro. El guardia civil (algo
sobre actuado, deliberadamente, por Sergi López) se dedica
a lo que se dedican las fuerzas de choque de los gobiernos de corte tiránico
(fascismo, absolutismo, totalitarismo y similares): eliminar a los opositores,
de facto y potenciales, sin importar que haya víctimas inocentes de por medio.
Y en esto estoy en total desacuerdo con el comentario en IMDb, al igual que con el resto
de dicho comentario, que desprecia este film. La niña Ofelia (bien interpretada
por Ivana Baquero), se
debate entre el amor a su madre, la repulsión hacia su padrastro y el mundo de
fantasía que le sirve de válvula de escape para evadir la hostil y violenta
realidad. La madre de ésta (a quien interpreta la hermosa Maribel Verdú), está
prácticamente todo el film sufriendo los embates de su difícil embarazo. Siguiendo
la segunda línea interpretativa mencionada antes, el mundo fantasioso de Ofelia
consiste en las hadas y en seres muy originales, cuya factura no envidia para
nada a las realizaciones clásicas de Hollywood. Y aunque no sea por evasión,
como la primera línea mencionada antes, el mundo fantástico ya de por sí es
suficientemente fascinante como para que un niño claudique ante él. El fauno,
que Ofelia descubre al final de un laberinto, le hará viajar por aventuras que
la llevarán a un sorprendente final, en el que ella será una princesa,
compartiendo el trono con su abuelo. Es una suerte de mixtura ecléctica de
realismo mágico inserto en la España de post guerra civil. Una simbiosis
novedosa en el cine, rara y fascinante.
Bien podría interpretarse que
Ofelia, al igual que Ana en El
espíritu de la colmena, representa a esa juventud que sueña y que, durante
el infierno de la instauración del régimen fascista franquista, sufre y esquiva
la realidad, en busca de algún sueño que le permita seguir adelante. Puede
interpretarse de esa manera, o puede uno pensar que Ofelia simplemente vive ese
mundo de ensueño y de hadas, para huir de su despótico padrastro.
La película tiene todos los
elementos de un gran filme: atrapa al espectador, es entretenida, contiene
diversos subgéneros (suspenso, drama, romance, tragedia, solo le faltó la
comedia), está bien realizada, con diálogos, vestuario, escenografía y efectos
especiales muy bien logrados, y también es crítica de un hecho despreciable, de
uno de los peores males: el de padecer un régimen tiránico y homicida, que
castra la libertad de las personas. Parafraseando a Kant: antes que la vida, la
libertad; pues sin libertad la vida no vale la pena. Evidentemente, una
libertad responsable, no refiere al libertinaje. Supongo que es una de las
mejores películas latinoamericanas.
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