Trailer de 8-1/2 de Federico Fellini (1963), película del tipo "cine visto por el cine", en la que se habla de la falta de inspiración de un director de cine, y su ensoñación con los personajes, reales y ficticios, que habitan en su mente. Es considerada una de las joyas del cinema.
El nombre de esta página del blog "El cine: mitología de lo cotidiano" ha sido tomado de Rodolfo Izaguirre, bien de su programa en Radio Nacional de Venezuela, por allá en la década de 1970, o de su columna en El Nacional, también de esa época. Columna que, a la postre, heredarían Perán Erminy y/o Alfredo Molina, no recuerdo. En esa columna orientaban sobre las películas que se presentaban en la cartelera comercial en Caracas (Circuito Radonsky), o en las salas de arte y ensayo como La Pirámide, Paseo Las Américas o La Previsora. También calificaban a las películas con 1 a 5 estrellas (como en este blog), y recomendaban o no ir a verla.
Rodolfo Izaguirre era, entonces, el Director de la Cinemateca Nacional, sitio donde muchos aprendimos un poco sobre apreciación cinematográfica. Era una época prodigiosa: se proyectaban ciclos de cine, en ciclos por autor, género, director, nación, actor o actriz. Entregaban, junto con el ticket de entrada, una página multigrafiada con la ficha técnica de la película que se vería, y un comentario sobre su temática o sobre su planteamiento filosófico. Películas de Charles Chaplin, Andrzej Wajda, Sergéi Eisenstein, Woody Allen, Costa Gavras, Glauber Rocha, Ingmar Bergman, Federico Fellini, David Wark Griffith, Robert Altman, y para Usted de contar, se presentaban rutinariamente. En muchas funciones asistía Perán Erminy y se abría un cine foro al final de la proyección.
Aquí comentaré sobre el cine, lo que creo que son sus aspectos más distintivos y característicos, desde el punto de vista filosófico o, a veces, artístico: intentaré descifrar las propuestas de las películas en esos dos aspectos.
Algunos lectores me han preguntado por qué no se hace una sinopsis detallada de las películas comentadas, es decir, por qué no se da una descripción pormenorizada de la historia presentada en los filmes. Seguidamente se intentará responder a esta inquietud.
No se realiza una sinopsis detallada por varios motivos: 1) ya las sinopsis están hechas, con lujo de detalles, en innumerables sitios web, incluso sitios web de las películas o del circuito de cines que las exhiben, de manera que sería "llover sobre mojado", 2) haría muy largo el artículo, quizás quitándole espacio a lo que consideramos la esencia de una película: qué parece estar detrás de la historia, qué reflexión sugiere, cuál es su planteamiento, su propuesta, 3) el objetivo del blog es, precisamente, comentar los aspectos medulares de las cintas, 4) es un aporte original el comentar sobre lo que probablemente subyace -veladamente- tras la historia que, muchas veces, es solo una careta del verdadero tema, 5) algunas películas son tan célebres que todos la han visto y no requiere volver a contar su argumento (caso, por ejemplo, de El padrino). No se hace un aporte significativo contando la historia en detalle, que ya está suficientemente reseñada en innumerables sitios. Si es necesaria una breve sinopsis para hacer el comentario, entonces no queda más remedio que realizar dicha sinopsis.
Espero que los que han preguntado vuelvan por aquí y lean esta respuesta.
III No están todos los que son, ni son todos los que están
Todos nosotros hemos sentido en alguna ocasión, que alguna película de nuestra preferencia no es premiada, y que sí lo es alguna que ni siquiera nos gustó un poco. Por una parte la crítica, se entiende especializada, escoge las películas con criterios e información que nosotros no tenemos. El lenguaje cinematográfico, la diégesis de los filmes, no nos es lo familiar que le es a la crítica. Parámetros diversos, en ocasiones casi inverosímiles, prevalecen a la hora de premiar una cinta y calificarla mejor que otra. Como cualquier otro producto artístico, es subjetiva su apreciación. Es más, es odioso tener que calificar una película con respecto a otra que está en su mismo nivel.
¿Quién podría decir y, más aún convencernos, que El padrino es mejor o peor película que 8-1/2 o que Lawrence de Arabia? ¿Es Doctor Zhivago peor, igual o mejor que El apartamento? Es muy relativa la apreciación, especialmente cuando de premios se trata. ¿Por qué algunas películas consideradas hoy clásicas no fueron premiadas en su momento? Y al contrario ¿por qué muchas películas premiadas en su momento, hoy son totalmente olvidadas?
Por una parte está el asunto de la moda, de una nueva tendencia. Hoy el neorrealismo italiano de los 40's no es producido. Lo fue en su momento, y se sigue viendo, pero no se producen específicamente películas de ese tipo. Al menos en Italia. Eso sí, su influencia sigue vigente, y muchos films modernos filiales a la problemática social son hijos del neorrealismo italiano.
Otro tópico son las tecnologías. Películas con innovaciones importantes son legendarias, aún cuando su contenido sea frívolo. Tal es el caso de La guerra de galaxias. La primera película de esa serie, realizada en 1977, es aún hoy un hito en el cine. El empleo de efectos especiales que hasta esa época no se habían desarrollado, hizo que esta película haya sido un importante aporte al cine, pese a que su trama es un cuento elemental: los buenos rescatan a la princesa que está en manos de los malos. Violencia digitalizada para el gozo del espectador asombrado ante tanto despliegue tecnológico.
En muchas ocasiones algunos filmes simplemente no son nominados, aún cuando son excelentes producciones. Si en un año no se producen buenas películas, igualmente se otorgan premios a las mejores de ese año. En otro año se producen varias muy buenas, se premian supuestamente a las mejores. Pero, aún no siendo las mejores de ese año o que no han resultado galardonadas, algunas trascienden más que las premiadas del año en el que no hubo buenas películas. Muchas se llegan a convertir en clásicos.
Lo mismo que ocurre con las películas, ocurre con muchos directores. Stanley Kubrick, sin lugar a dudas uno de los mejores directores del cine, solamente ganó un premio por los efectos especiales de 2001: una odisea espacial (u odisea del espacio) en 1968. Nunca ganó el premio como mejor director, pese a que figura en las listas de los mejores directores de la historia del cine. En cuanto a 2001, se ubica en un honroso puesto en la lista de las mejores películas del cine. En otras ocasiones el motivo es la rencilla entre las personas del medio, o entre el realizador y el Estado, tales como los casos de Charles Chaplin y Elia Kazan. Esas son cosas que, muchas veces, jamás comprenderemos. Son parte de esa suerte de injusticias de las que está plena la Historia del Arte en particular, y la Historia del Hombre en general. Dirían los franceses: c'est la vie [así es la vida]...
IV El mismo perro con distinto hueso
Hay un conjunto, pequeño conjunto, de temas abordados por el cine. Al igual que la literatura o el teatro, el cine habla sobre ciertos tópicos. Se podría pensar que habla sobre todos los tópicos, pero si uno discrimina, trata de resumir, de sintetizar los diversos temas tocados, se dará cuenta de que son unos pocos temas. Historias de amor, de injusticia, de profético pesimismo, historias aleccionadoras, otras no tanto. También está el cine de acción, que nos cuenta solamente un cuento de algo que pudo haber ocurrido. Éstas últimas no tienen planteamiento filosófico como objetivo específico, pero si están bien hechas constituyen una obra entretenida o un gran espectáculo y, quizás, se conviertan en filmes importantes, tal como el caso de Titanic.
Si esto es así ¿qué distingue una película que versa sobre el tema A y otra película que versa sobre el tema A? La diferencia está, pienso yo, en cómo es contada la historia, en el lenguaje empleado, en la maestría con la que está realizada, las actuaciones, etcétera. Mucho tiene que ver el objetivo y la sinceridad con la que han sido hechas. Y esto es la firma del director. Si un film solo tiene como fin la recaudación de dinero, sin importar el contenido, seguramente es intrascendente. Otras películas no tienen como objetivo principal el recaudar dinero, sino el realizar un planteamiento y hacer de ella y de su director algo trascendente. No quiere esto decir que las películas que quieren recaudar dinero son todas malas y las que no son comerciales son todas buenas. Nada que ver una cosa con la otra. Tomemos, por ejemplo, Lo que el viento se llevó, de Victor Fleming (1934). Es una película monumental, muy taquillera, todo un mito y, de paso, una excelente película, que toca diversos temas durante su larga trama: es más comercial que filosófica, pero es trascendente, no es trivial. ¿Podríamos comparar la calidad de la más reciente película de Sherlock Holmes de Guy Ritchie (2009), cuyo único gancho es la profusión de efectos especiales y el renombre de los actores con La vida privada de Sherlock Holmes de Willy Wilder (1970), a pesar de que la primera goza de mejor puntuación que la segunda en IMDb?
Mientras el puntaje del público valora la popularidad subjetiva del heterogéneo público, los espectadores especializados, la crítica y la gente del medio las suele valorar de otra manera. Y es que el lenguaje cinematográfico no siempre es simple. Mientras el público heterogéneo puede gustar de una película cuya trama y lenguaje son sencillos, así como su planteamiento plástico o filosófico, la película tendrá gran aceptación y éste público le otorgará un alto puntaje. Hay algunas películas cuyo lenguaje o temática son realmente complejos y no tienen la merecida acogida entre el público heterogéneo. Estas son mal ponderadas. ¿Cómo se puede explicar que SubHysteria, una película lamentablemente mala, tenga 6.9/10 puntos en IMDb? Es más, ¿cómo es posible que el comentador de esa película en IMBb le haya otorgado 9/10? Entretanto, 8-1/2 de Fellini (1963) tiene 8.2/10 como puntaje del público y un pobre 6/10 por parte del comentador de IMDb en español y 10/10 de IMDb en inglés. Sin embargo, como todo es muy subjetivo en el arte, podríamos acudir a aquello del "beneficio de la duda". Por otra parte, una cosa es apreciar una película desde el punto de vista meramente artístico y otra es apreciarla desde el punto de vista filosófico. Las películas de Ingmar Bergman, generalmente no gozan de la gran belleza plástica de las películas de otros realizadores como Stanley Kubrick, pero su alta valoración se basa en el planteamiento de los temas y en el lenguaje para exponerlos. Cada cabeza es un mundo. Por eso en la cabecera de este blog hemos colocado la célebre y enredada frase del incisivo Groucho Marx.
V ¿Qué se puede leer en una películas?
Esta pregunta es fácil y, al
mismo tiempo, difícil de responder. Si el lector está pasando por un momento
distinto en su vida, signado por alguna situación peculiar (divorcio,
nacimiento, muerte, desventuras) verá cada película e interpretará el mensaje
de ella de acuerdo a los “lentes” que en ese momento tiene, pues la situación
particular le obstruirá el acceso a otras lecturas que la película, quizás,
pueda ofrecer. Si no es así, si el devenir de la vida del lector está en lo que
podríamos llamar un punto neutro, las lecturas pueden ser diversas. Algunos
filmes abordan un sinnúmero de temas y planteamientos, sin resolver o con
solución propuesta para discusión. Otros filmes solo abordan un único problema.
El repertorio temático es básicamente el mismo desde hace décadas. Amor,
separación, muerte, Dios, vacío existencial, sentido de la vida, venganza,
malos contra buenos, amores difíciles, destino del Hombre (distópicos y
utópicos), problemática social, injusticia, circunstancias envolventes de la
existencia humana, política, moral, y algunos más. Tal como se dijo en el
inciso IV, los temas son limitados, pero no lo es la forma de plantearlos; las
historias son parecidas, pero se pueden contar de maneras distintas. Incluso
tenemos diferentes versiones de una misma película, de la que se han hecho uno
o varios remake. Es decir, el mismo perro con distinto hueso. Casos patéticos de esto, son las versiones europeas y americanas del mismo film. Ejemplos: El cielo sobre Berlín, de Wim Wenders (1987) vs. Ciudad de ángeles, de Brad Silverling (1998), o Solaris, de Andréi Tarkovsky (1972) vs. Solaris, de Steven Soderbergh (2002). En ambos casos se puede apreciar: 1) la diferencia, a veces abismal, entre los cines europeo y norteamericano, y 2) la diferencia de planteamientos sobre el mismo tema, o la forma de plantear el tema.
El velamiento del tema. Algunos
autores utilizan símbolos, elementos subliminales que se esconden tras la
historia que se lee en primera línea; subyacen como tema principal. Eso ha
ocurrido por dos motivos: la censura de algunos países no permitía que se
abordase tal o cual tema al momento de realizar la película, y el director
decidió sobrepasar la censura introduciendo códigos para hablar del tema
prohibido. Ejemplo de ello ocurrió durante el franquismo en España, y
presionó a cineastas como Carlos
Saura, Víctor Érice,
Luis García Berlanga
o Luis Buñuel para
cubrir el tema con el velo de una historia trivial, que la censura no pudiera
leer directamente. Desafortunadamente los espectadores tampoco tenemos, muchas
veces, acceso a la lectura correcta. Otro motivo es la elegancia, el componente
artístico que se le imprime a la película cuando se vela el tema principal y se
recurre a alegorías. Esto le da al film cierto toque de “clase”, de intelectualidad.
Hay películas que simplemente no son para todo público. Es el caso de las de Pier Paolo Pasolini,
altamente críticas de la sociedad, satíricas, mordaces. A veces esos símbolos
no significan nada. Volviendo a mencionar la anécdota de Buñuel: le preguntaron qué
significaba un animal que estaba atravesado en una escena (un burro o algo
así), y respondió que no sabía, que no significaba nada, que el burro se veía
bien en la escena. O la definición que da Fellini de sí mismo:
un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe como decirlo. O la confesión de Andréi Tarkovsky, según la cual él nunca usó símbolos, mientras que la crítica nada en un mar de símbolos tarkovskianos. Sin
proponérselo, muchas películas plantean ideas o problemas que los críticos y el
público pueden ver, pero que el realizador jamás pensó en plantearlo. Otras son
tan ambiciosas que el realizador deja al público la tarea de darles significado
a sus películas. Es el caso de 2001:
Una odisea en el espacio.
Así las cosas, lo mejor es
deleitarse viendo la película, relajadamente, con mente abierta y alerta. La
mente irá captando lo que pueda captar. Visionados sucesivos de la misma
película pueden abrir nuevas interpretaciones. Es la apreciación artística del
cine, es verlo como lo que es: arte, el séptimo arte. Igual que un cuadro,
puede tener o no significado y finalidad. Como todo arte, hay que saborearlo,
degustarlo con el simple ánimo de hacerlo. Sentir empatía por algún personaje, o repulsión por otro. Eso es humano. Si no hemos captado nada, bien podemos
quedarnos tranquilos y no pasará nada, o leer alguna crítica especializada para
comenzar a entender el cine con alguna profundidad. Siempre podemos estar de acuerdo con la crítica, o no, pues la crítica también es subjetiva y se ha equivocado hartas veces.